Hoy en Argentina se celebra el día del Escultor por el nacimiento de Miguel Ángel Buonarroti, arquitecto, pintor, escultor y poeta. El artista fue el creador de David, entre otras emblemáticas obras. En ese sentido, UNO entrevistó a Marcelo Meza (57 años), escultor y docente, nacido en La Paz, Entre Ríos.
Marcelo Meza: "No hay que dejarse llevar por las modas"
El escultor entrerriano Marcelo Meza
El escultor cumplió un sueño y en 1995 viajó a Milán a estudiar y dar clases
Su talento lo llevó a trabajar en Europa y pudo perfeccionar su arte.
Escultura realizada por Marcelo Meza
El artista nacido en La Paz representó a la provincia y versos concursos
Marcelo Meza: "Antonio Pujia fue mi gran maestro"
“De mi profesión disfruto todo, pero lo que más amo, es cuando logro sumergirme en la arcilla, las ramas, el mármol o el material que sea. Es como si desapareciera todo el resto, como si me fundiera con lo que estoy creando. En ese momento no existe nada más que la obra y yo. Cuando logro dar forma a eso que se creó en mi mente, soy feliz. Y cuando la escultura se vende, ¡más!”, aseguró entre risas.
Marcelo sostuvo que desde muy pequeño soñó con ser artista. “La primera escultura que me detuve a observar , una y otra vez, maravillado y deseoso de hacer algo parecido, fue el Cristo en la Cruz de Rosario del Tala, donde me crié. Hace unos días estuve de visita por el cumpleaños de mi maestra de Folklore, Inalina Cardoso. Volví a entrar a la iglesia después de más de 40 años y me emocioné viendo a ese Cristo. Años atrás, en una muestra en Milán, un crítico dijo que mis figuras eran ‘Cristicas’. Y sí, viendo las obras de esa serie, eran Cristos sin la cruz. La danza fue otra inspiración. Me gustaba y me gusta captar un movimiento y eternizarlo”, confesó. Además, reveló que cuando la obra se pone difícil, lo importante es dialogar, entender y conectar con el material.
“Hay que hacerse amigo y tener la técnica, eso es fundamental para dominar y lograr plasmar lo que está en la mente. El trabajo de escultor tiene mucho de artesano también. En mis obras busco decir cosas a través de imágenes. Las cosas que a veces son difícil de decir con palabras y salen mejor a través de una imagen. En general, lo que más me inspira son el dolor y la injusticia. La última serie en la que estoy trabajando está referida a la locura, que es un tema recurrente en mí. En la fragilidad de la mente. Esa serie la empecé en Italia, donde expuse el año pasado, invitado por el Museo de la Cerámica de Saronno, y ahora la estoy completando acá, para exponerla próximamente en GAP. Soy un escultor figurativo, amo representar el cuerpo humano en movimiento o completamente abandonado a su peso”.
El artista estudió en la Escuela de Artes Visuales con especialidad en Escultura y al finalizar viajó a Buenos Aires para estudiar en la Escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredon; mientras a la par, trabajaba como ayudante de Antonio Pujia. “Él fue mi gran maestro. También iba al taller de talla en mármol del maestro Ramón Castejon, y en el último año de estudio, con el maestro Enrique Romano. Con él me inicie en la soldadura, y al año siguiente fui su ayudante de cátedra. Fue muy importante para mí. Trabajé en escenografía como escultor y armé un taller donde empecé a enseñar. En 1995 me fui a Milán, allí enseñaba dibujo con modelo vivo, y escultura. Fueron años muy bellos, conocí mucha gente hermosa que aún hoy son mis amigos. En esos años me perfeccioné en la escultura en mármol. En 2001 empecé una colaboración con la Fonderia d’arte Perseo, donde trabajaba retocando las ceras a cambio de fundir mis obras en bronce. Para mí fue como una beca porque aprendí mucho sobre la fusión a la cera perdida. Luego conocí a los hermanos Ricci, joyeros. Y así me inicié en la microfusión, creando y realizando joyas escultóricas. La serie se llama Strange fruits”.
Consultado sobre qué considera que se necesita para ser artista, Marcelo aseguró que todos pueden serlo, que hay que sentirlo, desearlo y con la práctica llegar al resultado. “Si tuviera que dar un consejo, sería que confíen en sí mismos. Hay que formarse, estudiar y aprender todas las técnicas posibles. Después, llega el momento en que las cosas empiezan a salir como uno quiere. No hay que dejarse llevar por las modas, hay que ser auténticos aunque digan que lo tuyo no vale o no se vende. También creo que nutrirse de todas las artes es importantísimo. En los últimos años, me he volcado bastante al arte del reciclaje”, cerró. El artista brindará un taller de Cerámica Escultórica en el Almacén de los 33 todos los miércoles de marzo de 19 a 21.30.
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