Luego de dos funciones repletas, esta noche, a las 21, el Relámpago Verde proyectará Asiaín, de Alejandro Marín, en el Club Social Paraná. El documental recoge la historia, la obra y el pensamiento del artista Carlos Asiaín que dejó como legado su permanente búsqueda de la belleza.
A pedido del público, hoy volverán a proyectar el documental "Asiaín"
El filme da cuenta del perfil de un personaje que transcurrió en el arte, desde sus modos de observar, decir y hacer. Eso también se refleja en las voces que asoman a la escena para ofrecer diferentes enfoques: así lo hacen la escritora Graciela Pacher, el crítico de arte Marcelo Olmos y el artista –amigo inseparable de Asiaín– Rubén Ballesteros.
En 30 minutos, Marín rinde tributo a la figura de uno de los creadores más queridos y valorados de la región, de cuyo fallecimiento se cumplió un año el pasado 20 de noviembre.
Alejandro Marín quiso transmitir la historia de uno de los artistas centrales de Entre Ríos, a través de sus propias palabras. Palabras flotantes, como nubes –claras, moradas, oscuras–, desde donde el artista observa, juega y se desliza, al modo de una poesía de viaje, que se hace materia, se evapora, pero deja impregnado de sentido el paisaje con el polvo de su magia.
Asiaín cuenta y separa, entre las horas anodinas, lo que va de cajón al olvido y aquello que permanece: el dolor y la belleza. Es el registro final del artista antes de su muerte y es un recorrido por su estar y su hacer, pero especialmente por su forma de concebir el atropello de la vida, únicamente a través del arte.
Su obra, construida desde el mismo día que apretó un lápiz y leyó la poesía del ocaso, no tiene modo de hacer un paso al costado. No hay vida y obra. Asiaín es arte que transcurre y permanece. Y eso se revela aquí, en su voz y la voz de las personas que lo vieron gestar cada paso y cada trazo, que para este hombre, de ángeles, soles y sombreros, es el mismo universo: el lenguaje propio.
Esta película de Marín busca respetar la mirada poética del artista y acompañar su devenir, hasta el suspiro final: Asiaín está aquí y aquí, también, un caleidoscopio que refleja en imágenes, a veces nítidas, a veces superpuestas, a veces dolientes, el tamaño de su legado.
Nacido en Concordia, Carlos Asiaín estudió dibujo y pintura desde niño y esa forma de expresarse lo llevó a continuar desarrollando su sensibilidad a través de ese medio. Pero su espíritu inquieto y su necesidad expresiva lo llevaron después a incursionar en la escenografía y vestuario teatral; muebles pintados; diseño de indumentaria; poesía; ilustraciones editoriales –incluyendo obras de Manuel Mujica Láinez–; artesanías tradicionales, entre otras disciplinas.
Gran parte de su vida desarrolló su actividad cultural en la capital entrerriana. Como artista, como profesor de arte, como funcionario público, tanto a nivel municipal como provincial. Fue uno de los artistas visuales con mayor trascendencia y más prolíficos. Su amor por la ciudad es resaltado y mencionado en este documental. Describe también su paso por la escuela primaria en la Escuela Magnasco y de la Secundaria, donde se recibió de maestro Normal Superior en la escuela de este nombre.
Fue delegado del Fondo Nacional de las Artes, mediante el cual promocionó a muchos artistas del medio y de la provincia.
Su vasta trayectoria es expresada en un variado abanico de disciplinas artísticas como la cerámica, el dibujo, la pintura y también la escritura, por lo cual Carlos Asiaín se convirtió a través de los años en un referente de esta ciudad en todo lo relacionado a la promoción y desarrollo de la actividad cultural.
El plus de esta función será el visionado de Julio y sus manos, producción que le encargara el propio Asiaín a Marín sobre el trabajo de un artesano de Las Cuevas. La actividad es con ingreso libre y aporte a la gorra.