El 21 de junio de 2010 Peñarol conquistó su cuarta y última estrella en Primera División A de la Liga Paranaense de Fútbol. Una década atrás el Tricolor se consagró campeón del Torneo Apertura del Bicentenario al derrotar 5 a 4 a Universitario en definición por penales.
El título que Peñarol conquistó de la mano del Maka
Por Matías Larraule
El elenco de barrio Pirola capitalizó las incoherencias del reglamento. En ese certamen la diferencia de gol no se tenía en cuenta al momento de definir las series. Por eso poco importó la derrota por 3 a 0 que sufrió en su casa en el encuentro de ida.
Peña se trasladó a barrio Corrales con la ilusión de revertir la llave y dar la vuelta olímpica. Una victoria, por cualquier distancia en el marcador, le permitía estirar la definición en remates desde el punto penal. La U golpeó en la etapa inicial a través de un remate desde los 12 pasos convertido por Patricio Lescano.
Había fiesta Universitaria en barrio Corrales, pero en los últimos pasajes apareció uno de los grandes protagonista de la gesta Tricolor: Silvestre Taborda.
El eterno Maka fusiló a Agustín Sattler para igualar el pleito a los 92 minutos. “Eso nos dio fuerza y energía para seguir corriendo e intentar algo más”, recordó Matías Suárez, uno de los símbolo del elenco de barrio Pirola, en diálogo con Ovación. Suárez confesó una anécdota de esa tarde.
“Antes del gol del Maka desde la tribuna una hincha de Universitario nos gritó: “Ya fueron. No hicieron un gol en todo el partido. No lo van hacer ahora que ya termina”. Inmediatamente el Maka, que había ingresado desde el banco de suplentes en reemplazo de Gabriel Álvarez, empató el partido. “Ahí escuché que alguien dijo ‘callese señora, no hable más’”.
Guillermo Cabeza, el goleador del campeón del primer certamen del 2010, describió las cualidades técnicas de Taborda. “Estaba dando sus primeros pasos, pero ya se notaba que era un jugador distinto. Por suerte pudo anotar el gol que nos dio esperanzas. Y después hicimos el gol con el que llegamos a los penales”, rememoró,
La definición.
El juego moría en empate. La paridad determinaba el campeonato de la U. Pero Peña no bajó los brazos. Por eso tuvo su premio. Ariel Gorosito, uno de los históricos de Peñarol, repasó la acción que le dio la victoria al Tricolor.
“El señor (señalando a Carlos Cardozo) envió un centro para una terrible volea de Guillermo Cabeza. Ese gol nos dio espacio para los penales. Ahí Renzo (Correa) se convirtió en héroe”, resaltó.
Renzo Correa fue otro de los pibes surgido del semillero Tricolor que fue promovido en ese campeonato. “Tenía 18 años. Desde chico que jugaba en el club. Ese torneo fue de las mejores cosas que me he tenido”, definió el arquero que, años después, se acostumbró a dar vueltas olímpicas en Paraná Campaña con Unión Agrarios Cerrito.
“Ese fue mi primer campeonato en Primera División. Es un recuerdo que siempre quedará. Además hacer un gol en una final es algo distinto. De ahí en adelante siempre apunté mejorando, pero nunca olvidando de donde salimos y adonde me abrieron las puertas. Peñarol fue uno de esos equipos y por eso le estoy eternamente agradecido. Aparte pude lograr cosas con Peña”, agradeció Cabeza.
El recorrido.
A fines de 2009 Peñarol ascendió a Primera División A. Y a los pocos meses prolongó su dulce cosecha. Pero hasta llegar a posar en la fotografía que quedó en la memoria del Pueblo Tricolor debió sortear distintos obstáculos. Matías Suárez lo describió en una breve cronología.
“Teníamos un equipo maso. De hecho querían despedir al DT (en alusión a Fabián Reynoso) en la quinta fecha después de perder el clásico de visitante ante Sportivo Urquiza, pero entre los jugadores decidimos que no sea así. Nos propusimos clasificar sabiendo que teníamos un plantel corto con varios chicos que empezaban a jugar en Primera”.
Luego agregó. “Empezamos a remontar a lo largo del campeonato. Éramos todos un solo grupo, tirábamos para el mismo lado. Partido tras partidos nos fuimos afianzando cada ves más. Le dimos todo el apoyo a cada uno de los chicos que les tocaba jugar, a los que jugaban de entrada y a quienes ingresaban desde el banco”.
En semis Peñarol dejó en el camino a la V Azulada. “Eso nos dio mucha fuerza para jugar la final. Además arrancamos de local. Eso nos jugó en contra porque jugamos muy confiados”, se sinceró.
Peña perdió 3 a 0 en la ida. Pero sabía que si ganaba el segundo partido se incrementaban las chances de dar la vuelta olímpica. Y Así fue. El elenco de barrio Pirola asimiló un mal comienzo de partido. De la mano de Silvestre Taborda reaccionó.
El Maka quedó en la historia del club ubicado en calle Pirán. El 18 de noviembre de 2018 Taborda perdió la vida trágicamente al ser atropellado por un auto comandado por Ulises Truffel. Silvestre está en el corazón de todos sus ex compañeros, quienes se reunieron en el mural ubicado sobre uno de los paredones del club. “Él siempre estaba con una sonrisa, bien predispuesto, servicial. No es que la gente habla así por compromiso, sino que era como lo describen Quienes los conocimos sabemos muy bien como era dentro y fuera de la cancha”, concluyó Guillermo Cabeza.