Durante el mes de febrero y marzo, los niños de los barrios populares de Paraná disfrutaron de las Jornadas de Recreación para las Infancias que se realizaron en el CIC La Floresta, CIC Humito y CIC II Este. En ese sentido, Sofía Luz fue parte de la grilla y diviritó a los más pequeños con la obra "Las aventuras de Betty".
Sofía Luz en "Las ocurrencias de Betty"
Sofía Luz Re Galante tiene 27 años y es profesora de circo. Desde muy pequeñaCIC La Floresta, CIC Humito y CIC II Este comenzó a interesarse por el arte teatral y hoy forma parte de distintos grupos artísticos. En diálogo con UNO, dijo: "“Elegí esta profesión porque, principalmente, el circo me desafió a ser más consciente de mi corporalidad, a gestar alegría y acompañar a las infancias. Últimamente, ellos han sido mi cable a tierra. La obra nació entre pelotas de malabares, banderas de swing, acrobacias y también del juego de la improvisación. Betty es una payasa inteligente, despistada y amable, siempre está atenta a lo que sucede en su entorno. Es una obra mitad planificada, mitad improvisada, donde el hilo conductor lo vamos pasando entre los niños, los adultos y Betty. Ella llega para mostrar sus hazañas circenses y divertir al público, también quiere que el público pase por ese hermoso momento de estar en escena y mostrarse con gracias y ridiculez, que es lo que tanta risa nos genera”.
Sofía aseguró que lo que más disfruta de un show es el contacto con el otro. “Me gusta el encuentro, la mirada amable y periférica que una llega a desarrollar con los años. Me gusta entender que el arte, el teatro, el circo y la danza son parte de nuestra alma, lo que expresamos va más allá de la racionalización, la sensibilidad con la que actuamos y la transparencia con la que nos paramos en un escenario, se sienten, se ven y se valoran”, aseguró. Si bien el circo es alegría, a veces los contextos en que la actividad se lleva a cabo no son los mejores. Durante las vacaciones de verano, muchos niños de barrios populares de la ciudad de Paraná pudieron disfrutar de la obra de Sofía bajo una propuesta de verano municipal. Por ello, la payasa Betty pudo aventurarse en zonas muy humildes de la capital.
“Los niños son maestros increíbles en cuestiones de presencia. La inocencia que cargan me da fuerzas para llevar la obra a distintos lugares. A veces hablamos de juegos, a veces de fútbol, a veces gritamos. Todo depende de lo que ellos necesiten hacer para sentirse vistos, escuchados y contenidos. Me alegra la existencia y poder rodearme del cariño sincero de las infancias. Ellos se divierten haciendo, les encanta jugar, que les preste los platos chinos o los hulas. Me gusta darles el espacio para que se muestren, tanto a los que quieren como a los que son más tímidos y disfrutan de observar ver cosas por los aires. Se divierten mucho cuando les pregunto y les contesto otras que nada que ver. Cuando me “caigo” se despansan de risa. También les gustan mucho las caras “raras” o los efectos sorpresa. En realidad, siento que se divierten si yo me divierto”.
Algunos niños, ante el estado de vulnerabilidad que presentan, han llegado a pedirle que sea su madre. Tal vez, al reírse tanto, sentirse cómodos y vistos, Betty despierta un amor especial en ellos que hace que quieran tenerla cerca para siempre. “Sueño con poder seguir actuando en los barrios, este es un sueño que realizo y reafirmo todas las veces. Por otra parte, estoy trabajando en mi deseado unipersonal, que sería otro formato más teatralizado pero siempre con el circo. Quiero poder llegar a esa mixtura de circo , teatro, onírica y realidad, es un desafío precioso y tremendo. Y bueno, una vez que todo llegue, quién sabe con qué nos puede sorprender la vida. Un gran sueño que comparto con mi papá y hermanos, es poder hacer un centro deportivo cultural, donde todo lo que tenga que ver con el movimiento y la emoción se encuentre y conviva. Y en cuanto a Betty, siempre deseo empatizar con el público, sembrar amor, intercambiar saberes, dialogar, asombrarme y divertirme. La risa da años de vida y te cambia completamente. Sigo eligiendo ser payasa todos los días”, cerró Sofía. La crisis económica golpea a todos los sectores. Sin embargo, la sonrisa de un niño no tiene precio y, por eso, son varios los artistas que se han sumado a las presentaciones realizadas a la gorra.
Desde la redacción de Diario UNO / Fernanda Rivero