Tres mujeres, ¡“solas”!, en algún islote perdido en el medio del río Paraná. Docentes dos de ellas; la otra, quizás se dedique a una profesión afín. Una no sabe si le gusta Luca Prodan o solo se forzó a que le guste, para así amalgamarse con sus compañeros del Secundario. Se toma todo a la tremenda, mientras que su amiga –la que no sabemos si es docente o algo parecido– le gusta arrancar conversaciones con temas triviales y virar hacia angustias existenciales. La tercera, un poco más pragmática, también tiene sus problemas; al fin y al cabo, ¿quién no los tiene?
"Qué bueno que nos trajimos", un paréntesis a la mala costumbre de dejar de ser una
Mateo Oviedo. UNO
Entre mosquitos voraces y humedad litoraleña, a la luz de una luna gorda y el sabor de un vino redentor fluye Qué bueno que nos trajimos (ya no soy yo, ni es ya mi casa), escrita por Elba Neme, quien también la protagoniza junto a Lula Obaid y Raquel Freijo, bajo la dirección de Oscar Lesa.
Tres amigas navegando las aguas arremolinadas de la mediana edad, se llevan un fin de semana a la soledad de una cabaña isleña para poner un paréntesis al trabajo, los hijos, la pareja, las presiones sociales que las llevaron a ponerse ellas mismas entre paréntesis y corchetes. Una mala costumbre social, cultural y ancestral.
Tras compartir un día de sombra y río, las tres van recomponiendo su amistad y cada una irá develando su intimidad. “Ya no soy yo, ni mi casa es ya mi casa”, reflexiona con angustia uno de los personajes, sobre el cambio abrupto que le impuso la maternidad.
La obra, casi siempre en tono cómico, se fuga de vez en cuando a pasajes de dramas de Federico García Lorca, cuando la amargura amenaza con desangrar el ambiente, un aire que la mayoría de las mujeres respiró, respira o respirará en algún momento. De vez en cuando la tensión es disipada por un ringtone, la llamada del lanchero que las va a buscar, pero cuya demora es el motor de la acción.
Las actrices se manejan precisas, concentradas, íntimas, y atinadas en sus respectivos roles. El guión es dinámico, por momentos un diálogo da pie al del otro personaje y consigue un timing cómico. Otras veces, un silencio da lugar a un monólogo eufórico amargo. Se destaca también la puesta de luces –a cargo de Aldana Badano– que marca como viñetas los momentos de la trama, al igual que la musicalización. Qué bueno que nos trajimos (ya no soy yo, ni es ya mi casa) invita a reírse y reflexionar, sería difícil catalogarla como drama o comedia.
Afortunadamente, el público de Paraná tendrá una nueva chance de apreciar la obra este viernes, a las 21, en la Sala 1 del centro cultural La Hendija (Gualeguaychú 171, de Paraná).
Ficha Técnica
Actúan: Raquel Freijo, Lula Obaid y Elba Neme
Diseño Gráfico: Melina Tempelopoulos Yuros
Maquillaje: Nacho López
Vestuario: Solange Franco
Musicalización y espacio sonoro: Ariel Dutria
Iluminación: Aldana Badano
Fotos y Video: Diego Páramo y Mateo Oviedo
Dramaturgia: Elba Neme
Dirección: Oscar Lesa.