El Ministerio de Defensa ucraniano informó que el ejército dio otro duro golpe a las tropas de Putin: la muerte del general ruso Yakov Rezantsev. Según fuentes ucranianas, el alto mando murió en un ataque cerca de la ciudad sureña de Kherson.
El ejército ucraniano abatió al general ruso Yakov Rezantsev
Rezantsev era el comandante del 49º ejército combinado de Rusia. Y según los datos del gobierno de Zelensky, se trata del séptimo general abatido, y el segundo teniente general, el oficial de más alto rango del que se tiene noticia.
Hasta ahora, Putin sólo admitió la muerte de un general, Andrey Sukhovetsky, en un discurso pronunciado poco después del inicio de la guerra. Rusia dice que 1.351 soldados han muerto desde que comenzó la guerra en Ucrania, aunque Kiev y los funcionarios occidentales dicen que la cifra es mucho mayor.
Según explica Jonathan Jackson, especialista de la Universidad de la Ciudad de Birmingham, es muy probable que el ataque a los altos mandos terrestres rusos forme parte de una estrategia ucraniana más amplia para desbaratar la red de mando y control de sus enemigos. Las fuerzas ucranianas son conscientes del enfoque de liderazgo que han adoptado las fuerzas armadas rusas desde 2001. Su rígido sistema jerárquico, supervisado por un líder autocrático como Vladimir Putin, condena a los rangos inferiores a una cadena de miedo perpetuo, con poco espacio para el pensamiento independiente o la toma de decisiones.
Es cierto que los altos mandos siempre han estado expuestos a convertirse en objetivos en el campo de batalla, algo que el Ejército Rojo utilizó con un efecto devastador en las ruinas de Stalingrado en 1942, en las que los francotiradores soviéticos apuntaron tanto a los rangos inferiores como a los superiores. Sin embargo, lo que difiere entre este conflicto y los librados en el pasado es la proximidad a la línea del frente en la que parecen operar los generales rusos. La falta de confianza que tienen en sus líneas de comunicación y en el nivel de los mandos en tierra - resultado de los niveles crónicos de corrupción - está proporcionando claras oportunidades para que los militares ucranianos golpeen a los pocos líderes militares competentes.
Ucrania cuenta con varias unidades de combate bien equipadas que serían capaces de llevar a cabo misiones especializadas, por lo que parece que se podría aprovechar cualquier oportunidad para lanzar un ataque directo contra los generales, diseñado para interrumpir las líneas de comunicación, causar confusión y frenar aún más el avance ruso.
También es enormemente simbólico y proporciona un claro ejemplo a las bases rusas de que sus enemigos pueden apuntar a los altos mandos con facilidad, demostrando un fracaso del sistema para proteger a su personal superior. Es un claro símbolo de un sistema de comunicación débil e incompetente que está obligando a los generales a pasar de la toma de decisiones estratégicas a las tácticas.
Esto provoca la desconfianza en la eficacia de las cadenas de mando, y la duda se extiende mucho más rápido que la convicción.