Si la pandemia nos da permiso, en octubre que viene podremos conocer con precisiones (fotos y mapas incluidos), el itinerario del ejército bajo el mando de Manuel Belgrano a fines de 1810 por el territorio entrerriano; y nos detendremos muy especialmente en las tres jornadas que les llevó a los revolucionarios el paso por el Departamento Feliciano.
Revisitan la ruta de Belgrano de Paraná a San Jaime en 1810
Además de músico y compositor, José Carlos Gómez (más conocido como Chely), es perito topocartógrafo en Vialidad de la Provincia y debido a su oficio durante años tuvo la inquietud de conocer los antiguos caminos de la región. Así desembocó de lleno en el trayecto de la campaña de Belgrano al Paraguay.
Gómez sintetiza así el periplo. Primera jornada: de Paraná hasta la estancia de la Torre y Vera, pasando el arroyo Las Conchas; segunda jornada hasta Antonio Tomás; tercera jornada hasta el puesto de Colobrán y Andreu pasando el arroyo Alcaraz, estancia Vizcacheras; cuarta jornada hasta El Sauce cerca del Feliciano; quinta jornada hasta Las Vizcachas cerca de San Gustavo; sexta jornada hasta La Mula cerca del arroyo San Víctor; séptima jornada hasta el puesto Lagunas (Canteros); octava jornada hasta el puesto Muñoz (El Arazá); novena jornada hasta las puntas del arroyo Basualdo; décima jornada hasta cruzar hacia la provincia de Corrientes.
“Salió de Paraná con poco más de 500 soldados, un ejército muy pobre. El primer día pasó el arroyo Las Conchas y allí padeció la primera impericia: como el arroyo estaba crecido, en el paso de la balsa que era a maroma se le dio vuelta una carreta, él le llamaba carretilla, y perdió un cargamento de pólvora y municiones”, comenta Gómez en diálogo con diario UNO.
Estanislao y el Príncipe
“Entre los gauchos que acompañaron a Belgrano se había incorporado Estanislao López, creo que como sargento, del escuadrón de Blandengues. Estanislao tuvo una serie de peripecias en este viaje. También se incorporaron Juan León Sola, Francisco de la Torre y Vera, Francisco Candioti, el llamado Príncipe de los gauchos, que tomó contacto con Belgrano en Paraná, igual que el hijo de Gregoria Pérez, cuando le entregó una carta de Gregoria para poner sus bienes a disposición de la revolución. Ella no había podido verlo en Santa Fe porque Belgrano estuvo dos días nomás ahí, en cambio en Paraná reorganizó el ejército durante siete días”.
“En Paraná dictó el Reglamento de la campaña, muy estricto. Decía que nada se consigue sin el orden, y menos en la milicia. El artículo 10 determinaba que el soldado que se atreviera a ofender a un vecino o a sus propiedades, es decir, si robaba una gallina o un huevo, iba a ser pasado por las armas... Cuando llegaron al puesto Mulas puso en vigencia ese Reglamento, por deserción, y luego mandó fusilar dos soldados cuando ya pasaba por Curuzú Cuatiá”.
Chely Gómez ha estudiado y visitado en varias oportunidades cada uno de los lugares que tocó o pudo tocar el creador de la Bandera Nacional. Y en este año 2020 los datos recuperan actualidad con motivo del bicentenario de la muerte de Belgrano, y los 210 años del tránsito por esta provincia, en una de las primeras acciones revolucionarias tras las jornadas de mayo de 1810.
Con Gregoria Pérez
“Pasado el arroyo Las Conchas, descansaron en la estancia de La Torre y Vera; ahora no queda ni la tapera de aquella casona. En la siguiente jornada llegaron hasta un puesto pasando lo que hoy es Cerrito, entre el río Paraná y la actual ruta nacional 12, aproximadamente sobre la traza de la ruta provincial 8 que comunica Cerrito con Hernandarias. El puesto de Antonio Tomás. Ahí no hemos encontrado nada, sobre las márgenes del arroyo Antonio Tomás”, admite el investigador.
“De Antonio Tomás, el ejército se dirigió en la tercera jornada hacia Santa Elena, al puesto Vizcacheras de Colobrán y Andreu. En uno de nuestros viajes que realizamos por la zona nos atendió la señora Teresa Giustiniani y nos mostró el montecito de algarrobos que aún queda de aquella época, sobre la margen derecha del arroyo Alcaraz. Hay un paso histórico que se llama Paso Potrillo, cerca de la ruta nacional 12, sobre el Alcaraz. La cuarta jornada pasa por el arroyo Feliciano a la altura de donde hoy se encuentra el paso Quebracho. Y Belgrano tomó estadía en la estancia El Sauce, que ahora pertenece a Sebastián Mutti y Josefina Matho. Sería la única casona de la época que se mantiene en pie. El resto del ejército hace noche en un puesto cerca”.
“Hay una tradición oral, que parece que contaba un descendiente de Gregoria Pérez, Carlos Parera Denis; dice que en El Sauce se encontraron Belgrano y Gregoria Pérez. Supuestamente. Al parecer, mandó al hijo a conversar con Belgrano y ella se embarcó para remontar el Paraná hasta la costa del Feliciano y lo esperó en El Sauce”, cuenta Gómez.
Carlos Parera fue amigo de Linares Cardozo, que lo nombra en su famosa chamarrita Coplas Felicianeras.
