Sobre Carlos Eduardo José, excura condenado por abuso sexual, pesa un pedido de captura nacional e internacional pero desde agosto se desconoce su paradero. El excura está acusado de “abuso sexual gravemente ultrajante doblemente agravado por ser el imputado ministro de un culto reconocido y por encontrarse en la guarda de la víctima”, delito por el que iba a recibir una condena del TOC N°2 de San Martín el pasado 22 de agosto en los tribunales de la mencionada localidad del conurbano.
Excura condenado por abuso sexual profugo desde agosto
Héctor Silveira, el abogado querellante denunció que los jueces del Tribunal N° 2 de San Martín vienen demorando y denegando los pedidos de allanamientos solicitados junto a la fiscalía para detener el exsacerdote que este miércoles cumplió tres meses prófugo y sobre el que pesa un pedido de captura nacional e internacional, incluida una circular roja de Interpol.
“Carlos Eduardo José está prófugo desde el 22 de agosto y creemos que no salió del país, es más, hasta el 24 de octubre los indicios nos llevan a pensar que está en el Gran Buenos Aires”, manifestó el abogado de la víctima Mailín Gobbo.
Los jueces Marcelo Machado, Héctor Toneguzzo y Alejandro Moramarco Terrarossa habían convocado a la “audiencia de cesura” en la causa contra el excura después de que el Tribunal de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires revirtiera parcialmente su absolución por prescripción en octubre de 2022, pero manteniendo al procesado en libertad. Ese tribunal consideró que José, de 64 años, agredió sexualmente a Gobbo -quien ahora tiene 36 años- desde sus 11 a sus 20 años, en tiempos en que asistía al instituto educativo San José Obrero del que era representante legal.
Según la notificación roja de Interpol N° A-7723/8-2023 con fecha del 29 de agosto, José es un “prófugo buscado para un proceso penal” en la Justicia argentina, a quien “se le atribuye haber abusado sexualmente de M.G.” en el domicilio de la víctima “aprovechándose del temor que le infundía ante la situación de autoridad eclesiástica y escolar que ostentaba, que le impedían consentir y resistir tales embates”.
Frente a este panorama, Silveira apuntó contra el presidente del tribunal, Alejandro Moramarco Terrarosa. El abogado querellante lo responsabilizó porque el excura sigue prófugo: “No nos ha otorgado ninguno de los allanamientos y otras medidas solicitadas”, a pesar de que “nosotros aportamos tres biblioratos enteros de pruebas” que fundamentan la necesitad de realizar esos operativos. “Por menos de eso, se condena gente y acá lo que estamos pidiendo son allanamientos”, agregó.
Según explicó el defensor de la víctima los pedidos de allanamientos vienen demorándose desde el 17 de octubre, pese a que la respuesta inicial había sido afirmativa, porque “cuando estaba todo listo, el juez tiró todo para atrás”. “Telefónicamente nos dijo que sí, y media hora antes de que las comisiones de la policía salgan a hacer los allanamientos, fueron suspendidos y postergados por 48 horas para hacer más investigaciones”, contó el abogado excusándose de referir cuántos lugares eran los señalados para no entorpecer la investigación.
“Luego, el 20 de octubre sacó otra resolución diciendo que prorroga esa medida por 48 horas más y el 24 directamente deniega los allanamientos en función de que pide más operaciones de inteligencia que le den un margen de seguridad mayor”, agregó. No obstante, los pedidos de allanamientos “no son al azar y atrás de cada pedido de allanamiento hay seguimiento de números de teléfonos, seguimiento de antenas, seguimiento inteligencia” que justifican esa solicitud.
“La gente que está involucrada en el encubrimiento, en que se mantenga prófugo, son gente directamente vinculada a la iglesia católica y a testigos que declararon a favor del cura durante el juicio o laicos que pertenecen a la iglesia”, señaló.
“El juez lo que pretende es no allanar, que se lo encuentre en algún lugar no cerrado porque los lugares a allanar son todos lugares vinculados a gente perteneciente a la Iglesia, de una manera u otra”, sentenció.
No es la primera vez que José se da a la fuga. En el año 2017, antes de que lo encarcelaran, estuvo prófugo una semana y se entregó a la Justicia luego de la repercusión que cobró el caso, tras la denuncia. “La verdad es que estaba dentro de las posibilidades que esto volviera a suceder. Lo que me llama la atención es que la Justicia no tuviera en cuenta este antecedente. Deberían haberlo custodiado”, manifestó Mailín Gobbo en agosto cuando el excura volvió a evadir a la justicia.
“No importa lo que él hizo, sino lo que la Justicia hace. No voy a reparar el daño que causó en mí y en otras víctimas. La infancia no se recupera, la adolescencia tampoco. Hoy tendría que estar tranquila con mi hija, pero la Justicia no me lo permite. Yo hice todo lo que estaba a mi alcance y más. Sigo exponiéndome cuando los que tendrían que estar dando cara son los jueces Carreira y Luchelli que lo dejaron en libertad”, sostuvo durante una entrevista que dio en el mes de agosto.
“La Iglesia, el Estado y la Justicia lo están cuidando”, aseguró.
El testimonio de la víctima
Mailín Gobbo (35) denunció por “abuso sexual gravemente ultrajante” al ex cura Carlos Eduardo José, quien la atacó entre sus 12 y sus 21 años. Según el testimonio de la mujer en el juicio, el cura iba a su casa con frecuencia porque era de confianza de la familia y la agredía sexualmente en su habitación. También sostuvo que abusó de ella en el colegio San José Obrero de Caseros. Dijo que la sacaba del aula casi diariamente para confesarla sentada en su falda, momento que aprovechaba para manosearla. Pero esos casos finalmente no fueron acreditados por la Justicia.
No voy a reparar el daño que causó en mí y en otras víctimas. La infancia no se recupera, la adolescencia tampoco. Hoy tendría que estar tranquila con mi hija, pero la Justicia no me lo permite. Yo hice todo lo que estaba a mi alcance y más. Sigo exponiéndome cuando los que tendrían que estar dando cara son los jueces Carreira y Luchelli que lo dejaron en libertad”, sostuvo.
“Al principio no era consciente, no lo podía asimilar. Yo denuncié los hechos a partir de los 10 años. Pero, ¿qué pasó? En el proceso judicial, como continué haciendo terapia, tuve más recuerdos que son de cuando estaba en el jardín de infantes, a mis 5 años de edad. Todo eso no está incluido en el expediente porque cuando denuncié no lo recordaba. Y es un poco así: vas recordando mientras vas atravesando todo el dolor. El abuso se produjo desde mis 5 años”, afirmó.
Mailín sostuvo en una entrevista periodística realizada e agosto: “Mi deseo es que se haga Justicia por las infancias. Esta persona es reincidente. Cualquier niño o niña que esté cerca de él corre peligro. Duele e indigna no poder comprender cómo la Justicia, teniendo en sus manos la oportunidad de prevenir y cuidar a las infancias, no lo está haciendo. Eso es lo más doloroso”. También contó que cuando el ex sacerdote fue absuelto, tuvo que mudarse de su hogar porque, como vivía cerca de su casa, se lo “cruzaba” y le agarraban “ataques de pánico”. “La Iglesia, el Estado y la Justicia lo están cuidando”, aseguró.