Contar hechos y reflexionar sobre la actualidad en el escenario de “río revuelto” en el que constantemente vive el país, sin certezas en la política ni en la economía, es uno de los grandes retos a los cuales se enfrenta el periodismo argentino. A esto se suman la precarización de gran parte de los y las periodistas, la multitarea, el poco tiempo para investigar y analizar los hechos, con audiencias cada vez más abúlicas en cuanto a la política, con elementos predictivos poco confiables y cambiante y con el agravante de una marcada segmentación y crispación en la opinión pública.
Elecciones 2023: desafíos del periodismo en un contexto incierto
Foto: Gentileza Joaquín Caballero
Uno de los paneles del 12º Congreso FOPEA de Periodismo Multiplataforma, realizados el 2 y 3 de junio en Córdoba, reunió a profesionales de distintos medios para debatir "Los desafíos de los periodistas en la cobertura de las elecciones presidenciales 2023”, uno de los comicios más atípicos de los últimos tiempos, en cuanto a indefiniciones, internas y “roscas políticas”.
Como ejercicio democrático, en época de elecciones, los medios deben exponer las propuestas de todos los candidatos y es lo que la ciudadanía espera conocer. Qué hará esa persona, partido o frente, si es electo para gobernar, con la economía, la salud, la educación, el empleo, el ambiente, la justicia, la seguridad, la cultura, el deporte, las políticas de género, infancia y vejeces, entre otros importantes temas. Pero estas cuestiones no están sobre la mesa de debate. En ese sentido, y con finos matices, los panelistas coincidieron en que a los profesionales les ha tocado anticipar definiciones que ni la política tiene resueltas. Y que existe una disociación entre la política, (cierto) periodismo y la sociedad, muy difícil de salvar.
Virginia Guevara, periodista de La Voz del Interior, de Córdoba, abrió una larga autocrítica sobre el rol de periodismo político y habló de la necesidad de volver a generar la información relevante y de calidad que demanda la ciudadanía.
En este punto del debate se sucedieron los “mea culpa” sobre contenidos que a la gente que no interesan, espacios llenados con obviedades, “periodismo berreta que reproduce declaraciones”, “periodistas que actúan como barrabravas discutiendo desde las pantallas, sin contribución al debate, ni a la convivencia, ni a la democracia".
También se habló de una dirigencia que no sale de las internas, tan lejana a la gente, que no logra captar el interés de los usuarios de noticias porque sus demandas son otras y porque el periodismo ha acompañado -y hasta promovido- ese distanciamiento.
Al respecto, Claudio Jacquelin, periodista de La Nación, remarcó que la cobertura de estas elecciones presidenciales será la más desafiante en 40 años de democracia, debido a la incertidumbre en el rumbo del país y el desinterés de las audiencias por la política. Mencionó además el daño causado a la credibilidad del oficio que le infligieron el “periodismo militante” y el “periodismo de la indignación”.
La jefa de la sección Política de Perfil, Rosario Ayerdi, fue más lejos y mencionó la responsabilidad de los medios en el ascenso de figuras antidemocráticas y personajes peligrosos para la política y la sociedad, que ganaron espacio y micrófonos. También de fomentar audiencias cada más duras y fanáticas, a la vez que recalcó la necesidad de que el periodismo ponga sus límites.
Fernando Stanich, de la Gaceta de Tucumán, planteó que el periodismo político está inmerso en una especie de microclima. “Afuera de la política hay otro mundo y el periodismo debería opinar menos e informar más”. “Argentina está atravesando un momento de mucha fragilidad. Hay que volver a las buenas prácticas periodísticas para generar la información que necesitan las audiencias”, puntualizó.
Hubo coincidencias en describir como "cluster endogámicos" y "burbujas de sentido" a las audiencias cada vez más chicas y más fanatizadas.
Diego Marconetti, periodista de la Voz del Interior, de Córdoba, aseguró que estas elecciones serán desafiantes porque el periodismo nunca tuvo tantos datos a disposición y menos tiempo para asimilarlos. Recalcó que se está frente a una sociedad apática hacia la política y ante la aparición de la derecha, un tercer dispositivo ideológico del cual el periodismo debe hacerse cargo: "Nunca la política estuvo tan crispada en un ecosistema mediático", expresó ante el atento auditorio de la Universidad Blas Pascal.
Para finalizar Marconetti hizo énfasis en tres herramientas con las cuales los periodistas deberán cubrir estas elecciones: la tecnología disponible, con el agregado de la IA, bases de datos confiables y la producción de contenido multiplataforma. "En todos estos campos debe estar presente la pretensión de neutralidad, pues hay cada vez más fanatismo y no sólo la política es la responsable".
Fuentes, encuestas, Fake news, IA y otros desvelos
• Entre los desafíos a sortear en la cobertura de las elecciones se mencionaron las fuentes y las relaciones que, a través de los años, se vuelve estrecha y poco aconsejable. También se apuntó a las encuestas, que han demostrado ineficacia en elecciones pasadas y cuyas metodologías generan más dudas que certezas.
• Sigue causando desvelo en la profesión la circulación de las “fake news” (noticias falsas) que requieren agudizar el control mediante herramientas “fact checking” (chequeo de datos) y la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) con una batería enorme de herramientas para comprender y asimilar en tiempo récord.
En crisis
A los contenidos políticos que generan poco interés y a la pérdida paulatina de lectores/audiencias/usuarios, se suman los problemas de financiamiento de los medios, dependientes de las pautas publicitarias de la política. La referencia obligada de los panelistas hacia la "muerte de la primicia" y la prensa de los políticos que compiten con los periodistas. "Esos prenseros que deslizan su material masticado" que se publica sin filtros -por imposición, por comodidad o por falta de tiempo de periodistas multiplataforma que, en la vorágine de la avalancha informativa, no alcanzan a elaborar sus propios contenidos.
Sin adaptabilidad a todos estos desafíos, la profesión tiene un destino incierto. Los más jóvenes consumen otros contenidos en medios que no son los tradicionales y no muestran interés alguno por las noticias políticas, ni de otro tipo, al menos como son presentadas en la actualidad. Ante estos desafíos, el camino que se impone en el periodismo es el de la reconversión para atraer el interés de quienes hoy se alejan de los medios y de crear contenidos que mejoren la convivencia social y la democracia.