El arquero mariagrandense Gabriel Degenhardt, quien actualmente milita en la Reserva, se refirió a su actualidad en River Plate. “Intento seguir mejorando”, aseguró la joven promesa.
El arco de River Plate tiene futuro entrerriano
Por Gerónimo Flores
Amadeo Carrizo, Ubaldo Fillol, Germán Burgos, Marcelo Barovero y Franco Armani son algunos ejemplos de los grandes arqueros que han defendido el arco Millonario a lo largo de su rica historia, y ahora se sumó Gabriel Degenhardt, un entrerriano que ya comenzó a escribir la suya.
Gabriel Degenhardt entrena con el plantel profesional
El oriundo de María Grande comenzó su travesía en el mundo del fútbol en Atlético María Grande y después pasó al Club Atlético Litoral.
Con 11 años, se mudó de provincia para jugar en Colón de Santa Fe, hasta recalar en Patronato de Paraná, club que terminaría siendo el nexo para lograr su llegada a River Plate en 2017 tras ser observado en un torneo organizado por el Rojinegro en la ciudad de Nogoyá, donde el joven categoría 2004 se consagró campeón mostrando un gran nivel y generando el interés de la entidad Millonaria.
Degenhardt se destaca por sus buenos reflejos, seguridad en los mano a mano, gran juego aéreo y habilidad con los pies.
Hace poco fue promovido a la Reserva del club, donde ya dio sus primeros pasos. Fue el 17 de octubre en la derrota 1-0 frente a Gimnasia de La Plata, y pese al resultado negativo el arquero tuvo grandes intervenciones y sumó su primera experiencia en uno de los arcos más exigentes del mundo.
Frente a esto, UNO tuvo la posibilidad de conversar con Gabriel para conocer detalles de su estadía en uno de los clubes más grandes del continente.
—¿Cómo vienen siendo estos años en River Plate?
—Difíciles, por todo lo que fue pasando. Los cambios de categorías a los que había que ir amoldándose, la pandemia y entrenar solo. Pero gracias a Dios se pudo sacar lo mejor de cada año y hoy me toca estar en un lugar donde a muchas personas les gustaría. Gracias a todo el sacrificio y un montón de cosas que hubo que hacer para salir adelante.
—¿Qué aspectos de tu juego mejoraste desde tu llegada?
—Con la llegada de Martín (Demichelis) al club, se tuvo que interiorizar un poco más el juego con los pies. Lo que antes no era tan frecuente, ahora es muy utilizable. Ya que el arquero participa en todo lo que es el armado interiorizar un poco más el juego con los pies. Lo que antes no era tan frecuente, ahora es muy utilizable. Ya que el arquero participa en todo lo que es el armado de juego y después, muchas correcciones y detalles. Hay que ir amoldándose a cada estrategia, jugada, movimiento del compañero y en eso se mejoró mucho. De igual forma y como siempre, intento seguir mejorando. Ya sea el juego con los pies o los mano a mano. Porque en este club te juegan mucho de esa manera.
—¿Cómo viviste tu debut ante Gimnasia de La Plata?
—Mi debut fue más que un mérito a todo lo que vine haciendo, porque arranqué un año complicado, no siendo tenido en cuenta en la Reserva. Pero el apoyo de mi familia, mi nena que nació hace tres meses, mi novia y su familia fueron un sostén muy grande para mí.
—Hace poco Martín Demichelis te citó para entrenar con el plantel profesional, ¿cómo te sentiste? ¿te dijo algo en especial?
—Con Martín empecé a subir casi a mitad de año a entrenar y hemos tenido charlas cortas. En su momento, me dijo que el puesto es muy complejo y que por ahí, no se sabe lo que puede llegar a pasar. Me dio el caso de Lucas Beltrán, que no estaba jugando y después le tocó ganarse el puesto, jugar, hacer goles y se ganó ser vendido al exterior. Hablamos de eso, de que él me veía que venía entrenando bien y que las veces que había ido con ellos lo logré hacer de muy buena manera. Me quedé muy contento y fue una charla que me marcó. Porque que te hable el entrenador de la Primera División, siendo que sos un quinto arquero de la línea de Armani para abajo, fue importante y de vital confianza para mí.
—En algún momento te estuvo observando Marcelo Gallardo para subirte a Primera División, ¿te llegaron a comentar algo?
—No me tocó. Pero sí tuve la oportunidad de estar a un paso de ir al banco de suplentes contra Boca Juniors, donde atajó Leonardo Díaz. Pero fui un agradecido de decir, tengo cierta edad y prefirieron llevar a alguien con más experiencia. A eso, hoy lo entiendo un montón, porque este puesto siempre demanda más experiencia, que calidad o técnica. Entonces, se decidieron por otro lado y con el mayor respeto del mundo se aceptó esa decisión.
—¿Qué balance hacés de tu año a nivel profesional?
—Creo que es un balance más que completo en muchos ámbitos, porque se logró salir de un lugar en el cual estaba un poco estancado. Tenía mucha gente adelante. Un factor muy pero muy importante es mi entrenador, Alberto Tato Montes, que fue una especie de padre para mí. Tenerlo día a día en cada entrenamiento, mañana y tarde. Siempre me apoyó, me tiró para adelante, me dio una mano y me alentó a que siga por más. Es una persona a la cual le tengo mucho agradecimiento y respeto. De más está decir que lo quiero mucho, más allá de que nuestro rubro era más del trabajo. Él como preparador de arqueros y yo, como arquero del plantel. Llegamos a formar una gran amistad y eso que para el era el primer año después de estar toda la época gloriosa con Marcelo Gallardo.
—¿Qué objetivos te propusiste para 2024?
—Para empezar, ahora voy disfrutar de las vacaciones y después volver a entrenar y tratar de mantenerme bien. Si bien, voy a poder viajar para mi casa, mis pagos, en María Grande. También trato de seguir manteniéndome. Porque la exigencia que demanda el club es muy importante e influye mucho lo que es el jugador 24/7. Espero que sea un buen año y siempre sumar desde el lugar que me toque. Es muy importante para un arquero tener la cabeza muy fuerte, una familia que apoya y una hija que cada día que me muestra su sonrisa, es algo más que un regalo que me ha dado la vida.