La producción horticultora se vio fuertemente afectada por las altísimas temperaturas que afectaron a la provincia hasta la semana pasada, y por la sequía que azota la región, cosa que se siente en el rubro verdulerías. El verano invita a las personas a incorporar en mayor medida frutas y hortalizas en la dieta, además que son beneficiosas a la salud. No obstante, el panorama de la región ha afectado la producción.
Verdulerías: el panorama actual con el cambio de clima
En diálogo con La Radio de UNO por La Red Paraná 88.7, Nicolás, director del Mercado El Charrúa de Paraná, manifestó que los precios se vieron afectados "debido a los cambios en la luna, que cortan los procesos de maduración de frutas y hortalizas, así como la sequía y los grandes calores que atravesó a la provincia, donde las temperaturas ascendieron hasta más de 40 grados y las plantas no aguantan esa cifra".
Nicolás explicó que uno de los productos que bajaron su precio debido a las condiciones climáticas recientes fue el tomate, que podía conseguirse al por mayor a $2.500 el cajón, cuando la semana pasada podía comprarse a $3.000. "Está bajando y seguirá bajando por cómo está el panorama", afirmó el comerciante, "pero el precio debe mantenerse para que el productor continúe trabajando y el consumidor pueda adquirir".
Asimismo, una de las hortalizas más consumidas en esta época que fueron perjudicadas por la sequía "fueron la lechuga, acelga y toda la verdura en general. Entre las altas temperaturas, el sol y la falta de lluvia, todas las producciones en general se vieron afectadas", detalló el director del mercado local, "por estos factores, se da el aumento en los productos y es una consecuencia directa". También se habrían visto afectadas las frutas más tradicionales en la provincia, como manzana, sandías, limón, durazno pelón, pera, naranja, ciruelas, ananá y durazno.
En esta misma línea, Nicolás opinó que el panorama en las próximas semanas no se ve alentador para el abastecimiento de la provincia si las temperaturas continúan en ascenso, aunque esto podría cambiar gracias a la caída de precipitaciones recientes en la provincia. No obstante, existe una preocupación debido al alerta amarillo, que afectaría a cinco departamentos de Entre Ríos y es posible la caída de granizo, fuertes ráfagas de tiempos y abundante caída de agua en cortos períodos de tiempo. Aunque "no hay nada como el agua de lluvia, la caída de precipitaciones es lo mejor puede pasar", afirmó el dirigente de El Charrúa.
Para este 2022, los productores esperan "que el tiempo ayude" a la producción para garantizar la continuidad económica y la consumición de los entrerrianos. "Lo único de lo que dependemos es del clima para abastecer a Paraná y a la provincia", finalizó Nicolás.