Una vez más Julio Godoy está sentado en el banquillo de los acusados. En esta oportunidad por desobedecer medidas de restricción judiciales hacia su familia y por amenazar de muerte a la abogada de su expareja. Este martes serán los alegatos y las partes acusadoras solicitarán una pena de cumplimiento efectivo para el excapo narco de Paraná.
El excapo narco Julio Godoy otra vez juzgado
El hombre, tristemente célebre por ser uno de los primeros capos narcos en caer preso y por su presunta vinculación con el asesinato de la funcionaria judicial Dalma Otero, está alojado en la Unidad Penal Nº 1 cumpliendo prisión preventiva porque estando bajo arresto domiciliario con tobillera electrónica salió de su casa durante 42 minutos.
El juez Elvio Garzón junto a la fiscal Mercedes Nin, la querellante María Fernanda Vázquez Pinasco y el defensor oficial Sebastián Lescano escucharon a los primeros testigos tras los alegatos de apertura.
La Fiscalía y la querella adelantaron que solicitarán tres años de prisión efectiva para Godoy, mientras que la defensa planteó que la pena en expectativa por la desobediencia judicial es de 15 días a un año, por lo que consideró que ya se cumplió la sanción por el tiempo que lleva bajo medidas de coerción. Godoy lleva en total más de tres meses encerrado. Sobre la amenaza a la querellante, la defensa planteó que no se cumple la tipicidad de la figura.
En la primera jornada del juicio realizada este lunes declararon las dos hijas del acusado, la exesposa, una vecina y un oficial de la Policía. Mientras que este martes lo hará otro funcionario policial. Luego serán los alegatos de clausura.
La causa por la que Godoy está siendo juzgado data de fines de 2019, cuando fue acusado por coaccionar a su expareja y a sus hijas (les dijo que las iba a matar para quedarse con la casa donde viven), además de amenazar de muerte a la abogada que representa a las víctimas, María Fernanda Vázquez Pinasco.
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En un primer momento el hombre fue enviado al penal, pero una vez que cumplió los días de arresto quedó libre con la prohibición de acercarse y molestar a las tres mujeres y sus familias. Sin embargo, el 12, 13, 14, 16 y 17 de abril pasó cerca de la casa de su exmujer y le gritó que quería la vivienda.
Por tal motivo le retiraron la libertad con restricciones y le impusieron arresto domiciliario con tobillera electrónica. No obstante, los últimos días de abril salió de la casa donde estaba cumpliendo el arresto por 42 minutos.
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Según dijo en su defensa salió a comprar comida. Sin embargo, la Fiscalía y la querella no le creyeron y en ese momento le pidieron al juez de Garantías Gervasio Labriola que envíe a la cárcel al hombre de 55 años. El magistrado entendió que había peligros reales y dispuso el arresto preventivo, que se está cumpliendo.