No es habitual que una institución deportiva le abra, desinteresadamente, la puerta a un deportista que no tiene los medios necesarios como para poder ser parte del club. Pasa poco, pero a veces pasa y Estudiantes lo hizo con un nadador de Puerto Sánchez que se está preparando para competir en la maratón Villa Urquiza-Paraná que se va a desarrollar el próximo 25 de febrero. Este paranaense, que conoce la costa como la palma de su mano, necesita ayuda para poder concretar este sueño. Estudiantes vio la historia, se sensibilizó, y no dudó, en gran gesto, en invitar al entrerriano a entrenar en sus extraordinarias instalaciones, algo que claramente mejorará la calidad de nado que ya traía por pasar su vida en la costa, a la vera del Río Paraná. Se llama Kevin Schmitd, tiene 31 años y si lo escuchás no hay forma que su relato no te llegue al corazón. Es un gran tipo, humilde, que piensa en los demás y de gran corazón. No lo conozco en profundidad, pero no hizo falta. La buena gente se palpa enseguida y este lo es.
Estudiantes mimó al nadador Kevin Schmitd
Por Andrés Martino
Estudiantes mimó al nadador Kevin Schmitd.
“Soy de Puerto Sánchez y del Morro. Esto viene de hace muchos años. Tengo 31 y esto viene de chico, desde mi crianza. Cuando era chico veía cuando cruzaban todos los nadadores y le preguntaba a todos los mayores que estaban ahí si había alguno de la zona y me decían que no. Siempre amé el agua y el río para mi siempre fue todo. El río es parte de nuestras vidas en la costa por la supervivencia. Siempre a todos los gurises de la costa, o a la mayoría, nos enseñan a nadar porque es parte de la cultura y también por los miedos que tienen los padres de que uno se escape y sin saber nadar se ahogue. A mi por ejemplo de chico me enseñó papá y uno de mis hermanos. Yo a los 7 ya me tiraba a nadar. Tenía un metro y me tiraban donde había un metro y medio. Nos tiraban y a flotar y salir. Uno en esa distancia podía hacer pie, salir y manejarse. Sino usábamos el método de la botella que es usar dos botellas atadas a la cintura, una de cada lado. Es mejor que el torpedo y que cualquier cosa. Yo enseñé con las botellas a grandes y chicos. Las botellas no te dan todo el flote como el torpedo o chaleco. Esto te permite trabajar más porque te deja a medias. En poco tiempo cuando te sacás las botellas te queda la sensibilidad y los movimientos. Yo en media hora les enseñé a flotar a las personas y superar el miedo en el río”.
Kevin ya entrena en las piletas de Estudiantes, algo totalmente distinto a lo que venía haciendo, en definitiva lo único que tuvo a la alcance de sus manos. Hubo apoyó y este gran paso de ser parte de un club se dio. “Recibí mucho apoyo y aportes de toda clase y de todas las personas y mucho de las personas más humildes que en están apoyando y las que me ubicaron rápidamente para apoyarme. Estando acostumbrado a nadar toda la vida en el río, que es mi cuna y donde yo me desenchufo de todo, a pasar a nadar en la pileta fue como nadar en el barro el primer día, fue pesado ya que el agua de la pileta no corre, pero asimismo como yo nado agua arriba y agua cruzada no me canso así nomas”.
“Entrenando, hace poco, lo que más hice fue remar, río arriba, unos 8 kilómeros con mi canoa que tiene más de seis metros hasta la fábrica de yeso y de ahí me largue a nadar con la canoa atada tipo torpedo, pero asimismo no me cansé y paré donde siempre para que es la costita del Morro”, contó dejando en claro que es un verdadero titán del río.
Schmitd sueña con ser parte de la Villa Urquiza-Paraná, algo que seguramente sucederá. “Con el corazón que tengo voy a estar y además con todos los amigos que coseché en distintas partes de Entre Rios más aún. Creo que me lo merezco. Ahora los gurises que ven esto se motivan y yo busco que ellos vean que se puede y que hay un nivel de superación que todas las personas tenemos. Todos podemos llegar. Soy albañil, herrero y de todo. Ahora dejé todo para prepararme a fondo”.