Jorge Mario Bergoglio no volvió más a la Argentina desde que el 13 de marzo de 2013 se vio el humo blanco salir por la chimenea de la Santa Sede, en el Vaticano (Roma). Después de ser reconocido por los cardenales, para que se transforme en el sucesor de Benedicto XVI, se asomó al balcón de San Pedro para saludar a una plaza llena de fieles que vitoreaban su nuevo nombre oficial: Francisco. Desde ese día, se sumergió en el infinito y complejo universo de la humanidad que lo preocupan y para los cuales sabe no hay una única solución, sino un tejido de muchas acciones pequeñas.
El argentino Bergoglio que es el Francisco del mundo
Cercanía. Francisco quiere una iglesia que acompañe a los que más lo necesitan.
Jesuita y latinoamericano, se destacan entre sus virtudes el liderazgo, la humildad, su carisma, serenidad y optimismo para llevar adelante la iglesia católica en un mundo siempre complejo.
Este 13 de marzo del 2022 cumple su noveno aniversario de papado y comienza a transitar lo que será el décimo año como pastor de una iglesia católica que creció en número de fieles en el mundo, pero que aún necesita cambios.
Afligido por la guerra, el pontífice de 85 años busca ser escuchado y mediar en el conflicto. “En Ucrania corren ríos de sangre y lágrimas. No se trata sólo de una operación militar, sino de una guerra, que siembra muerte, destrucción y miseria. El número de víctimas aumenta, al igual que las personas que huyen, especialmente las madres y los niños”, subrayó y sin dudar visitó personalmente la embajada de Rusia ante el Vaticano.
“La Santa Sede está dispuesta a todo, a ponerse al servicio de esta paz”, señaló y mandó a Ucrania a dos cardenales para servir al pueblo, para ayudar. “Esta presencia de los dos cardenales allí es la presencia no sólo del Papa, sino de todo el pueblo cristiano que quiere acercarse y decir: "¡La guerra es una locura! ¡Para, por favor! Mira qué crueldad", argumentó.
Dura tarea pastoral
Además de la actualidad de la guerra, a Francisco también le tocó vivir la letalidad de la pandemia de Covid. La tristeza de morir en soledad, de no poder acompañar a los seres queridos, de sistemas sanitarias colapsados que no alcanzaron a dar respuestas y muerte digna a las personas, la inequidad en la distribución de las vacunas. "De la pandemia, al igual que de la pobreza, nadie se salva solo", aseguró.
También denunció la indiferencia para con los migrantes y la necesidad de derribar muros y socorrer a quienes huyen de la guerra y la explotación. "Vemos lo que está pasando y lo peor es que nos hemos acostumbrado a ello. ¡Acostumbrarse es una enfermedad muy seria! No hay antibióticos para esto", dijo condenando una vez más "la cultura de la indiferencia" por parte de "los que tienen todo".
Una iglesia sinodal
La salida para la indiferencia con el débil, el que sufre, el enfermo, los ancianos, los pobres están en una iglesia sinodal.
Desde el inicio de su pontificado, siempre repitió: "Debemos ir por el camino que nos pide el Señor".
El camino de la sinodalidad que propone el Papa, tiene la particularidad de convocar a la Iglesia a reflexionar sobre su profunda vocación de ser pueblo de Dios en el que nadie sobra ni tiene por qué sentirse excluido. Y deja plasmado su pensamiento en la exhortación apostólica Evangelii Gaudium (24 de noviembre de 2013) y también en la celebración del Sínodo de la Amazonía (2019). Para octubre del 2023 está anunciada la realización de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, tiempo de reflexión y cambios.
Esta semilla de la iglesia misionera, en salida, cercana, comenzó a germinar en su primer discurso, cuando en la noche italiana del 13 de marzo de 2013 expresó: "Y ahora, comenzamos este camino: obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad todas las Iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros".
Su pensamiento impreso
Según los datos recogidos por la Agencia Católica de Informaciones (ACI Prensa), en este tiempo, el Papa publicó tres encíclicas: Lumen fidei (29 de junio de 2013), Laudato si’ (24 de mayo de 2015) y Fratelli tutti (3 de octubre de 2020). También publicó cinco exhortaciones apostólicas: Evangelii gaudium (24 de noviembre de 2013), Amoris laetitia (19 de marzo de 2016), Gaudete et exsultate (19 de marzo de 2018), Christus vivit (25 de marzo de 2019) y Querida Amazonia (2 de febrero de 2020).
Asimismo, publicó 37 constituciones apostólicas, 79 cartas apostólicas, ha promulgado 48 motu proprio y ha escrito numerosas cartas y mensajes pontificios.
Además, el Santo Padre realizó 35 viajes fuera de Italia desde su nombramiento, el último de los cuales fue el que hizo a Chipre y Grecia del 2 al 6 de diciembre de 2021. Este año, su primer viaje al extranjero está programado a Malta, el 2 y 3 de abril próximo, durante el cual visitará La Valeta, Rabat, Floriana y la isla de Gozo.
También creó 101 cardenales en 7 consistorios. Actualmente los cardenales son 211 en total, de los cuales 119 son electores, es decir menores de 80 años y por ello con derecho a participar del cónclave que elegirá, cuando se requiera, al nuevo Papa.
Francisco presidió la canonización 899 nuevos santos, entre los que destacan los Papas San Juan Pablo II, San Juan XXIII, San Pablo VI, Santa Teresa de Calcuta y Santo Cura Brochero, convirtiéndose en el pontífice que más santos proclamó.
Bergoglio es argentino, es el Franciso del mundo, es el sucesor de Pedro, el apóstol que Jesús eligió para ser cimiento de su iglesia.