“La jornada siguiente, sería la quinta, van hacia el puesto Las Vizcachas, al este de la localidad actual de San Gustavo, sobre la ruta provincial 1; hoy se llama estancia El Rosario, hay instalaciones nuevas. Ahí estaba Las Vizcachas. De ahí, siguen la ruta provincial 1, pasan por la estación Estacas, con rumbo a La Mula, sobre la margen izquierda del arroyo San Víctor (sexta jornada). Actual Departamento La Paz. Ahí estuvimos en una oportunidad con la familia Ojeda que había desmontado lo que probablemente fuera la casona”. La precisión de Gómez nos sirve, porque en efecto, allí estuvimos hace algunos años con él, haciendo el recorrido desde Paraná hasta Feliciano, y nos encontramos con una familia muy humilde, con el dueño de casa viejito y ciego.
“En La Mula comenzó la deserción. Una patrulla detuvo a los desertores en lo que es hoy San Víctor. Belgrano dijo que hubo dos desertores, Maldonado y Muñoz. A dos leguas de La Mula los capturó la escolta”, precisa Gómez.
Entrada en Corrientes
“Según la investigación de Manuel Castrillón, el ejército hizo un rodeo por la margen derecha del arroyo Feliciano. Porque la línea del camino real iba por la actual ruta 1. Pero los revolucionarios hicieron un rodeo porque Candioti (que conocía bien el territorio), quería cruzar por dos puestos de sus estancias. Manantiales, a tres kilómetros de la margen del arroyo Feliciano pasando por San Víctor, y el otro, el puesto Lagunas, antes de llegar a Feliciano”, explica el estudioso.
“Del puesto Lagunas se dirigieron hacia el puesto de Muñoz (después de Millán). Hoy es la estancia El Arazá. En el Departamento Feliciano. En este Departamento estuvo tres jornadas: por San Víctor pasó el 28 octubre 1810, por San José de Feliciano el 29. El ejército estuvo en el puesto Lagunas, 5 kilómetros antes de Feliciano. En esa época Candioti tenía un puestero de apellido Canteros (Lagunas). Sobre las márgenes del arroyo Lagunas”.
“Desde El Arazá, el ejército marchó hacia las puntas del Basualdo, cerca de San Jaime de la Frontera, y pasó a Corrientes. Del otro lado ya lo esperaban los correntinos; al frente estaba José Gabriel Casco, un personaje que según Facundo Arce lo acompañó hasta Curuzú Cuatiá. Ese Casco se radicó en Feliciano y allí falleció”.
Belgrano y la fauna
Chely Gómez apunta que, en una de las cartas a Mariano Moreno, Belgrano describió el paisaje. “Decía, por caso, que en el paso de un arroyo (pudo ser el San Víctor o el Feliciano mismo) conoció al roedor más grande del mundo. Es decir: el carpincho. En esa travesía, de cruzar los montes y los esteros, conoció también al ciervo de los pantanos o al guazuncho, y comentó que los soldados solían volver con cueros de tigre, que sería el yaguareté”.
Le preguntamos a Gómez cómo incursionó en estas historias. “Yo investigaba los caminos primitivos, a través de los libros que se refieren a ellos, y visitaba los lugares; entonces realicé el itinerario de Belgrano y su ejército. El general Manuel Castrillón lo hizo cuando había más montes, ahora todo es más accesible. Él tenía el puesto Mula en el Departamento Feliciano, pero está en La Paz”, precisó.
“Pude hacer una monografía sobre el viaje entre el puesto Manantiales y el puesto Lagunas. Castrillón, que sería el bisabuelo del juez, dice que Belgrano tuvo que hacer un rodeo, y lo hizo porque Candioti le señaló los puestos para aprovisionarse”.
En referencia al libro que está en plena realización, Chely Gómez dice que piensa presentarlo el 29 de octubre, en un aniversario del paso por Feliciano. “Es un libro didáctico que sigue los pasos de Belgrano y su ejército por Entre Ríos con rumbo al Paraguay”.
No faltarán anécdotas, claro. “En la zona ha quedado un mito, sobre una carreta con oro que se perdió en las márgenes del Feliciano. Pero el de Belgrano era un ejército pobre. No habría que descartar algo así en otro momento, por ejemplo: cuando la expulsión de los jesuitas, en plena selva”, sugiere el estudioso.
Las Mulas
La obra ofrece detalles sobre los lugares visitados por el ejército, algunos con certezas y otros por presunción, o deducción, pero sin dudas es fruto de un arduo trabajo de Gómez y largas meditaciones en torno de las necesidades de los revolucionarios en el terreno.
Tendrá un capítulo aparte para Francisco Antonio Candioti. “Fue uno de los hombres más ricos de toda Sudamérica, llegó a tener unas 750 mil hectáreas en esta zona. La estancia madre era Tacuara Yacaré en el Departamento La Paz, como quien va de La Paz hacia el Paso Telégrafo, y de ahí derivaban todos los puestos en el norte entrerriano”, señala Chely Gómez y recuerda una serie de servicios que prestó Candioti a la revolución y a las luchas federales, como sus viajes de novela arreando tropas de mulas hacia el Alto Perú, y Chile. “Llevaba más de cinco mil mulas en arreos con cincuenta gauchos, y él a la cabeza”, apunta. “El negocio de las mulas lo hizo muy rico; las reproducía y criaba acá, en los departamentos La Paz y Feliciano; y por esa actividad en el norte entrerriano han quedado las mulas en la toponimia”.
En notas anteriores recordamos que en Paraná quedó la idea de que Belgrano descansó a la sombra de un algarrobo que aún existe en la calle Ameghino. También apuntamos que en la zona de Federación se habla del descanso de Belgrano a la sombra de un ombú, localizado en Mandisoví, en lo que fue la estancia de Juan de San Martín, el padre del Libertador, ya en el retorno de la infructuosa campaña al Paraguay.
Como se sabe, Belgrano refundó en ese viaje Federación (Mandisoví), desde su campamento en Curuzú Cuatiá.