Ganar como sea no estaba en los planes. La misión era exhibir una evolución en el funcionamiento colectivo. Lo remarcó el entrenador de Patronato, Gustavo Álvarez, en la previa del encuentro ante Vélez Sarsfield. Ante el Fortín, el Rojinegro mostró dos caras diferentes. Una pobre presentación en la etapa inicial, periodo en el que fue dominado por la V Azulada. Mejoró en el complemento, donde se mostró más aguerrido y competitivo. Así, el Santo dio un paso hacia atrás, pero luego tomó impulso y realizó otro hacia adelante. Aunque esto no fue suficiente para evitar otra derrota.
Patronato dio un paso hacia atrás y otro hacia adelante
Por Matías Larraule
“Con respecto al partido con Huracán dimos un paso hacia atrás en el primer tiempo y otro hacia adelante en el segundo”, analizó Álvarez, en conferencia de prensa.
“Vélez luce su jerarquía a partir de la pelota y si se la quitábamos, no crecía. Por eso de entrada apostamos a exagerar la tenencia pelota, cuidarla mucho para que no la puedan manejar, pero no lo pudimos lograr. A partir del ingreso de (Damián) Lemos fuimos un equipo más combativo. Vélez siguió siendo prolijo, pero sin profundidad. De esa manera el partido se hizo más parejo”, amplió.
A pesar de la mejoría en el complemento, lo realizado en la etapa inicial justificó el resultado. “Si hubiéramos jugado los dos tiempos como lo hicimos en el complemento diría que la victoria era para cualquiera de los dos, pero por algunas desventajas que dimos en el primero, no se si Vélez fue un justo ganador, pero si nosotros fuimos justos perdedores”, aseveró.
La falta de dinámica de Mauro González y Lautaro Torres en el juego interior motivó el cambio de dibujo. “Los dos jugadores vienen de la B Nacional. Cuando hablé con ellos, hablé de transformarse en jugadores de Primera División haciendo hincapié en la dinámica. Para mi dinámica es movimiento, toma de decisiones y ejecución técnica lo más rápido posible. Esa fue la carencia que tuvimos en el primer tiempo. Por eso buscamos ser un equipo más combativo y con mayor peso en ataque”, explicó.
Al momento de opinar si el equipo juega con una dirección menos que el resto, indicó: “Las tres canchas donde observé el fútbol más rápido son la de River, Vélez e independiente. Por el pie del equipo rival, la jerarquía, el corte de césped del campo de juego y lo mojado que estaba el escenario de juego. Esa velocidad y dinámica la podes no sufrir manejando correctamente la pelota. Si no la manejas corres atrás de la pelota manejada por jugadores que juegan a un toque y con mucha movilidad”, explicó.
“Thiago Almada metió movimientos permanente para jugar a los costados del cinco y no ser absorbido. Sumado a los movimientos de los extremos, y laterales que suben permanentemente. Vélez fue un equipo dinámico, preciso, en una cancha muy rápido y había que controlarlo. Acepto controlarlo cuando Vélez tiene la pelota, pero no perder el control cuando la tenemos nosotros”, aclaró.
En relación al bajo nivel de alguna de las individualidades, mencionó: “Hay que analizar las causas. Hay jugadores que están en un pico bajo. Son seres humanos y todos tienen altibajos. Otros vienen de una lesión y no pudieron regresar al cien por ciento, perdieron confianza y necesitan un buen partido para confiar cien por ciento en ellos. Son muchos aspectos que son emocionales, físicos, circunstanciales. Hay que analizar caso por caso y no generalizar”, diferenció.
Por otro lado, evitó generar polémica por la actuación del árbitro Hernán Mastrángelo, quien sancionó un inexistente penal a favor del Fortín, pero recordó que le anuló un gol lícito a Vélez. “Cuando llegué al vestuario estaba la imagen del no penal, pero en esa acción hay un detalle técnico que debemos corregir para evitar que la jugada llegue a esa profundidad a nuestra área.. Al mismo tiempo tengo que decir que el gol de (Emiliano) Amor estaba habilitado. No tengo de que quejarme y si lo tuviera no soy de gastar energía en eso. Me enfoco en mi equipo y pongo la energía en mejorar en Patronato”, aseveró.
Por último, recalcó que la sumatoria de varios ítems le brindan la confianza necesaria para revertir el presente. “Emocionalmente no estoy igual cuando gano que cuando pierdo porque tengo sangre, pero soy equilibrado en las victorias y en las derrotas, en los buenos momentos y en los no tantos. Por eso una racha positiva como la que tuvimos a inicios de año en la temporada pasada, o una serie negativa como la que estamos atravesando, no me mueve un pelo”, aseguró, con firmeza. “A me entusiasma el club. Trabajé en todas las categorías, excepto en Primera D, y en Patronato encontré un espacio donde se puede trabajar con tranquilidad, con coherencia dirigencial, un ámbito de mucho respeto. Además porque armé este plantel”, concluyó.