Cómo escribirle a un ex y salir enriquecido en el intento es lo que propone la nueva serie web de Jazmín Stuart “Cartas a mi ex”. La propuesta en la que la actriz y directora retoma el género epistolar en formato audiovisual para poder hablar sobre las relaciones con ex parejas, ya se puede ver gratis en el sitio y aplicaciones de la Universidad de Tres de Febrero UN3 (http://un3.tv/programas/cartas-a-mi-ex/capitulo/1).
Amor, sexo, mentiras y videos en una serie para rever los vínculos
“La idea surge de la observación de los vínculos y la estructura dramática de la carta, algo que se viene perdiendo desde hace tiempo y que quería rescatar”, dijo Stuart. La actriz tiene una extensa carrera en televisión en exitosos programas como “Son amores” y “22, el loco”, y ya había dirigido los filmes “Recreo”, en colaboración con Hernán Guerschuny; “Pistas para volver a casa” y “Desmadre”, junto a Juan Pablo Martínez.
Esta producción original de la UN3 consta de ocho capítulos, de no más de 10 minutos cada uno, en los cuales los protagonistas se proponen actuar lo que sería una carta a sus relaciones terminadas, en las cuales asumen culpas y realizan reclamos, aunque en casi todas ellas dejan en claro que crecieron y supieron más de sí mismos luego de haberse conocido. Stuart transita varios géneros a lo largo de la serie, como la comedia, el thriller, el drama y hasta el erotismo.
La realizadora, que actúa en uno de los capítulos, no deja casi nada fuera de sus guiones: la novia que no puede superar la separación; el novio que acepta que la relación sólo se basa en lo sexual; el valor de una mujer que logra superar la violencia de su marido; el novio homosexual que no quiere salir del clóset, una relación triangular asfixiante entre dos mujeres y un hombre.
“Las historias surgen del deseo de poder contar el amor desde el punto de vista más diverso, intentando pasar por distintas emociones y distintos tipos de vínculos”, sostuvo Stuart.
Así, los ocho capítulos de la serie sirven como tópicos para adentrarse en otros temas que forman parte del amor y las parejas, pero que también exceden ese íntimo mundo para debatir sobre el rol social y cultural que los vínculos tienden a cumplir.
Además de la directora, la serie cuenta con actuaciones de Sofía Gala Castiglione, Pilar Boyle, Nicolás Mateo, Matías Bassi, Susana Neer, Susana Varela, Gala Eva Pizarro y
Candela Vetrano, entre otros.
“Lo que la serie intenta transmitir es que en lo vincular siempre hay un aprendizaje y uno aprende sobre uno mismo. De manera que finalizar un vínculo es finalizar una etapa de uno mismo. La serie muestra finales y transformaciones que son bienvenidos y que implican una apertura para ser mejor o más adecuado para lo que uno es en cada etapa de la vida”, explicó sobre la última producción del canal de la Universidad Tres de Febrero, pione
ro en este tipo de contenidos web.
—La serie aborda en partes iguales la atracción física como la sensorial en una forma de abarcar la totalidad de una relación...
—La conexión desde lo físico me parecía fundamental, tanto como la espiritual y afectiva. Muchas veces estamos ligados a las personas que amamos desde lo corporal y desde lo sensorial y me parecía bien explorar esa área también.
—El personaje de Sofía Gala, cuando decide separarse, le dice a su ex en esa carta: “No soy yo, sos vos”. ¿Una separación es una culpa compartida?
—El fin de una relación tiene que ver con algo mutuo, donde la responsabilidad es compartida. Pero a veces hay uno de los dos componentes del vínculo que es responsable por omisión, por tolerar situaciones que le producen infelicidad. En el caso del capítulo de Sofía, su personaje embellece o deja pasar de lado algunas situaciones, hasta que lo reconoce y lo puede dar por terminado.
—En varios capítulos, según distintos personajes, aunque reconocen la mentira, se les hace más o menos tolerable. ¿Qué tan determinante es eso en una separación? ¿Qué te interesó decir sobre eso?
—La serie no pretende ser un decálogo de máximas sobre determinados temas y tampoco bajar línea, así que no puedo establecer hasta dónde es soportable la mentira en una relación. Sí creo que, en lo personal, ese límite tiene que ver con la mirada sobre uno mismo y advertir cuándo la pasión se transforma en sufrimiento.
Cartas de paranoia, desengaño y despecho (Por Rodolfo Bella)
Escribir es una forma de sanar, un ejercicio terapéutico, una catarsis practicada desde la época de los griegos y recogida por el psicoanálisis. En el siglo XVIII surge la novela epistolar, y “Las relaciones peligrosas” de Choderlos de Laclos, “Las tribulaciones del joven Werther”, de Goethe o “Lady Susan”, de Jane Austen, son los ejemplos mas conocidos. La actriz y directora Jazmin Stuart rescata ahora -en la era de las comunicaciones instantáneas- esa forma de literatura renacentista. Y lo hace en la forma de una muy elogiable serie web de 8 capítulos de 10 minutos cada uno, todos con el potencial de transformarse en una película independiente.
La apelación a un estilo de escritura que fue popular hace más de 200 años no podía ser más contrastante en este momento en que las relaciones se terminan por whatsapp y las noticias vuelan a ritmo vertiginoso y con sólo 140 caracteres. Stuart, directora y guionista de la propuesta, recurre al desusado recurso de la carta, en este caso audiovisual y unilateral, ya que son cartas que los protagonistas envían sin saber si obtendrán respuesta. Con este recurso apela con éxito a una amplia gama de sentimientos, desde el dolor a la autoindulgencia, el resentimiento, la libertad, la independencia y sobre todo el humor que sobrevuela varios de los episodios.
Sólo 10 minutos son suficientes para que Stuart complete el perfil de sus personajes y exponga sus historias. Esas breves y ágiles narraciones muestran a una nerd antisocial que destruye siempre las pocas relaciones que logra establecer, una stalker despechada que busca pruebas de infidelidad en el archivo de chats, fotos y videos de su novio mentiroso; otra que, casi en el límite del desborde, también stalkea y se inventa un presente exitoso para mostrarle a su ex; un chico gay enamorado de uno bisexual, una víctima de violencia doméstica y -una de las más logradas- una carta en forma de rap entre un Romeo de un barrio suburbano y una Julieta de Recoleta. Son todas historias bellamente narradas, entre el drama y la comedia, bien actuadas y con un montaje impecable, pero lo más curioso y elogiable es que en la época del sexo instantáneo y de los amores descartables de las app, Jazmín Stuart apuesta a repensar los vínculos.