Durante un operativo de control de alcoholemia, se registraron distintas situaciones que quedaron reflejadas en un video que se viralizó en redes sociales por los intercambios entre conductores y agentes de tránsito.
Control de alcoholemia: culpó al aceite de oliva y a un enjuague bucal tras dar positivo
Durante operativos de alcoholemia en distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires, varios conductores dieron positivo y ensayaron excusas llamativas.
Control de alcoholemia: culpó al aceite de oliva y a un enjuague bucal tras dar positivo.
En uno de los casos, una conductora tuvo dificultades para soplar correctamente en reiteradas oportunidades. Finalmente, el dispositivo marcó 1,25 gramos de alcohol, por lo que la agente le informó que debía retenerle la licencia y que el vehículo sería acarreado. Además, le explicó que recibiría una licencia provisoria para poder circular en el futuro.
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Un clásico navideño: las excusas más insólitas de conductores en controles de alcoholemia
La mujer intentó interrumpir a la oficial con distintos comentarios y terminó justificándose con una frase que rápidamente se volvió viral: "Soy de acá a la vuelta". Minutos después, descendió del vehículo y entregó las llaves.
Otro episodio llamativo ocurrió con un conductor que arrojó 0,07 gramos, un valor que se encuentra dentro de lo permitido. Durante el control, mantuvo un intercambio con el personal de tránsito: "Salí a laburar, pero ¿el oliva hace esto?", preguntó primero, y luego insistió con una consulta similar: "¿El Listerine hace eso?". Los agentes le aclararon que el dispositivo detecta únicamente alcohol etílico y no otros productos, por lo que el hombre pudo continuar su camino sin inconvenientes.
Una situación distinta se dio con un conductor que registró 0,48 gramos de alcohol en sangre. Si bien estaba por debajo del límite general, transportaba pasajeros y contaba con licencia profesional, por lo que debía marcar cero. Al ser notificado de la infracción, intentó justificarse: "Es que me pidieron que los lleve", explicó, y luego cuestionó a la agente al recordar que el máximo permitido era 0,5.
Cuando se le aclaró que ese límite no aplicaba en su caso, insistió en que conocía a las personas que viajaban con él y que no se trataba de un servicio de transporte. Finalmente, el vehículo fue acarreado y el hombre se retiró visiblemente molesto, lamentándose por la situación.

















