Fernanda es el título del libro que el historiador paranaense Aníbal Parera publicó hace dos años. Se trata de una biografía de Fernanda Aguirre, la joven oriunda de San Benito, de cuyo secuestro y desaparición se cumplen hoy 14 años. El autor no dudó en afirmar que es el caso más "patético y vergonzoso" de la historia policial y judicial argentina.
A 14 años, el escritor Aníbal Parera rescata del olvido el caso Fernanda Aguirre
El autor despliega una hipótesis en su libro "Fernanda" e insta al gobierno provincial a designar un fiscal especial para el caso
25 de julio 2018 · 08:22hs
"Se cumplen 14 años del ataque, secuestro y desaparición de Fernanda y el sumario sigue durmiendo el lamentable sueño de la injusticia en un juzgado de Paraná", dijo el autor a Escenario.
Parera realizó una investigación en base a disciplinas relacionadas con la historiografía y en base a esto publicó el libro en 2005. "Este libro se constituyó no solo como un homenaje a Fernanda, sino como un homenaje a las ciencias sociales, porque aquí se aprecia cómo la Sociología acompaña el pasado de la familia Aguirre, la Antropología acompaña el pasado de la familia Lencina, la Psicología acompaña el pasado de Miguel Ángel Lencina, y también está presente la biografía pintada como si fuese un paisaje en los distintos lugares donde ocurrieron los hechos".
Según Parera es un caso simple que se complicó a causa de rumores y una línea de investigación poco seria. Él basó su investigación en la premisa de que la historia es el análisis de los mecanismos que relacionan los hechos con las dinámicas de las estructuras: "Los hechos no se producen por arte de magia. Y en una dinámica estructural en declive, tanto social como política, se produce este hecho en el contexto de los secuestros que en esa época estaban a la orden del día. Secuestros extorsivos premeditados y al voleo, de profesionales y de simples drogadictos. En esa época estaba secuestrado Cristian Schaerer en Corrientes, estaba secuestrado Axel Blumberg en Buenos Aires. Y si bien el ataque a Fernanda fue cometido por un psicópata, este, al necesitar plata acudió a lo que estaba de moda, el secuestro".
Según Parera, se trata de un caso sencillo, ya que Lencina siempre cometió sus delitos en la zona geográfica por donde se movía: "Fue un crimen cometido por Miguel Ángel Lencina, un individuo que revestía en vida tres caracteres: el de ser psicópata atacante de mujeres; el de ser un primario que anteponía el instinto a la razón; y el de ser un territorial, ya que en su territorio cometió todos sus crímenes, ya sea en la zona de la terminal de ómnibus de Paraná o en la zona del Puente de Hierro en calle Almafuerte. A principios de los 90 violó a una chica y fue preso un año porque ella lo denunció; así que después decidió matar a sus víctimas, pero sus cuerpos fueron los que hablaron. Así fue que decidió que no debía dejar que hable el cuerpo, por eso desapareció el de Fernanda".
Parera presentó una solicitud al gobierno de la provincia para que designe un fiscal especial: "Un fiscal que establezca hipótesis basadas en realidad, y no, como se hizo en aquel entonces, basadas en rumores que hasta convirtieron a la víctima en victimaria. Pero estamos en veremos. Creo que es la única salida, porque hay gente que cree que este caso está prescrito y no es así, a pesar que se dilucidó el secuestro y la extorsión que llevó al juzgamiento y condena de Mirta Chávez, la mujer de Miguel Ángel Lencina, autor material del delito que se suicidó en la comisaría quinta a los 13 días de cometer el delito".
Por último, Parera reflexionó: "La única persona que se preocupaba por saber la verdad y movilizaba a la Justicia, María Inés Cabrol, la mamá de la víctima, murió por tanto probar el trago amargo de la injusticia. Y con su muerte se canceló una querella que, a decir verdad, nunca encontró un rumbo. Hoy vemos a muchas organizaciones de mujeres peleando por la igualdad y contra la violencia de género; sería importante que ellas también se pongan en la tarea de pedir que se esclarezca de una buena vez este caso, que se ha convertido en el más patético y vergonzoso de la historia policial y judicial de la Argentina. Quizás estas organizaciones podrían constituirse como querellantes".