“Entre ríos y teatros”, de Guillermo Meresman, es la más reciente novedad publicada por Azogue Libros. Este sexto título de la editorial paranaense, está dedicado al material analítico del autor, director, docente e investigador teatral, también director de la revista de artes escénicas La Otra Butaca.
Hay un libro que invita a conocer a fondo las raíces del teatro entrerriano
Por Luciana Actis
Estos “estudios sobre artes escénicas, historia y teoría teatral de una provincia del litoral argentino”, tal su subtítulo, comprenden análisis variados especialmente del período 1900- 1955, aunque aparecen referencias a algunas manifestaciones previas y posteriores del campo teatral nacional.
El título del libro de remembranza manautiana, “dice sin nombrar el territorio y sugiere una amplitud plural de las formas escénicas conocidas del pasado, en su territorialidad local, y del presente”, viene prologado por el teatrólogo rosarino Aldo Pricco, y su portada está ilustrada por un croquis del Teatro 3 de Febrero, realizado por Jaimo.
Discípulo del reconocido crítico teatral e investigador, Osvaldo Pellettieri, Meresman va al hueso del teatro entrerriano, analizando la dramaturgia, los autores, las compañías teatrales y los diversos escenarios de la provincia en la primera mitad el siglo XX, remontándose también al siglo anterior.
“Es un proyecto, que si bien viene con apoyo del Instituto Nacional de Teatro con un subsidio, se ha hecho mucho pulmón. Una parte importante tiene que ver con la tesina que me exigía la Universidad Nacional de Rosario para recibirme de licenciado en Artes Escénicas, en 2007. Desde entonces he hecho todos los ajustes y revisiones que ameritaba, con muchas actualizaciones”, comentó el autor a Escenario.
“Está enfocado muy especialmente en la primera mitad del siglo XX, aunque también hay que remontarse necesariamente al siglo XIX. Fue un proceso de descubrir muchísimos textos de autores entrerrianos, la dramaturgia local, aunque tampoco se puede analizar la dramaturgia de Entre Ríos sin atender a autores porteños, de otras provincias e incluso latinoamericanos. Hay que atender a parámetros culturales generales. Hay una pluralidad de formas teatrales que se da por estos entrecruzamientos, el teatro no es uno solo”, enfatizó.
Análisis y anécdotas
“Entre ríos y teatros emerge lúcido y solvente en el panorama de las investigaciones teatrales, no solo eruditas sino también las pertenecientes al ámbito de la divulgación general, puesto que, a pesar de estar escrito desde una perspectiva propia de la academia, puede presentarse en sociedad como un valioso estudio para las personas no iniciadas en el tema si estas pretenden asomarse a eventos espectaculares que no son meramente textos y representaciones sino modos de ‘organizar la realidad’”, señala en el prólogo Aldo Pricco, trayendo a colación palabras de Jorge Dubatti, extraídas de la Primera Antología del Teatro Entrerriano.
Asimismo anticipa el encuentro con un “minucioso trabajo que vislumbra una cartografía teatral posible de raíz entrerriana” y resalta un cruce de metodologías y encuadres que Meresman pone en valor en su perspectiva de más de medio siglo, y que los lectores pueden disfrutar desde ahora.
“Que Isidoro Rossi estrenara en 1936 una de sus obras con reclusos de la cárcel de Paraná, que se llama justamente Cárcel, hace que no sean las mismas categorías teóricas que las de un grupo independiente como el Teatro Estudio Casacuberta, de Héctor Santángelo. Porque esas representaciones están dirigidas a distintos espectadores, y dentro de la dinámica social también representan distintas cosas”, contó Meresman.
En su libro también hace referencia a la visita a Entre Ríos de la compañía de los Hermanos Podestá, que estuvieron en la capital entrerriana en 1892. “Primero se presentaron en carpas ubicadas al lado de donde está hoy el Diario UNO, frente al viejo mercado. Les fue tan bien que luego fueron contratados por un empresario administrador del Teatro 3 de Febrero. Allí hicieron una temporada que fue bastante comentada en los medios de la época, ya que rompían con la horizontalidad del teatro a la italiana en sus espectáculos. Habría que esperar muchas décadas hasta que el espacio circular fuera recuperado por grupos como el Teatro Estudio Casacuberta. Todas esas particularidades son desmenuzadas en el libro”.
Pero Entre ríos y teatros no se queda en el anecdotario, sino que analiza al teatro entrerriano como un fiel reflejo del espíritu de la época: “Es un trabajo muy meticuloso, de análisis de textos de todo tipo. Imaginate que ya en los años 30, historiadoras de Paraná decían que en el Teatro 3 de Febrero no había menos de 250 espectáculos al año. Y en base a eso, uno como investigador tiene que ir a las fuentes y constatarlo. Trabajé mucho tiempo en el Archivo General de Entre Ríos, relevando esa información en periódicos. Y luego, gracias a una beca del Ministerio de Cultura de la Nación, pude trabajar con el Fondo Jacobo de Diego, del Archivo Documental del Instituto Nacional de Estudios de Teatro. Me encontré con documentos muy específicos, como la polémica que se suscitó en los medios nacionales y el teatro argentino a raíz de un estreno que se produjo en Entre Ríos en 1860. Pude ver los repertorios, las compañías, los escenarios de la provincia, además de un montón de perlitas”.
Radicado hace más de 10 años en Oro Verde, Meresman es docente de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Entre Ríos. Inició hace más de 20 años en el Grupo de Estudios de Teatro Argentino e Iberoamericano (UBA), la redacción de la Historia del teatro en la provincia, desde sus orígenes a la actualidad, y ha publicado numerosos artículos y notas en libros, revistas y diarios, dedicados a este tema. Las presentaciones del libro están previstas en el Museo Conrado Hasenauer (Oro Verde), que tendrá lugar el 13 de marzo a las 21, y en el Teatro 3 de Febrero (Paraná), en abril.