En las redes sociales, figuras locales igualan o duplican en seguidores a artistas internacionales que llenan estadios. ¿Es la magia del algoritmo, la pasión argentina o un fenómeno cultural? Un repaso por las claves que explican esta desconexión entre fama global y popularidad digital.
¿Por qué los argentinos superan o igualan en seguidores a las estrellas de Hollywood?
En las redes sociales, figuras locales igualan o duplican en seguidores a artistas internacionales que llenan estadios. El fenómeno cultural argentino
Por Fernanda Rivero
Tini y Robbie Williams
Lali
El fenómeno cultural argentino
En las redes sociales, algo no cierra. Actores, cantantes o influencers argentinos acumulan millones de seguidores, más que artistas con presencia global, giras internacionales y discos multiplatino. ¿Es un error del sistema o un rasgo de identidad digital local? Lo que parece una rareza, en realidad es un fenómeno social y técnico que se explica por varias razones. Y todas tienen que ver con cómo se usa internet en Argentina.
Para empezar, Argentina es un país ultra conectado. Con más del 80% de la población activa en redes sociales y un promedio de más de tres horas diarias en plataformas como Instagram, TikTok o Twitter, Argentina está entre los países más activos de Latinoamérica. En redes, como en fútbol, no se queda afuera de nada.
Lista actualizada de seguidores en Instagram para cada artista, con cifras recientes de junio 2025:
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Lali (Argentina): 12,1 millones
Tini (Argentina): 21,5 millones
Wanda Nara (Argentina): 17,5 millones
- María Becerra (Argentina): 14,7 millones
- Emilia Mernes (Argentina): 10 millones
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Julia Roberts (Estados Unidos): 12,8 millones
- Jack Black (Estados Unidos): 15,9 millones
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Robbie Williams (Reino Unido): 3,5 millones
Marcelo Tinelli (Argentina): 14,6 millones
Susana Giménez (Argentina): 3,4 millones
Pero la hiperconectividad no lo explica todo. Hay algo más profundo: la forma en que el público se relaciona con las figuras públicas. En Argentina, seguir a alguien en redes no es solo para consumir su contenido, sino más bien para formar parte de su comunidad. Se sigue por identificación, por cariño o incluso por costumbre. Es una especie de ritual afectivo que no siempre se da en otros países.
Además, los algoritmos hacen lo suyo: priorizan el contenido local y lo amplifican. Si un usuario interactúa con figuras argentinas, la plataforma le sigue mostrando más de lo mismo. Así, un influencer que se hace viral en Córdoba o en el AMBA puede alcanzar visibilidad nacional en pocos días, sin necesidad de cruzar ninguna frontera.
Por otro lado, muchas figuras internacionales no utilizan sus redes con la misma intensidad. Las gestionan agencias, suben contenido esporádico o promocional. En cambio, las celebridades argentinas viven en redes. Están presentes todos los días, en historias, reels, vivos, comentarios. Esa frecuencia construye cercanía y fideliza. Y la fidelidad digital es oro puro.
También está el famoso "efecto fandom argentino". Lo que ocurre con los seguidores de Lali, María Becerra o Bizarrap —por nombrar algunos— es una mezcla de pasión, lealtad y viralidad. En redes, esa intensidad se traduce en likes, posteos, menciones, tendencia. Y en millones de seguidores.
Entonces, ¿por qué un actor o músico argentino puede tener más seguidores que una figura de renombre mundial? Porque la fama, en la era digital, no se mide solo por prestigio o alcance global, sino por cercanía, frecuencia y comunidad. Y en eso, los argentinos son especialistas.