La mala fama precede a los grupos de WhatsApp que crean los padres para tratar asuntos relativos al colegio de sus hijos: el objetivo es loable, pero en la práctica hay ocasiones en las que resulta una vía ineficaz para comunicarse e, incluso, una fuente de conflictos.
Los grupos de WhatsApp de padres del colegio: más conflictos que comunicación
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Una investigación periodística del portal español Huffington Post recogió casos reales de cuatro madres con hijos de distintas edades que participan en estos grupos y todas coincidieron en señalar que hay más ruido y discusiones que comunicación. A pesar de la distancia y las diferencias sociales entre España y Argentina, los problemas que se evidencias parecen ser los similares.
"He tenido que silenciar el grupo. Hay domingos que escriben a las siete de la mañana", asegura Mila, madre de un niño de 5 años. También recuerda que un día festivo una madre preguntó si los cuadernos para el curso había que comprarlos grandes o pequeños. "Me genera ansiedad porque hay madres superprevisoras que preguntan si hemos hecho la matrícula cuando aún queda mucho tiempo", reconoce.
Afirma que "se produce un bombardeo de fotografías cada vez que hay un baile o una excursión", algo que se agrava cuando hay un cumpleaños o se debate sobre algo. "Una mamá encendió el móvil unas horas después de una fiesta y se encontró 1.500 mensajes: votaciones de lo que gustaba y lo que no, las fotos de los posibles regalos...", continúa.
Los hijos de Sonia tienen 16, 13, 12 y 7 años, por lo que está curtida en esas batallas. A veces se reciben mensajes que poco tienen que ver con lo académico. "Una madre mandó fotos de sus vacaciones. Si eres amiga, pues igual contestas, pero si no nada".
A veces salta una polémica. "Alguien criticó a un profesor de manera injusta y otra persona del grupo lo cortó diciendo que no era el lugar para hacerlo. También a veces alguien saca algo de política", explica Sonia.
La bloguera Madre Agua, con un hijo de 4 años y otro de 11 meses, también tiene el grupo silenciado. "Entro de vez en cuando, pero si veo 327 mensajes, paso". En su opinión, que también plasma con detalle en este post, "la mayoría de las veces sólo se habla de tonterías. Si es el cumple de un niño felicitan todas las madres; si una niña pierde una pulsera la madre pone la foto y todas le dicen que ojalá la encuentre".
También ha vivido algún conflicto: "La última discusión fea fue porque se propuso hacer un regalo a la profesora y algunas madres querían y otras no . Una vez que se decidió que sí, se discutió por cuánto dinero poner. Al final la profesora se quedó sin regalo de la clase". Tras las turbulencias, señala que se dejan de hablar durante unos días por WhatsApp, pero "si se ven en persona en el colegio, la gente hace como si hubiera pasado nada".
"Lo peor son las 50 respuestas de 'yo no', 'yo tampoco', 'felicidades' y 'gracias", apunta Belén. "Somos adultos y lo suficientemente educados para darnos por felicitados o agradecidos. El niño en sí no se entera de nada y dudo de que los padres les trasladen todas esas felicitaciones", reflexiona.
A su juicio, los conflictos se producen "cuando se tratan temas que nada tienen que ver con la clase, se mandan fotos sin que todos los padres estén en grupo de WhatsApp y den su aprobación para mandarlas" o cuando se envía información "sin contrastarla".
A veces ayuda
Sin embargo, no todo es negativo. Estos grupos de WhatsApp tienen la utilidad obvia de poder intercambiar información sobre horarios, deberes, reuniones o material escolar necesario, pero también muchas otras. "Algunas mamás cuelgan artículos que leen sobre nuevos métodos de educación o en otra clase se generó una recogida de firmas para intentar disminuir la cantidad de deberes", cita Mila.
Pese a ser una herramienta tecnológica no falta el toque humano. Según señala Sonia, viene bien a las madres que trabajan "porque tienen menos información del colegio. Si no puedes ira a diario te sientes un poco fuera".
Por su experiencia, también es útil para encontrar a alguien que cuide a los niños, intercambiar libros de texto o ropa del colegio: "Todo el mundo es más o menos del mismo barrio, hay gente que no conoces pero te ayuda por el chat".
Mila apunta otra bondad de estos grupos: "Los otros padres te ofrecen ayuda cuando saben que tienes problemas personales. Se ofrecen a recogerte al niño, a comprarte material si saben que igual no tienes tiempo".
Buen uso del grupo
Para evitar conflictos y hacer de los grupos de padres una herramienta eficiente desde un sindicato de profesores español propuso una serie de buenas prácticas:
Proponen que los colegios distribuyan circulares dirigidas a los padres sobre el buen uso de los grupos de WhatsApp, que impartan conferencias sobre ello o que los profesores hablen sobre el tema en la reunión de inicio de curso con los padres.
La necesidad de que se aplique la normativa de convivencia escolar en los casos de acoso. "A veces se obvia y no se aplica.
Cuando se crea uno de estos grupos recomiendan que se deje claro que se va a utilizar para información que compete a los padres, no para tratar otros asuntos.
"Es aconsejable que la persona que cree el grupo dé una serie de orientaciones: establecer para qué sirve el grupo, pedir que los textos sean breves e informativos, que se hable siempre con respeto, que no se sustituya una conversación que se podría mantener frente a frente por una de WhatsApp y que los problemas individuales no se conviertan en grupales".
Y, sobre todo, evitar fomentar los rumores y las críticas y preservar la intimidad de los alumnos.