El volumen Desde lo más profundo del corazón, que salió a la calle en Europa esta semana, lo hizo en medio de un escándalo como suelen saborear en silencio las editoriales. Es que Josep Ratzinger, el papa emérito Benedicto XVI, luego de haberlo firmado a cuatro manos junto al “ministro” de la curia cardenal Robert Sarah, pidió que se retire su nombre como coautor para que no se entienda su actitud como una presión a su sucesor, el papa Francisco. Justo ahora que Netflix puso de moda a “los dos Papas”.
Los dos papas dicen que el celibato de los sacerdotes es obligatorio e intocable
El libro de Benedicto se está vendiendo como pan caliente en París o, más apropiado, más que las baguettes que los franceses engullen a toda hora. En la portada del ejemplar editado por Fayard aparecen los nombres del cardenal Sarah y Benedicto XVI y sus fotografías. La casa editorial (degustando el suceso) decidió que ya no había tiempo para hacer cambios.
El libro no es más que un ensayo sobre el sacerdocio donde ambos se lanzan fúlmines contra una medida que abre las compuertas de la Iglesia a los curas casados. El papa emérito y el cardenal afirman que el celibato “es indispensable” y por lo tanto es imposible cualquier apertura.
El ímpetu precautorio tardío de Benedicto XVI es explicado por el clima de guerra existente entre los progresistas que respaldan a Bergoglio y los ultraconservadores que apoyan y manipulan a Ratzinger.
En los últimos años la disputa ideológica se ha hecho encarnizada y la piedra del escándalo es el documento final del Sínodo de Obispos de la Amazonia, realizado en octubre, en el que los episcopales votaron por 128 a 41 un cambio destinado en caso de aprobación papal, a revolucionar el rostro de la Iglesia, según los ultraconservadores. Allí se pone en marcha un proceso en favor de dar a los diáconos casados en la vasta región sudamericana de 7,5 millones de kilómetros cuadrados, el acceso al sacerdocio para afrontar la aguda escasez del clero.
¿Hacia qué lado se inclina el papa Francisco? Primera pregunta. Segunda: ¿volcar su simpatía a la segunda opción no implicaría otorgar un flanco para que los tradicionalistas lo golpeen hasta hacerlo tambalear –como sueñan día y noche– del sillón de Pedro?
El documento final del Sínodo de la Amazonia está sobre el escritorio del Papa argentino. ¿Qué hará? ¿Cuál será el contenido de la Exhortación Apostólica que escribirá Francisco y que fija con “imperium” las decisiones del pontífice que son ley de la Iglesia?
Meditada o no, con su propio manejo de los tiempos políticos, el papa Francisco lanzará una contraofensiva contra quienes lo acusan de hereje. Y lo hará también a través de un libro que está dedicado al inolvidable Karol Wojtyla, que reinó 26 años y medio, murió en 2005 y fue reemplazado por su brazo derecho Joseph Ratzinger, Benedicto XVI.
El título del ejemplar que constituye un elogio completo al recordado papa polaco es San Juan Pablo Magno y verá la luz dentro de poco. Allí hay una proclamación tajante de Francisco sobre el celibato: “Celibato obligatorio intocable”.
Todo dicho, para las derechas que lo acusan de defender una reforma que autorizaría consagrar a hombres casados al sacerdocio.
El Papa afirma en el libro que para él el celibato obligatorio, además de ser una característica fundamental de la Iglesia católica es también “una gracia que debe ser preservada y conservada”.
El volumen se trata de una larga entrevista en la que el Papa responde, y en este tema clave reitera una posición que, en realidad, ha mantenido toda su vida en favor del celibato obligatorio, un dato biográfico que hace fruncir las cejas a muchos progresistas. Pero que a los ultramontanos que conspiran para echarlo del papado los priva del argumento principal para intentar una aventura cismática. Ya habían machacado con que estaba traicionando la teología de la Iglesia cuando dispuso la comunión a los católicos divorciados vueltos a casar.
El libro de Francisco será editado por la editorial de la orden de San Paolo, al cumplirse 100 años del nacimiento del pontífice polaco. Francisco se proclama asombrado de la alta espiritualidad de Wojtyla, de las horas que pasaba orando de noche. Esa admiración, explica, lo llevó a dar su testimonio personal durante el proceso de canonización.
En la entrevista del libro, Francisco elogia a Joseph Ratzinger, su predecesor. Y cuenta a su entrevistador, Luigi Epicoco, que en Buenos Aires lo acusaban de ser un conservador porque él resultó ser uno de los cardenales que apoyaron la elección de Ratzinger en el Cónclave de 2005 que lo eligió pontífice. Según confiesa Bergoglio, emitió ese voto “porque era el hombre justo en el momento justo”.
Francisco: “La Iglesia debe estar con los pobres y débiles”
El papa Francisco manifestó ayer la necesidad de que la Iglesia esté “con los pobres y débiles, no con los ricos y fuertes”.
“La Iglesia está obligada a volverse más moderna: estar con los pobres y débiles, no con los ricos y fuertes”, aseveró el pontífice en un diálogo con el director del diario Repubblica, Eugenio Scalfari, publicado el jueves.
Durante el diálogo, el pontífice también le planteó al periodista que “el planeta está amenazado”, por lo que considera que “el clima debe ser nuestra primera emergencia”.
Scalfari, de 95 años, es un visitador frecuente del pontífice y ha provocado varias polémicas en el Vaticano por sus entrevistas sin grabador de las que luego reproduce pasajes de memoria, lo que ha llevado a cruces de interpretaciones con el aparato de prensa vaticano por las comillas atribuidas a Jorge Bergoglio.