La iglesia argentina se hizo eco de la mirada del papa Francisco en el sínodo de la Amazonía de 2019 y por eso inició un diálogo fructífero con un obispo de la Amazonía peruana y a la vez un discernimiento con el Consejo Nacional de Misiones, los directores diocesanos de Obras Misionales Pontificias y el equipo nacional Ad Gentes. Fruto de esa unión se propuso a los obispos reunidos en Asamblea Plenaria la preparación y el envío de un equipo misionero estable para una misión permanente.
Una monja entrerriana en la primera misión a la Amazonía
Por Dina Puntín
Ese primer equipo ya quedó constituido y en abril próximo estará partiendo de misión a la Amazonía peruana, más precisamente al Vicariato de Puerto Maldonado. En dicha delegación se encuentra la hermana Sara Dalzotto (Mercedaria del Niño Jesús), reconocida en el ámbito educativo de Paraná por dirigir el instituto secundario de la nombrada congregación, nacida cerca de Chajarí, criada en San Jaime de la Frontera y perteneciente a la diócesis de Concordia.
El equipo misionero está integrado por sacerdotes, religiosas y laicos que por un tiempo aproximado de tres años se comprometerán en la atención pastoral y misionera de las comunidades asignadas. Con el paso del tiempo se harán los relevos oportunos de misioneros para dar continuidad a la presencia permanente por un tiempo estimado de 20 años.
Una de las características de esta misión es la de acompañar el proceso de la iglesia de destino, con una adecuada inserción en su dinámica pastoral y con un profundo respeto por la cultura local.
El sínodo tiene claras líneas de acción y un ejemplo de ellas es la que indica “América Latina posee una inmensa biodiversidad y una diversidad cultural. En ella, la Amazonía es una tierra de bosques y de agua, de páramos y humedales, de sabanas y cordilleras, pero sobre todo tierra de innumerables pueblos, muchos de ellos milenarios, habitantes ancestrales del territorio, pueblos de perfume antiguo que continúan aromando el continente contra toda desesperanza”.
Y el texto continúa: “Estar presentes, respetar y reconocer sus valores, vivir y practicar la inculturación y la interculturalidad. Expresar y vivir la fe en la Amazonía es un desafío siempre haciéndose”.
La región a misionar es Vraem, denominación que abarca el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro. Allí viven alrededor de 467 mil personas en 69 distritos que pertenecen a Ayacucho, Apurímac, Cusco, Huancavelica y Junín. El 70 por ciento de esas personas tiene como idioma nativo una lengua indígena u originaria, como los asháninkas y matsiguenga. Estas dos comunidades son con las que el grupo de misioneros argentinos intercambiará saberes.
Para apadrinar a la Hermana Sara Dalzotto se puede acceder al siguiente link