El Paraná Rowing Club aprovechó la cuarentena por el coronavirus y comenzó con los trabajos en el gimnasio cubierto de la sede central, y fue gracias al arduo trabajo de la comisión directiva y las subcomisiones de básquet y vóley, disciplinas que utilizan ese espacio físico.
En Rowing realizaron una buena obra para dos disciplinas
Por Andrés Martino
Tampoco hay que olvidarse de los padres de los chicos, que son claves en dos funciones. Por un lado siguieron abonando lacuota deportiva, y por el otro dan una mano cuando hay que vender rifas o hacer pizzas o empanadas para vender y recaudar fondos.
Ovación visitó la entidad y habló con Pablo Fontanilla, integrante de la subcomisión de básquet: “Esto nace en el período de parate por la cuarentena con un esfuerzo de la comisión directiva del club, la subcomisión de básquet y la de vóley. Emprendimos en este período la reparación del piso deportivo. Esto consiste en el desarmado de las maderas superiores en las dos áreas y en la parte central más áreas específicas donde se veía que el piso no tenía buen pique de pelota y donde además estaban las maderas rotas. El trabajo consta de reforzar el falso piso que se llama emparrillado. Luego hay que volver a colocar maderas nuevas”.
Hoy por el confinamiento la cancha no se puede usar y en este caso tampoco hay una fecha exacta para el regreso del vóley y básquet. De todos modos cuando se vuelva, el piso lucirá de maravillas. “Lamentablemente los tiempos se van dilatando, pero la idea es que los chicos, cuando estén listos para poder practicar el deporte, cuenten con un piso deportivo totalmente funcional y acorde a las exigencias”.
Esta obra demandó un esfuerzo enorme de muchas partes: En este sentido Pablo dijo: “Estamos muy entusiasmados y sobre todo muy agradecidos a los padres porque ellos siguieron pagando la cuota deportiva. Si no era así no se podía hacer. Gracias a ellos los profesores pueden cobrar. Y también gracias al aporte de todos los padres porque de todos los emprendimientos que hacemos podemos pagar. Por ejemplo la semana pasada hicimos una venta de pizzas y se vendieron más de 400 combos, lo que significa también un esfuerzo grande de los chicos que estuvieron ofreciendo los combos. Gracias a eso se recauda dinero para este tipo de obras”.
Sin o con pandemia los clubes siempre se esfuerzan mucho para conseguir los objetivos deportivos y de infraestructura. Rowing no es la excepción: “Esta pandemia ha jugado en contra, pero también a favor. El tiempo que no tuvimos en cancha, en actividad, hizo que nosotros, que estamos dentro de la subcomisión, pensemos a futuro. Tenemos muy lindos proyectos con este grupo nuevo, tanto en lo que respecta a la parte de recursos humanos para incorporar al club como también proyectos deportivos que los vemos muy factibles de hacer”.
¿QUE SE HARÁ?
Las labores, que terminarán en una semana o un poco más, consisten en el desarmado de sectores por zonas para cambiar por tablas nuevas, aproximadamente 90 metros cuadrados que incluyen los sectores donde las tablas estén deterioradas. Además, se refuerzan los lugares donde el emparrillado no esté en buen estado y se reclavará el total del piso deportivo (550 metros cuadrados). Luego, los encargados de la obra continuarán con el pulido.
Este proceso es para tratar de eliminar todo tipo de pintura ya existente, como así también deformaciones en la madera, mediante la utilización de lijas de banda como elemento abrasivo. El siguiente paso es el plastificado de la superficie, lo que le transfiere a la madera un acabado brillante y el deslizamiento necesario para la práctica deportiva.