El proyecto de transmisión en vivo realizado por científicos del Conicet, que documentó una expedición en el cañón submarino de Mar del Plata, se alzó con el máximo galardón: el Martín Fierro de Oro para canales de streaming 2025. Este premio es considerado histórico, siendo el primero en su tipo. La ceremonia, que tuvo lugar en el centro de convenciones de Buenos Aires, destacó la cobertura en directo por su innovación y gran alcance educativo, la cual fue seguida por miles de personas a través de internet.
Conicet: "Conocer el fondo marino...es hacer también un poquito de soberanía"
Javier Signorelli expresó su alegría por el Martín Fierro de Oro Streaming 2025 para Conicet, y habló de "recortes y cosas negativas" para la ciencia argentina
Javier Signorelli expresó su alegría por el Martín Fierro de Oro Streaming 2025 para Conicet, y habló de "recortes y cosas negativas" para la ciencia argentina
Javier Signorelli expresó su alegría por el Martín Fierro de Oro Streaming 2025 para Conicet, y habló de "recortes y cosas negativas" para la ciencia argentina
Javier Signorelli, doctor en Ciencias Biológicas, miembro del Instituto de Biología de Organismos Marinos (Ibiomar), integrante del Centro Nacional Patagónico y uno de los miembros del streaming del Conicet en el fondo del mar. En diálogo con La Mañana de la Red (88.7 La Red Paraná) habló sobre el premio pero también de la importancia y el alcance del proyecto.
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Vale recordar que la misión galardonada se desarrolló en el cañón de Mar del Plata, ubicado a 300 kilómetros e la costa bonaerense. Más de 30 científicos argentinos, junto a técnicos y becarios de diversas instituciones, participaron en esta ambiciosa expedición. El público pudo presenciar las operaciones en tiempo real gracias a la transmisión en vivo realizada a través de YouTube, en el canal del Smit Ocean Institute. La tecnología central de la misión fue el robot submarino R/V Sebastian, el cual descendió a profundidades de casi 4.000 metros para explorar paisajes y criaturas.
"La verdad que estamos super contentos con lo que pasó anoche," comentó Signorelli y destacó que el trabajo se desarrolló de manera continua, desarrollado por el Grupo de Estudio del Mar Profundo de Argentina (Gempa) por más de 10 años.
Este galardón que les entregó Luis Ventura, presidente de APTRA, no solo distingue la excelencia en la producción audiovisual, sino que también subraya el impacto social y educativo de una expedición científica que, por primera vez en la historia argentina, permitió a miles de espectadores acompañar en tiempo real la exploración de los abismos del Atlántico Sur y descubrir especies nunca antes vistas en aguas nacionales.
Previamente, en la misma noche, el proyecto había ganado en la categoría Transmisión Especial. Paula Chaves, una de las conductoras del evento, evocó con humor algunos de los momentos más recordados de la transmisión: “Cómo olvidar a la estrellita culona o a la batatita”.
Impacto y desafíos
La repercusión del streaming sorprendió incluso a los propios científicos. Hubo días, incluso a las 2 o 3 de la mañana, en que se registraron hasta 50.000 personas conectadas mirando la transmisión. Para Signorelli, la clave del reconocimiento radica en "contar lo que hacemos" para que la gente valore el trabajo de los científicos.
A pesar de la euforia por el premio, la celebración se dio en un contexto difícil. En este sentido, el científico señaló que el reconocimiento llega en una semana complicada para la ciencia argentina, marcada por "
muchísimos recortes y muchísimas cosas negativas".
Balance científico y logística
Desde la perspectiva científica, el balance de la expedición es "super positivo", sostuvo. A diferencia de viajes anteriores, donde se recolectaban ejemplares "a ciegas" con redes, la tecnología del vehículo operado remotamente (ROV) permitió a los científicos ver en directo y seleccionar las muestras, mejorando significativamente la calidad de los datos. Los equipos aún se encuentran en una etapa preliminar, realizando inventarios, tomando fotos y estudiando los ejemplares.
En cuanto a los costos, el Conicet obtuvo el tiempo de uso del barco. El movimiento de la nave (un barco americano/norteamericano de 120 metros de largo, con 70 personas a bordo) y la logística (comida, traslados) fueron asumidos por el Smidan Institute. Signorelli comentó que disponer de esta tecnología para los muestreos era como "Disney" para los científicos.
La expedición no solo contribuye a la academia, sino que también es considerada un acto de soberanía, al permitir conocer el fondo marino del mar argentino para su posterior cuidado y conservación. Por ello, el equipo espera que el éxito de la transmisión pueda incentivar tanto el apoyo del Conicet, que en el pasado subsidiaba campañas con buques propios como el Puerto Deseado, como la posible inversión de empresas privadas en proyectos de este calibre.
La continuidad de las misiones con esta tecnología es incierta, dado que el buque cierra su trayectoria por el Atlántico Sur. Sin embargo, se mantiene la esperanza de que el éxito obtenido haga que el Smith Ocean Institute regrese a la región el próximo año.
Parte de la expedición
Javier Signorelli formó parte de la expedición en el Mar Argentino que cautivó con el avistaje de especies marinas únicas, como una medusa roja inédita y una "estrella culona" de aguas profundas. Lo que comenzó como una expedición científica se transformó en un fenómeno mediático que conectó a la sociedad con las profundidades inexploradas del mar argentino de la mano del Consejo Nacional de Investigaciones.
Este éxito no fue casual, sino el resultado de más de una década de investigación rigurosa. El equipo del Grupo de Estudios del Mar Profundo de Argentina (GEMPA), un consorcio interdisciplinario de aproximadamente 35 investigadores, becarios doctorales y postdoctorales de diversas instituciones del Conicet, viene estudiando el mar profundo desde 2011.
“En campañas anteriores, financiadas por Conicet, como las expediciones Talud 1 y 3, ya habíamos registrado alrededor de 600 especies y descrito 60 nuevas para la ciencia en el cañón submarino de Mar del Plata“, explicó Signorelli. Ese trabajo previo fue el que les abrió las puertas para luego formar parte de la misión científica del buque R/V Falkor, del Schmidt Ocean Institute. La diferencia fundamental de esta misión radicó en la capacidad tecnológica. Las expediciones pasadas se basaban en el uso de redes y rastras de fondo, métodos que, si bien efectivos para la recolección, alteraban la disposición espacial de los organismos.


























