A pesar del complejo panorama de ajuste y recesión que atraviesa el país, la educación argentina recibió una noticia alentadora: dos docentes fueron elegidos entre los 50 mejores educadores del mundo en el marco del Gems Education Global Teacher Prize 2026, impulsado por la Fundación Varkey junto a la Unesco.
Educación pública argentina: dos docentes reconocidos entre los 50 mejores del mundo
Dos historias distintas, una misma convicción: la escuela puede cambiar destinos. Docentes argentinos entre los 50 mejores del mundo.
Educación pública argentina: dos docentes reconocidos entre los 50 mejores del mundo.
"Al dar a conocer miles de historias de héroes que han transformado la vida de jóvenes, el premio busca poner en primer plano el trabajo excepcional de los docentes en todo el mundo", destaca la institución. El galardón final es de un millón de dólares y la distinción reconoce trayectorias excepcionales y proyectos que transforman realidades.
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Dos docentes argentinos entre los 50 mejores educadores del mundo
Los seleccionados son Gloria Argentina Cisneros, maestra rural del Chaco, y Miguel Alejandro Rodríguez, profesor de educación técnica de la Ciudad de Buenos Aires. Sus historias, aunque muy distintas, coinciden en un punto clave: la convicción de que la escuela puede cambiar destinos.
Gloria Cisneros: enseñar en el impenetrable y no dejar a nadie afuera
Gloria Cisneros trabaja en la Escuela Primaria N° 793 "Don Carlos Arnaldo Jaime", en Taco Pozo, Chaco. Con 39 años y más de nueve de experiencia en contextos rurales extremos, recorre a diario y en moto largos caminos de tierra para garantizar el derecho a la educación de niñas y niños que viven en parajes aislados.
En una zona sin servicios básicos como agua potable, conectividad estable o atención médica, Cisneros logró convertir la escuela en un verdadero centro comunitario. Incorporó paneles solares, tecnología, proyectos con inteligencia artificial, propuestas creativas como un "zoológico de aula" y el "libro viajero", y abrió la escuela más allá del horario tradicional.
Impulsó el proyecto "La biblioteca en mi casa", para que cada alumno tenga libros propios, y recorrió casa por casa los parajes rurales para escolarizar a todos los chicos de la zona. Además, gestionó becas para 45 estudiantes mediante acuerdos con ONGs y donantes, creó un contraturno para reforzar aprendizajes y recibe a niños de 3 a 5 años como oyentes para que lleguen alfabetizados al primer grado.
Su tarea incluye visitas domiciliarias y un acompañamiento permanente a las familias. En marzo de este año fue reconocida como Mujer Destacada del Año en la provincia del Chaco.
Miguel Rodríguez: la técnica como herramienta de inclusión
Desde hace más de 27 años, Miguel Alejandro Rodríguez enseña en escuelas públicas porteñas. Actualmente se desempeña en la Escuela Técnica N° 3 "María Sánchez de Thompson", donde transformó su manera de enseñar frente a la desmotivación que detectaba en las aulas.
Convencido de que educar no es solo transmitir contenidos, reemplazó los exámenes tradicionales por una pedagogía basada en la empatía y la resolución de problemas reales. De esa experiencia nació el Club de Ciencias Cóndor, un espacio que desde 2012 funciona como refugio y oportunidad para jóvenes de distintos contextos sociales, muchos de ellos en situación de vulnerabilidad.
En el club, estudiantes que nunca habían imaginado armar un circuito o desarrollar un proyecto científico descubren capacidades propias y nuevas posibilidades de futuro. El proyecto, además, trasciende la escuela: los alumnos viajan a comunidades rurales para entregar sus desarrollos tecnológicos y capacitar a otros, generando un círculo virtuoso de solidaridad y compromiso social.
La labor de Rodríguez ya fue reconocida con premios como Docentes de la Ciudad, Innovar, y distinciones de la Fundación YPF y la Fundación Banco Petersen.
La selección de Cisneros y Rodríguez entre los 50 mejores docentes del mundo no solo destaca trayectorias individuales, sino que vuelve a poner en valor el rol central de la educación pública y de quienes, aun en condiciones adversas, sostienen la escuela como espacio de igualdad, inclusión y futuro.
















