El crimen de Fernando Báez Sosa sucedido en enero de este año en Villa Gessell volvió a poner sobre la mesa la formación que se le da en los clubes a los jugadores de rugby. El asesinato, cometido por un grupo de rugbiers de Zárate en la ciudad balnearia, motivó que gran parte de la sociedad vuelta a tildar como violento a este deporte. Por eso, desde la Unión Argentina de Rugby (UAR) se empezó a gestar un proyecto que busca visualizar la formación que reciben los chicos en las entidades, como así también tratar de cambiar ciertos conceptos que pueden ser tomados de forma equivocada por las personas que se inician en la práctica de esta actividad.
Rugby: "Nos hacemos cargo de lo que nos toca"
Por Mauro Meyer
El programa Rugby 2030 se inició hace unos meses y una de las primeras acciones fue realizar una encuesta con todos los clubes para ver la formación que le están dando a sus jugadores. A partir de allí se encararon otras acciones y dentro de cada Unión se creó un espacio restaurativo para implementarlas en cada provincia. Diego Dlugovitzky es el referente de la UER dentro de este programa y en diálogo con Ovación repasó las actividades que se vienen desarrollando dentro de un contexto complicado por la pandemia.
“Lo que pasó con Fernando (Báez Sosa) sirvió para generar un plan de trabajo buscando una nueva cultura dentro del rugby. Estamos convencidos de que ese asesinato no es algo que surge desde este deporte, porque nadie en los clubes transmite ni siquiera algo parecido a lo que pasó. Pero siempre el rugby se hace cargo de sus cosas y ahora lo hacemos desde el lugar que nos toca. Queremos brindar algo a partir de esto a la sociedad, por eso empezó a trabajarse no solamente en la parte práctica del jugador, sino también en la esencia del mismo. Por eso se apunta a un proyecto a 10 años para trabajar con los chicos y con los entrenadores. Que pasen a ser formadores de ellos también en sus relaciones humanas. Se han dispuesto diversas actividades, como una gran encuesta a nivel nacional donde participaron todos los clubes del país. Lo que se buscó fue ver un poco qué está pasando dentro de las entidades y cómo se desenvuelven todos los allegados al rugby, es decir buscar una mirada desde diferentes puntos de cómo nos vemos nosotros y cómo nos ve el resto de la sociedad. Además se nos consultó qué identificamos por hecho violento y a partir de eso tomar decisiones”, indicó.
El dirigente también señaló que para producir un cambio se necesita a todos los actores del rugby: “Tenemos que amoldar las tradiciones del rugby al siglo XXI. Seguiremos con los valores que tomamos desde chicos como el compañerismo, la amistad, el trabajo en equipo, el respeto al referí y al otro equipo. Pero debemos adaptar todo eso al momento que estamos viviendo. Otra de las propuestas que saldrá es el trabajo de los chicos en la familia, la vinculación con las escuelas y el rugby, porque también tienen otras actividades aparte de jugar este deporte. Hay diferentes ítems que forman parte de un programa muy amplio y ambicioso”.
Dlugovitzky indicó que el proyecto que lanzó la UAR tuvo una “recepción muy buena”. “Incluso antes del propio lanzamiento de este programa desde la UER formamos un comité para analizar esta situación y ver qué nos pasa. De esa forma, trabajamos más cerca de los clubes para que los entrenadores y managers puedan detectar a tiempo alguna situación que eventualmente a futuro podría ser conflictiva. Reitero el tema del seguimiento, porque un chico puede tener una conducta impecable en el rugby y en la escuela es problemático, o al revés. El trabajo en conjunto es fundamental y desde la UER se entendió que ese era el camino. Los clubes también lo recibieron muy bien. Es un proceso, en un año complicado, porque no tuvimos prácticamente actividad. Eso es un problema, pero con el tiempo vamos a entender que tenemos herramientas como para poder cambiar muchas cosas”.
Sobre los grupos que se arman dentro de los clubes entre jugadores y que luego no se vinculan con el resto de la sociedad, Duglovitzky dejó en claro que eso “es más mito que otra cosa”. “Cualquier grupo tiene algo en común que los vincula, o por practicar un deporte o por gustos musicales. Lo que tiene el rugby es que en la formación inculcamos mucho el hecho de formar grupos, porque de esa forma se activan vínculos y amistades que perduran para toda la vida. Uno ve en otros deportes, personalmente jugué al básquet mucho tiempo, donde los chicos se van mezclando con otros de edades superiores y con el correr del tiempo se van disgregando. En cambio el rugby es mucho más estructurado en eso y se respetan más las edades. Por eso el grupo de amigos es siempre el mismo. Cada uno tiene una mirada particular de este tema y puede ser que se surjan cosas positivas y otras negativas. Parte de esto es trabajar para que todo lo que venga a partir de esos lazos de amistad sea bueno y no que haya un grupo haciendo cualquier cosa”, sentenció.
En otro tramo de la charla, el dirigente de la UER sostuvo que también se debe trabajar mucho para terminar con el concepto que se tiene del rugby como un deporte violento. “No es violento, es de contacto. Hay mucho prejuicio sobre eso. Somos miles los que estamos vinculados a este deporte y por lo que hacen cinco o 10 asesinos caemos todos. Pero hay que hacerse cargo de ese estereotipo que tiene el resto de la sociedad y ver qué cosas no hemos mostrado o qué cosas se malinterpretaron. Por qué la gente nos ve de manera distinta, eso es responsabilidad nuestra. Tuve muchas discusiones con personas que no tienen ni idea de nuestro deporte y me cuestionaban hasta un tercer tiempo. Justamente se hace desde que los chicos tienen una pelota en la mano hasta que son grandes, y es un espacio para relacionarse, para intercambiar ideas, para hablar de lo que pasó en el partido. Nos duele, porque se dicen muchas cosas sin saber. La forma de romper eso es justamente mostrando cómo se forma a un jugador de rugby. Como lo decía al principio, nos hacemos cargo de lo que nos toca y entendemos que no todo es responsabilidad de este deporte”, afirmó.
Por último, Duglovitzky destacó las acciones solidarias que se encararon este año por parte de los jugadores al no tener actividad en la cancha. “Son los buenos ejemplos que queremos que se extiendan. Muchos surgieron desde los propios clubes y también desde la UER. Hubo donación de sangre y la preparación de comidas para diferentes comedores. Te reitero, no nos hacemos los distraídos ante las situaciones que puedan surgir, porque incluso hemos vivido cosas negativas en nuestra propia Unión. Pero queremos mostrar que hay un camino positivo a seguir y donde son muchos más los que lo quieren seguir. Queremos reforzar todo eso”, finalizó.