La sentencia por la muerte de Lucio Dupuy se conoció el último jueves, cerrándose el anteúltimo capítulo de una historia que estremeció al país. Los detalles finales de la sentencia, serán dados a conocer por el Tribunal el próximo 13 de febrero. Los escarnios físicos y psicológicos a los que se vio sometido Lucio por parte de su propia progenitora y su pareja, se convirtieron en un mojón para la sociedad argentina, apuntando las miradas al Sistema Judicial Argentino, que viene desde hace tiempo en boca de todos por su descreimiento, desprestigio y su funcionamiento a destiempo.
"Las infancias no son propiedad privada de ninguna familia"
Consultada sobre la temática, Gabriela Dueñas, quien se desempeña como docente universitaria e investigadora tomó posición sobre los embates que a diario sufren los niños. La Doctora en Psicología, Psicopedagoga y Cientista de la Educación advirtió sobre la necesidad de acompañar a los agentes que trabajan con niñas, niños y adolescentes.
—¿Qué reflexión le deja lo ocurrido en el caso de Lucio Dupuy?
—La trágica muerte de Lucio Dupuy, espero marque un antes y un después en la historia de las Políticas de Estado en Argentina en relación a nuestra obligación de velar por la protección integral de sus derechos frente a situaciones que padeció al ser objeto de prácticas violentas por parte de adultos que le provocaron la muerte. La difusión que tuvo este caso tan dramático tiene que servir a toda la sociedad en su conjunto, no sólo para quienes trabajamos en los campos de la Salud y la Educación. Estoy convencida que como dice aquel proverbio africano: “para criar a un niño o una niña hace falta una aldea”.
—¿Con qué acompañamiento deben contar los agentes del Estado a la hora de tener que realizar denuncias sobre situaciones de violencia que sufren los chicos?
—La necesidad de acompañamiento y respaldo del Estado a los trabajadores de los campos de la salud, de la educación, del campo de lo social, de la seguridad, entre otros miembros de la comunidad que toman conocimiento de este tipo de situaciones en donde niñas, niños y adolescentes están siendo objeto de violencia es muchísima. En este sentido el -Proyecto de Ley Lucio-, que se encuentra en tratamiento en el Congreso Nacional, contempla la garantía para que el denunciante resguarde su identidad, es decir, que esté en condiciones de anonimato, de modo que se evite que luego sea destinatario de amenazas, presiones y violencias. Situaciones que viven con mucha frecuencia docentes, médicos, enfermeras, psicólogas, vecinos y familiares que denuncian este tipo de delitos.
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—¿Respecto de su experiencia el fenómeno de Backlash sucede con frecuencia?
—Sobre el conocido fenómeno de Backlash, término norteamericano que refiere al contragolpe, es decir, las presiones o violencias que padecen aquellos que se atreven a denunciar como testigos. Esta posibilidad de contragolpe supone un freno para los denunciantes a la hora de comprometerse en los procesos judiciales en donde se denuncian abusos o maltratos que sufren niños, niñas o adolescentes. La Ley Lucio prevé el anonimato del denunciante. Respecto a mi experiencia, en efecto es muy frecuente estas situaciones de violencias sean protagonizadas por sus cuidadores, también es muy frecuente que los trabajadores que se abocan al trabajo con infancias y adolescencias, por lo general padecen estas presiones cuando intentan denunciar y visibilizar la situación. Este fenómeno se liga a determinadas lógicas patriarcales y conservadoras que continúan circulando de manera hegemónica en el ámbito jurídico.
—¿A qué debemos estar alertas para detectar estas situaciones de abuso?
—Respecto a aquellas conductas sintomáticas, es decir, que nos indican que podemos estar ante la posibilidad de que un niño sea víctima de prácticas violentas, es importante tener presentes cambios de conductas, accidentes a repetición, que en la mayoría de las ocasiones no suelen ser tal, sino producto de la violencia que padecen. Suelen tener una conducta ensimismada, a la defensiva: cuando uno se acerca, se retraen. Si se trata de A.S.I. (Abuso Sexual Infantil) realizan juegos que no son acordes a su edad y esto es porque repiten a través del juego lo que padecen en el ámbito del abuso. Digo padecen porque lo hacen de manera pasiva. De la misma manera, suelen ponerse agresivos y realizar juegos violentos con pares, reproduciendo aquellas mismas cosas que padecen, por ejemplo, en lo intrafamiliar. Como decía la reconocida psicoanalista francesa Françoise Dolto: ‘detrás de cada niño agresivo, hay un niño agredido’. Es frecuente que los niños víctima de abuso tengan problemas de aprendizaje con un rendimiento escolar con frecuencia muy descendido.
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—En muchas ocasiones las problemáticas en el aprendizaje suelen ser un modo de manifestación de los malestares?
—Según la sintomatología, es frecuente que los niños víctima de abuso tengan problemas de aprendizaje con un rendimiento escolar con frecuencia muy descendido en función de sus posibilidades, dado que este tipo de situaciones como el abuso sexual, muchas veces es ejercido por quienes deberían estar al cuidado, por eso, es algo del orden de lo inentendible, del orden de lo impensable e ininteligible. Los niños como mecanismo psíquico, van inhibiendo, bloqueando sus posibilidades de pensar, de entender y sus posibilidades de analizar y procesar las informaciones que reciben, esto impacta directamente en los aprendizajes. La inhibición cognitiva, si bien está generada por las situaciones que padecen, luego se extienden a otras áreas de la vida, por eso, se manifiesta un rendimiento por debajo de lo esperado en distintos dominios del pensamiento del niño.
—Hizo referencias a las violencias, ¿Cuáles son los tipos de violencia?
—En efecto cuando nos referimos a este fenómeno hablamos en plural, porque existen muchas formas de violencia. Entre ellas tenemos la violencia física (golpes y maltratos) que incluso pueden terminar en la muerte como el caso de Lucio. El ASI (Abuso Sexual Infantil), el peor tipo de abuso que en muchos casos es ejercido por el progenitor o alguien que está a cargo del cuidado. Existe también la violencia psicológica, ésta tiene un impacto grave, dado que las secuelas en el psiquismo son terribles, muchas veces en forma de descalificaciones, insultos, maltratos verbales. Esto impacta de lleno en el proceso de constitución subjetiva y de definición de su identidad. Por último, otra forma de violencia, es el abandono, el descuido y la indiferencia de los adultos. Especialmente abandono frente a las pantallas durante horas, o cuando se olvidan de retirarlos de las escuelas o cumpleaños. Estas son también formas de violencia que impactan en el desarrollo psicosocial.