Alberto Fernández no asistirá al acto de asunción del presidente Luis Lacalle Pou en Uruguay el domingo 1º de marzo, porque tiene que abrir las sesiones ordinarias del Congreso argentino.
La nueva pastera y el lobby británico enturbian la relación con el Uruguay
Y si bien lo define como “un viejo amigo”, pese a que hizo campaña por su rival del Frente Amplio, el flamante embajador argentino en Montevideo Alberto Iribarne anticipó dos focos de conflicto: la construcción de una nueva fábrica de pasta celulosa que contaminaría el río Uruguay y el cada vez más influyente lobby de Inglaterra para crear un comercio bilateral entre las Islas Malvinas y ese país.
Los detalló durante su exposición en la Comisión de Acuerdos del Senado, que avaló su pliego sin pedirle más explicaciones.
El viernes el pleno lo aprobó y podrá asistir a la asunción de Lacalle Pou como representante oficial y organizar una visita de Alberto para los próximos días, pero no será una reunión sencilla porque las dos controversias que planteó no fueron prioridad del anterior gobierno y lo serán de ahora en más.
En mayo del año pasado, la dirección de Medio Ambiente de Uruguay autorizó una nueva planta de celulosa de UPM en Pueblo Centenario, a escasos kilómetros de Paso de los Toros, a la vera del río Negro, a 237 kilómetros de la desembocadura del Uruguay, límite entre ambos países.
UPM es la ex-Botnia, la compañía finlandesa que controla la papelera de Fray Bentos frente a la costa de Gualeguaychú, cuya instalación hace 15 años motivara una prolongada protesta de ambientalistas de esa ciudad y derivara en un planteo argentino en la Corte de La Haya, que falló a favor de los uruguayos.
“Uruguay informó que la planta empezará a funcionar en 2020 pero no hubo un mecanismo de consulta previa a la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU). Cuando esté en pleno funcionamiento, la planta tendrá el doble de producción que la de Fray Bentos y representará más del 1% del PBI uruguayo”, precisó en el Senado, según reprodujo La Política Online.
“Tabaré Vázquez usó nuestra batalla para simular un falso nacionalismo y así calló a los ambientalistas de su país. Esta vez los vamos a dejar pelear a ellos, porque el río Negro está devastado y abastece a muchos pueblos uruguayos”, anticipó Gustavo Revollier, expresidente de la asamblea ambiental.
El futuro canciller de Uruguay Ernesto Talvi recibió a su par Felipe Solá el martes y ante la prensa aseguró que la inversión de UPM no fue tema de conversación.
Solá no fue solo: llegó acompañado de Daniel Filmus, secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, quien con su sola presencia anticipó que Alberto no ignorará el creciente lobby británico en Uruguay por Malvinas.