Cada 2 de junio se celebra en todo el país el Día Nacional del Bombero Voluntario para reconocer la responsabilidad y vocación de quienes eligen cumplir un importante rol social en la prevención y cuidado de sus comunidades. En la actualidad, Argentina cuenta con más de 43.000 bomberos voluntarios, de los cuales 7.000 son mujeres, distribuidos en más de 900 cuerpos en todo el país. La historia de los bomberos voluntarios se remonta al año 1884, cuando un aluvión inmigratorio llegó al país instalándose, en su gran mayoría, en el barrio de La Boca donde un 2 de junio –tras un incendio– nació la primera Sociedad de Bomberos Voluntarios.
Bombera: Juliana Brickmann es voluntaria por orgullo y vocación
La tarea de los bomberos voluntarios es primordial para la comunidad y la llevan a cabo de manera desinteresada, solidaria y profesional. La capacitación y el entrenamiento son unas de las bases del crecimiento de este Sistema Nacional que está reconocido por la Ley 25.054 y representa en la República Argentina el principal brazo operativo de protección civil.
Para reconocer el trabajo desinteresado y humanitario que realizan los 365 días del años, Diario UNO dialogó con la cabo primera Juliana Brickmann del Cuartel de Bomberos de General Ramírez. Esta institución, próxima a cumplir sus 30 años de fundación, tuvo entre los primeros integrantes de la misma a Edgardo Brickmann, padre de Juliana.
—Decidiste ser bombero por tu papá. ¿Cómo fue tomar el impulso para arrancar? ¿Cuántos años tenías?
—Mi papá Edgardo Brickmann formó parte de los comienzos del cuartel que en un principio correspondía a Defensa Civil, tiempo después se le otorgó la Personería Jurídica como institución. Cuando me anoté como aspirante tenía 22 años, fue a partir de una convocatoria para aspirantes mujeres. Amigos míos ya estaban dentro de la entidad, por lo que me enteré y me inscribí.
—Imagino que recibiste el apoyo de la familia.
—Totalmente. Excepto mi mamá que al principio le costó un poco la idea, es muy sobreprotectora. Hasta el día de hoy escucha la sirena y se pone nerviosa (se ríe).
—¿Ser bombera fue como te lo imaginaste o mejor?
—Sin dudas, mucho mejor. Cuando una ingresa, piensa en bomberos como un espacio donde te enfocas en ayudar al otro. Pero además de eso, me encontré siendo parte de un grupo humano increíble que te contiene y apoya, que se convierte en tu familia. Sos parte de algo mucho más grande de lo que la gente generalmente ve.
—¿Cuál fue tu primera intervención? ¿Y cómo la viviste?
—Fue una semana después de jurar. Quedó en la memoria de todo el personal que asistió porque hubo una víctima fatal en ese incendio. Pensé que en mi primer salida me inundarían los nervios, pero estuvimos muy contenidos por el grupo con más experiencia que asistió con nosotros.
—¿Cuál fue el momento más difícil que te tocó enfrentar?
—Fue en una salida por un accidente de autos, de hace unos 4 años. Yo trabajé con una de las víctimas, mientras que mis compañeros con otra que estaba atrapada en el otro auto. Cuando llegué al hospital, me llamó el Jefe de Cuerpo Activo para informarme que la otra persona era mi abuela. Gracias a Dios sus heridas fueron leves pese a la fuerza del impacto. Pero fue increíble, por el profesionalismo de mis compañeros, que nunca me di cuenta en el lugar que era ella la accidentada.
—Incendios, accidentes, búsquedas. ¿Te especializás en alguna rama en particular o estás preparada para enfrentar todo?
—Todos debemos estar listos para enfrentar todo, pero supongo que cada uno también tiene su preferencia. A mí, particularmente, me gusta mucho la parte de primeros auxilios y socorrismo y busco especializarme en eso.
—En tiempos de pandemia. ¿Hubo menos espisodios que requirieron de su intervención?
—Descendió la cantidad de accidentes, pero sí tuvimos mayor cantidad de incendios forestales debido a la época de cosecha y además la sequía.
—¿Ser voluntaria significa siempre tener una actividad laboral paralela a esta función?
—En el momento que decidís ser bombero voluntario y te interiorizás de cómo es el sistema, sabés que cada momento que tengás libre lo vas a dedicar a tu vocación. Pero siempre es complementario a alguna profesión, oficio o trabajo.
—¿Cómo se organiza una salida de emergencia?
—En tiempos de pandemia, minimizamos la presencia de personal en las instalaciones, por lo que no tenemos Cuartelero las 24 horas, por eso la activación de la emergencia generalmente ahora se hace por el celular, mediante una aplicación que usamos o por whatsapp. Luego el personal se dirige al cuartel, el primero que llega hace el toque de sirena dependiendo el siniestro y posteriormente se organiza la dotación. Si hay personal en el cuartel cuando se recibe el llamado, se procede al toque de sirena y luego se realiza la activación por celular.
—¿De qué manera se pueden sumar voluntarios? ¿Qué hay que estudiar? ¿Hay cupos? ¿En qué consiste la capacitación?
—En principio, en el caso de nuestro Cuartel, hay que esperar al llamado de Aspirantes. De acuerdo al número de habitantes de nuestra localidad, el número de personal de Cuerpo Activo oscila en los 30 bomberos, por tal motivo si el numero comienza a bajar se convoca a aspirantes. Las temáticas de estudio son muchas más de las que se piensa: Historia del Sistema Bomberil, Socorrismo, Incendios estructurales y forestales, Comunicaciones, Materiales Peligrosos, Cuerdas, Búsqueda y Rescate con canes, Seguridad Bomberil, Psicología de la Emergencia, BREC (Búsqueda y Rescate en Estructuras Colapsadas), entre otras. La capacitación en todas las áreas es tanto teórica como práctica y permanente.
—¿Cuántas mujeres integran el cuerpo de tu ciudad? ¿Se hacen diferencias en algunas tareas o el trato es igualitario?
—Actualmente somos nueve mujeres en actividad. En el caso de mi cuartel, y siempre lo agradecemos, no hay diferencias en cuanto al trabajo y el trato es el mismo entre mujeres y hombres, siempre basándonos en el respeto. Lamentablemente, no es el escenario de todos los cuarteles.
—Si tuvieras que convocar para que acompañen el trabajo de los bomberos ¿qué dirías?
—Que el apoyo de la población es fundamental. Somos lo que somos, gracias a la ciudadanía que aporta su granito de arena. No sólo apoya al bombero en el momento que suena la sirena, sino a su capacitación, vestimenta, seguridad y por sobre todo, su vocación de servicio.
JulianaxJuliana
Juliana Brickmann está por cumplir 30 años y su familia está integrada por su papá Edgardo, mamá Norma, sus hermanas Melissa y Maite y su sobrina Amparo, su debilidad.
Vive en barrio Evita de General Ramírez y trabaja de administrativa y atención al público.
Su día se reparte entre su actividad laboral (con la cuarentena tiene más flexibilidad de horario) y trata siempre de pasar a tomar unos mates por la casa de sus padres y a la noche un rato por el cuartel.
Entre sus anhelos se encuentra el deseo de que la actividad bomberil siga vivenciándose en su familia, a través de las generaciones venideras.