Nacida en el año 2015 en Córdoba de la mano de un grupo de profesionales de áreas como la ingeniería, la computación y los negocios, Mothus Technology es una empresa que aplica robótica para ayudar a niños y adultos con enfermedades neurológicas o parálisis cerebral. La innovación social que motoriza este proyecto lo llevó a ser uno de los protagonistas del Programa Legado 2023, de la compañía Bayer, que tiene el objetivo de financiar soluciones innovadoras/sustentables de alto impacto social en los ámbitos de la salud y alimentación.
El Programa Legado de Bayer impulsa un proyecto de robótica para rehabilitación neurológica
Mothus fue seleccionada entre 97 proyectos que aplicaron al Programa y recibirá un monto de u$s 18 mil de la firma, el cual, en palabras de sus dueños, servirá en pos de llevar la iniciativa a un nuevo nivel con la fabricación de cinco “KineBot”. Estos últimos son robots pensados para acompañar y estimular la movilidad de personas que enfrentan secuelas al momento de desplazarse luego de sufrir patologías como, por ejemplo, un accidente cerebrovascular (ACV).
“Lo que buscamos es descentralizar las terapias de rehabilitación que actualmente enfrentan quienes no se encuentran en los grandes centros urbanos del estilo Rosario, Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba o Mendoza, donde se concentra la tecnología más avanzada. En Latinoamérica menos del 1% de la población accede a robótica en este tipo de tratamientos, por eso invertiremos el dinero obtenido en la producción de cinco nuevos robots a distribuir en institutos y centros terapéuticos a lo largo del país”, indicó a La Capital Cristian Alberoni, Ingeniero Electrónico, Mágister en Ciencias de la Computación.
Surgimiento y expansión
Mothus Technologíes surgió en el 2015 de la mano de Cristián junto a Pablo Alberoni, licenciado en Administración de Empresas, Contador Público y con una Diplomatura en Gestión de Emprendimientos y Orlando Alberoni, Ingeniero Mecánico y especialista en Ingeniería Gerencial, con experiencia en el área de gestión de la producción y calidad. Ellos tres son el grupo fundador del proyecto que luego incorporó a sus bases a Isela Castellano, licenciada en Sistemas, Magister en Ciencias de la Computación, Doctoranda en Ciencias de la Computación y Henry Hernandez Gomez, Doctor en Ciencias de la Computación y Asesor Científico.
“Nació como un emprendimiento familiar debido a una experiencia que tuvimos en nuestro núcleo. Eso nos llevó a poder conocer a otros pacientes que estaban atravesando situaciones similares y a compartir vivencias, entendiendo cuáles eran las necesidades que enfrentan. Va más allá de soluciones tecnológicas puntuales, entendimos que debíamos crear un desarrollo que se centrara en las personas, cuyo impacto fuera medible, así decidimos trabajar directamente en el campo de la rehabilitación física”, señaló Alberoni.
A lo largo de estos años, el equipo fue formándose para atacar la problemática de movilidad reducida que enfrentan muchos pacientes que atravesaron un problema neurológico, con foco en los ACV. A su vez, el robot se puede usar en individuos con lesiones medulares o niños con diferentes neuropatologías y neurodegenerativas que afectan la marcha. El “kinebot” opera concretamente en un reentrenamiento del cerebro, a través de una propiedad de plasticidad cerebral, incentivando a que la persona recupere movimiento, recobrando independencia.
“No es que te garantiza el 100% de la movilidad, pero sí más probabilidades de recuperarla a largo plazo. Su apariencia es la de un nexoesqueleto que moviliza las piernas del paciente y permite generar el movimiento o, si tiene alguna movilidad, mejorarla. Se sujeta desde la base del pie, ahí ejercemos su marcha, la persona va colgada de un arnés con sensores que miden cómo ejerce la acción continua. Luego procesamos esa información en la nube”, explicó el ingeniero.
El objetivo es que la información obtenida sea analizada por el equipo médico que monitorea el cuadro y que valga en la toma de decisiones a futuro. Alberoni hizo hincapié en que el plan que ofrecen se centra en trabajar con cada paciente de forma personalizada para adaptar la terapia lo mejor posible a sus requerimientos. Al servirse de datos que se almacenan digitalmente, el individuo puede obtener el seguimiento de un profesional especializado (generalmente radicados en grandes ciudades) a la distancia.
Modelo de negocios e impulso
Mothus propone crear una red de dispositivos robóticos que se instalarán en distintas regiones del país, siendo operadas por técnicos con conocimientos en los equipos. Actualmente, cuentan con un “kinebot” prototipo en la ciudad de Córdoba en la Clínica ALPI y encararán la fabricación de estos cinco nuevos robots, destinando el monto de Bayer a la compra de insumos, la mayoría de estos de origen nacional.
“El dinero de Bayer nos permite cofinanciar la producción de material y su compra, pensando también en instalarnos en un nuevo espacio. Justamente veníamos operando en un coworking donde tenemos nuestro taller, pero ya estamos terminando nuestra planta que va a estar ubicada en las afueras de la ciudad de Córdoba, amplia e ideal para la etapa que arranca ahora”, explicó Alberoni sobre los proyectos a corto plazo de Mothus en Argentina.
A su vez, sostuvo que en la actualidad una parte del equipo reside en el país mientras que él y otros integrantes se encuentran en México. La idea de estar divididos responde a que el plan de expansión incluye replicar el modelo de negocios actual en el país latinoamericano. El interés, según el ingeniero, radica en que es un mercado diverso y muy interesante a explorar dado las desigualdades económicas o de acceso a la salud que existen. En este sentido, se encuentran buscando inversores para instalar un centro modelo que les permita operar desde allí.
“Nuestro esquema de negocios está orientado al ‘leasing’ de bajo costo, instalando un equipo que sale x cantidad de dinero por el 20% de su valor. La competencia está con un precio de venta en Argentina que ronda el medio millón de dólares, la meta es sumar esta tecnología en un precio que no supere los u$s 40 mil, la clínica lo paga y luego cobra un honorario al paciente cuando lo usa. Buscamos que deje de ser tan exclusiva y democratizar esta tecnología entre ciudadanos”, aseguró el especialista.
En cuanto a los planos de la nueva tanda de “kinebots”, indicó que toda la producción para la Argentina tiene que estar lista de cara marzo del año que viene, porque el proyecto cuenta con socios adicionales a Bayer con los que vienen trabajando, con sus propias exigencias en tiempos y rendimientos. Uno de ellos es el fondo Sancor Seguros, que también cofinancia la iniciativa, además de contar con otros ingresos como Aportes No Reembolsables (ANR) de Nación.