En busca de rastros e indicios para identificar a los sicarios que acribillaron a Carlos Daniel Tello Morales el miércoles pasado, la División Homicidios de la Policía allanó varias viviendas relacionadas al hombre con quien la víctima estuvo hasta poco antes de morir acribillada: el Ruso Q., un hombre señalado por ser el principal vendedor de drogas del barrio San Martín, y a quien el peruano asesinado le proveía cocaína. Los procedimientos terminaron con un detenido, pero no por el crimen sino por tenencia de drogas y más 250.000 pesos.
Crimen del peruano: la pista narco hacia la banda del Ruso
Hallaron drogas en allanamientos por el crimen del peruano Carlos Daniel Tello Morales, alias Jairo.
La pista narco en torno al crimen perpetrado el miércoles pasado en plena tarde sobre calle Ameghino y Mosconi, se fue asentando en los últimos días de la pesquisa, tal como ha informado UNO, al recabarse datos de que el peruano Jairo era un proveedor de cocaína de distintas bandas de Paraná. Estaba vinculado a narcos peruanos radicados en Buenos Aires, que llegaron a la capital entrerriana horas después del asesinato. Aquella tarde, Jairo había estado en la casa del Ruso y luego sufrió la emboscada mortal.
Por esto, ayer a primera hora comenzó un gran despliegue policial en inmediaciones del Volcadero municipal. En los allanamientos se secuestró droga, balas y celulares que serán peritados. Además se habría encontrado algunas prendas de vestir con manchas de sangre que serán sometidas a exámenes.
Según se informó a UNO, bajo las órdenes del fiscal Mariano Budasoff se ejecutaron los cinco allanamientos en busca de pruebas que permita a los investigadores atrapar a los dos sicarios que actuaron a bordo de una moto de 110 cc. negra sin patente, con un arma de grueso calibre.
El primer allanamiento se llevó a cabo en la casa de una mujer en calle Ameghino al final, pero no se encontraron elementos de interés para la causa. En tanto que el segundo fue en la misma zona, pero en la casa del mencionado hombre, de 38 años, vinculado al narcomenudeo. En esa casa se secuestraron cuatro teléfonos celulares.
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El tercer procedimiento fue en una casa de calle General Mosconi y Cortada 644. De esa vivienda los policías se llevaron dos celulares y prendas de vestir con aparentes manchas de sangre.
Por orden de la Fiscalía, las prendas serán sometidas a exámenes periciales para determinar, primero, si es sangre; segundo, si pertenece a una persona; y tercero, si es de la víctima.
El cuatro procedimiento fue en una vivienda de calle Juan Bach y Lorenzo Anselmi. Allí se notificó a la dueña de casa, una mujer de 46 años. Del lugar, los uniformados se llevaron un teléfono celular que pertenece a un joven, y una importante cantidad de proyectiles.
El último allanamiento tuvo lugar en una vivienda de calle Ameghino al final. En esa casa se aloja un joven de 26 años que además de una importante cantidad de cartuchos tenía casi medio kilo de marihuana, una balanza y más de 250.000 pesos. El fiscal Budasoff dispuso que se detenga al muchacho por el delito de narcomenudeo. Se investigará, además, si esa droga y ese dinero pertenecía al Ruso.
Este narco de la zona ya tuvo dos condenas, ambas por tenencia simple de estupefacientes, en el Tribunal Oral Federal de Paraná. Cumplió una pena unificada de cuatro años y dos meses de prisión efectiva.
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Pero también su nombre apareció el año pasado, cuando ocurrió una persecución policial y tiroteo con narcos entre el puente blanco de calle Ameghino y calle Cuba al final, que terminó con tres detenidos (dos bonaerenses y una mujer boliviana) y el secuestro de dos kilos de cocaína. La llegada de ese cargamento se filtró y el personal de Toxicología montó el operativo para interceptarlos.
Según una investigación de la Policía Federal luego de aquel hecho, hubo indicios claros que indicaban que esa droga era para el Ruso, y que provenía de la Villa 1-11-14, dominada desde hace más de 20 años por narcotraficantes peruanos: desde Marco Estrada González hasta el famoso Dumbo, Raúl Martín Maylli Rivera.
Ese caso tuvo un llamativo episodio días después: un exempleado de la Fisalía de Buenos Aires a cargo de José María Campagnolli, se había presentado como “Procurador” para pedir por los detenidos. Luego, la División Robos y Hurtos de la Policía allanó el hotel Provincial donde este hombre se alojaba junto a otro y una mujer de nacionalidad peruana. Allí incautaron 1,4 millones de pesos, entre otros elementos.
Evidentemente, el narco paranaense continuó trabajando en línea con los proveedores peruanos asentados en Buenos Aires, pero últimamente a través de Jairo, quien se encontraba viviendo en Paraná desde hacía al menos un año y medio.
¿Encubridoras?
Mientras se avanza en la investigación para esclarecer el asesinato que ha desnudado el despliegue de proveedores de droga y nuevamente el accionar de sicarios en la ciudad, hay dos mujeres que serán imputadas por ocultar información a la Fiscalía: la novia de de Jairo, de 22 año, y una amiga suya. Esta última está citad para este miércoles a la indagatoria formal. Ha quedado claro su reticencia en sus testimonios que perjudican conocer la verdad. Algo muy similar a lo ocurrido en 2020 con el triple crimen de narcos, donde el entorno de las víctimas aún se resiste a aportar información para colaborar con la investigación.