El sacerdote Miguel Piovesán dialogó con la revista Iglesia Misionera Hoy, y dio detalles sobre la expectativa de las comunidades peruanas ante la inminente llegada de ocho misioneros argentinos, entre los que se encuentra la religiosa entrerriana Sara Dalzotto.
Amazonía peruana: expectativa por la llegada de los misioneros argentinos
Tal como lo informó UNO días atrás, con el envío de ocho misioneros a la Amazonía peruana, comienza a concretarse el proyecto misionero que Obras Misionales Pontificias de la Argentina lleva adelante con el apoyo de la Conferencia Episcopal Argentina.
Los misioneros serán enviados al vicariato de Puerto Maldonado, desde donde el sacerdote Miguel Piovesan, brindó una entrevista a la revista Iglesia Misionera Hoy, contando detalles sobre el lugar que será territorio de misión y las expectativas con que los lugareños esperan a los argentinos.
El sacerdote detalló las características de un Vicariato, y su importancia en la dimensión local de la Iglesia. Además, dio los pormenores de esa jurisdicción particular, que comprende 35 parroquias y ha sido confiada a los padres dominicos.
"Nuestro vicariato comprende alrededor de 35 parroquias, dispersas enormemente, lejanas una de otra, imaginen que para ir a visitar al obispo, tengo cuatro días de viaje, si tengo suerte y poseo vehículo propio, de lo contrario sería mucho más largo el camino. Entre una parroquia y otra vecina, por ejemplo, tardo un día para llegar. Un día de viaje si tengo vehículo propio, o dos días si tengo que utilizar los vehículos públicos. Es un territorio extenso, complejo geográfica, cultural, histórica, étnica y religiosamente", explicó.
También se refirió a las más de 200 comunidades que pertenecen a la parroquia Santa Rosa, donde se desempeñarán los misioneros, en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro.
"En nuestra zona esta es la única parroquia, con 206 comunidades, y se extiende a lo largo de 250 kilómetros. Luego hay arterias que van a los cerros cada 5 o 10 kilómetros, y se llega a una comunidad. Estas comunidades son en su mayoría colonos, pero hay una cuarta parte que son comunidades indígenas quechuas, matsigenka y mayoría asháninkas. Los colonos provienen de todas partes del país, pero principalmente del Cusco, desde la ciudad de Ayacucho, también de Satipo, Junín y Lima. La actividad principal que movió esta invasión de gente fue la producción de coca. Aquí se siembra coca en todas partes, que es muy abundante con todas las consecuencias y con todos los derivados buenos y malos", remarcó el sacerdote.
También explicó por qué es necesaria la misión allí, y qué esperan de los misioneros.
"La vida espiritual es algo innegable en el ser humano, aflora en cada expresión humana, y tenemos sed de cultivar esta dimensión religiosa, pero solo que faltan 'los agentes'. Aquí hay que comenzar a arar la tierra, aquí no hay conocimiento, aquí estamos en la preevangelización. Entonces ¿qué esperamos de los misioneros? que aren el campo, deshierben y seguramente harán mucho porque vienen con la experiencia de una Iglesia más avanzada", dijo Piovesan y agregó: "Los misioneros se hacen presentes viajando, viniendo y estando. La presencia se traduce en evangelizadora por ósmosis, así que bienvenidos Juan Manuel y Néstor, bienvenidas Flavia, Mayra, Alejandra, Sara, Celeste y Claudia. Y esperemos que en algún momento Perú tenga misioneros para exportar y compartir".
La hermana Sara Dalzotto estará partiendo el próximo 25 de abril. La hermana Mercedaria del Niño Jesús tiene 73 años y lleva más de 50 años de vida consagrada; es reconocida en el ámbito educativo de Paraná por dirigir el instituto secundario de la nombrada congregación, nació en una localidad cercana a Chajarí, se crió en San Jaime de la Frontera y pertenece a la diócesis de Concordia.