Soledad Silveyra estuvo como invitada al piso de "Intrusos", América, y habló de su vuelta al teatro con Verónica Llinás con la obra "Dos locas de remate". Al mismo tiempo, se refirió a sus inicios en la actuación donde lo que primó fue la gran necesidad económica que tenía. Es por ello que sus comienzos en la profesión se remontan a sus jóvenes 12 años de edad.
Soledad Silveyra: "Empecé esta profesión por necesidad"
La artista tiene una amplia trayectoria tanto en el cine, el teatro y la televisión. Saltó a la fama como revelación en el tele-teatro El amor tiene cara de mujer de Nené Cascallar. En cine participó en 1967 en Un muchacho como yo, con Palito Ortega, y en Gitano, junto a Sandro.
En los años setenta coprotagonizó con Claudio García Satur el legendario teleteatro Rolando Rivas, taxista de Alberto Migré -uno de los más recordados del país- seguido por el exitoso Pobre diabla con Arnaldo André y China Zorrilla. En 1981 protagonizó el teleteatro Laura mía junto a Raúl Taibo y, en 1982, La Cenicienta adaptación de Hugo Midón.
En 1982 recibió un premio del Festival Internacional de Cine Imaginario y de Ciencia Ficción de la Villa de Madrid, por La casa de las siete tumbas.
Al mismo tiempo incursionó en teatro, y actuó en varios éxitos de cine durante los años 1990, como Siempre es difícil volver a casa o Despabílate amor.
A propósito de sus inicios en la actuación, la actriz reconoció que su familia no la estaba pasando bien económicamente y se animó: "Empecé esta profesión por necesidad a los 12 años. A los 15 años pude comprar todos los muebles otra vez".
"Jamás tuve un problema de que un hombre mi avance", explicó sobre si vivió alguna situación laboral complicada con algún compañero.
Y en cuanto al éxito, explicó: "Creo que el éxito es un amigo difícil de llevar, hay que cuidarse mucho, me da miedo el éxito".
"He aprendido a manejarlo porque he hecho programas muy populares. Si hay algo que hay que aprender en esta profesión es no poder la humildad", puntualizó.
Y tuvo palabras muy lindas sobre su paso como conductora de "Gran Hermano": "No sabía si lo podía hacer y le pedí a Villarruel una prueba", indicó.