En lo que fue su primer mensaje del año, la Comisión Episcopal de Pastoral Social pidió priorizar en el país la atención de las deudas sociales y “la protección de los más vulnerables”, como un paso previo a “honrar sus compromisos con la deuda externa”.
La Pastoral Social reclamó priorizar la deuda social sobre el endeudamiento externo
El organismo que preside el obispo de Lomas de Zamora, Jorge Lugones, advirtió: “Hoy vuelve a plantearse en nuestro país el dilema de pagar sobre el hambre y la miseria de millones de compatriotas o buscar un camino que, sin dejar de honrar las deudas, anteponga el crecimiento de la economía, el equilibrio de las cuentas públicas y la atención de los más necesitados antes de hacer frente a los compromisos de la deuda”.
Al citar en varios fragmentos textos de los papas San Juan Pablo II y Francisco, la Pastoral Social señaló: “En nuestra Patria se presenta hoy el renovado desafío de atender la deuda pública, pero sobre todo las deudas sociales”.
Los obispos indicaron en varias oportunidades que las obligaciones emergentes de situaciones creadas por la deuda externa “no pueden y no deben soslayar la mirada ética respecto de los compromisos con la deuda social que nacen, precisamente, de un orden económico que ha privilegiado la especulación financiera por encima de la producción y el trabajo digno”.
Los obispos que integran la comisión sostienen que la deuda social “es la gran deuda de los argentinos” y que no se trata solamente de un problema económico o estadístico.
El servicio de la deuda no puede ser satisfecho al precio de una asfixia de la economía de un país, indicó la Conferencia y recordó las expresiones del papa Francisco en su encíclica social, la carta Laudato Sí, respecto de la estrecha conexión que existe entre la justicia para los pobres, la solución de los problemas estructurales de la economía mundial y la protección del medio ambiente. “En este sentido, es necesario corregir los modelos de crecimiento que son incapaces de garantizar el respeto del medio ambiente, la acogida de la vida, el cuidado de la familia, la equidad social, la dignidad de los trabajadores, los derechos de las generaciones futuras”.
Se afirmó: “Detrás de las estadísticas hay rostros e historias de sufrimiento y lucha por sobrevivir”. Y luego señalan que es principalmente “un problema ético que nos afecta en nuestra dignidad más esencial”.
Se trata del primer mensaje del año que surge del Episcopado, cuyas autoridades encabezadas Oscar Ojea, fueron recibidos en diciembre por el presidente Alberto Fernández en la Casa Rosada.
Afirman los obispos que el país necesita “imperiosamente que la política y la economía, en diálogo, se coloquen decididamente al servicio de una vida decorosa para todos”.
En otro párrafo manifiestan: “Deseamos que, al abordar el tema de la deuda externa, nuestra patria se asuma como protagonista de su propia suerte para definir el propio desarrollo cultural, civil, social y económico, de modo de poder construir y afianzar un modelo que tenga como eje central la producción y el trabajo”. Y agregan que el servicio de la deuda “no puede ser satisfecho al precio de una asfixia de la economía de un país.”
La comisión episcopal instó, finalmente, a que se profundicen acciones “que se sustenten en la ética de la solidaridad, de la educación y el diálogo social, anteponiendo el encuentro sectorial, el trabajo argentino, la dignidad de las familias y el crecimiento económico”.