Lisandro Ruiz Moreno regresó de Shangai donde participó del torneo JUMP10 representado al país. El escolta-base señaló que la experiencia deportiva fue "buenísima" a pesar de jugar un básquet distinto y confesó que la vivencia cultural fue "enriquecedora".
Ruiz Moreno: "Lo procesé y entendí que es una oportunidad única"
Lisandro Ruiz Moreno explicó por qué decidió volver a Echagüe luego de ser cortado la temporada pasada. Señaló que tiene una gran expectativa en el equipo que se armó. Dijo que el hincha "siempre estuvo", pero hay que retribuirle algo y contó su experiencia en Shangai.
29 de agosto 2017 · 11:09hs
Ahora está metido en la pretemporada de Echagüe que comenzará el lunes de cara a la Liga Argentina o TNA y explicó por qué tomó la decisión de volver luego de haber sido cortado en la temporada pasada cuando el equipo transitaba la Liga Nacional. Reflexivo y convencido dijo que le genera una gran expectativa el equipo que se armó y sostuvo que el hincha de Echagüe "siempre está", pero aclaró que "hay que retribuirle algo" desde adentro de la cancha.
—¿Cómo fue la experiencia deportiva en China?
—En lo deportivo fue un básquet diferente a lo que estamos acostumbrados. Ellos, en este torneo en particular, evidentemente quieren generar un producto era de un básquet muy rápido. Se divide en tiempos de 12 minutos, el reloj no se detenía y las posesiones eran de 17, entonces esa estructura de básquet FIBA que tenemos nosotros, nos jugó un poco en contra. Porque por ahí teníamos un idea de llamar una jugada, de pasarnos el balón y era muy difícil. El juego era muy rápido y de escasa posesiones y se permitía muchísimo más contacto del que nosotros estamos acostumbrados. Entonces en ese sentido nos costó. Independientemente de eso pudimos competir, jugamos contra China y perdimos en suplementario. Al otro día jugamos contra España y perdimos el primer período, porque esa es otra; son dos períodos y los puntos no se suman. Jugás el primero y lo ganás y estás 1 a 0 arriba, si perdés el otro 2 a 0 y si lo ganás, empatas y vas a un suplementario de dos minutos. Nos pasó con China que quedamos muy descolocados, no sabíamos si la falta seguían. En eso nos sacaron ventajas porque muchos equipos ya habían participado de ediciones anteriores. El nivel basquetbolístico tenía de todo: había ex-ACB y algún ex-NBA y también los jugadores de medios local. Estuvo buenísimo porque fue diferente jugar a otra cosa y a otro ritmo. No pudimos ganar ninguno de los dos partidos, pero son experiencias.
—¿Y culturalmente?
—Fue un hermoso viaje porque conocimos una realidad que de otra manera nos se puede. Como siempre digo una cosa es cuando te lo cuentan y otra cosa es verlo y estar. Tienen un ritmo de vida acelerado, una forma de manejarse diferente, el trato, las comidas y sus horarios son distintos y todo eso hace que el viaje esté muy bueno. Coincidimos a la vuelta de que fue un viaje muy enriquecedor en lo personal y en lo colectivo.
—En Paraná nos quejamos mucho del tránsito, pero allá evidentemente por los videos que subiste, es un caos.
—Va a sonar increíble, pero somos privilegiados de manejar como manejamos. Coincido que en Paraná no sabemos manejar, pero allá es un caos. Para resumirlo, jugábamos a que alguien entendiera una regla de tránsito. A ver uno que me diga este dobló porque hay tal flecha o este colectivo se detuvo porque pasó tal cosa. No pudimos entender una regla. Es salvaje. Es un descontrol controlado porque ellos están acostumbrados a vivir así. Si bien hay accidentes no es algo grave, es un roce mínimo y seguir. Pero a nosotros los occidentales nos dicen te doy un auto para manejar en China, yo no me animo. Otra cosa que vimos cuando nos manejamos en el taxi porque es un medio muy barato es que no hay gente que no sea asiática manejando. Poco y nada, vimos dos o tres en una autopista.
—Estamos a días de una nueva pretemporada y en Echagüe ¿Cómo la vivís después de haberte ido del club en la temporada pasada y no como querías?
—El tiempo que pasé fuera de Paraná y el tiempo que pasó hasta que decidí que iba a jugar en Echagüe a mi me dio una absoluta tranquilidad de la decisión. Es más te diría que es una decisión que está masticada durante seis meses. Porque estando en otro lado me di cuenta de muchas cosas que por ahí estando acá no podía. Muchas falencias y quejas que tenía respecto de Echagüe, me di cuenta que son un común denominador de la categoría, me di cuenta que uno tiene ciertos ideales que son difíciles de encontrar en la categoría y que son falencias propias del nivel en el que nos estamos manejando. Entonces parte de irme fue aceptarlo, porque uno reniega en el día a día hasta que termina de entender que son parte del paisaje y hay que aceptarlas y sino te haces a un costado. A mi me sirvió para darme cuenta de que no estaba en un lugar donde las cosas no se hacían bien, sino que se hacen así. Y después el hecho de no haberme ido de la mejor manera, me di cuenta, sincerándome que uno pone el corazón y el sentimiento en lugares donde no corresponden. Como conclusión de lo que sucedió me di cuenta que el corazón y las emociones van del rectángulo hacia adentro. Es decir cuando uno juega: el deporte y en lo que uno hace desde chico, ahí va el corazón. Ahora cuando vas afuera que ya te manejás con la dirigencia o cuestiones contractuales o infraestructura, ahí tiene que jugar más la cabeza. Entonces creo que mi error fue involucrar el corazón por ser de Echagüe, por haber hecho las inferiores y por todo lo que significa para mi Echagüe, en cuestiones donde son estrictamente profesionales y donde hay poco lugar. Yo dirigente me hubiera manejado de otra manera conmigo, probablemente sí. Pero, ¿yo puedo juzgar cómo se manejaron ellos? Hasta ahí. Porque es un ámbito profesional y lo entendés por las buenas o por las malas. Yo lo entendí por las malas, pero lo procesé y me di cuenta que la posibilidad de jugar el TNA dentro de Paraná, es un posibilidad que como ciudadano y con lo que me gusta la ciudad, el club, mi familia y mis amigos, es un oportunidad única. Son muchos los jugadores que quisieran jugar en su ciudad, estar con su familia y continuar con los estudios universitarios. Nos son muchos lo que se dan ese lujo. Entonces uno le carga tintas a lo que sucedió y le quiere dar más vueltas de las que hay que darles, pero es una decisión tomada, completamente tranquila, aceptada y consciente. No dudé cuando se presentó con las condiciones económicas que yo exigía.
—¿Te genera expectativa el equipo?
—Totalmente. Creo que eso fue un condimento que hizo mucho a la hora de decidirme a volver. Vi que se armó un equipo que para la categoría es muy bueno. Creo que la banca de suplentes es de lujo. Son jugadores en constante crecimiento como Carlitos Buemo, Franco Barroso y el Garra García que me parece que es un lujo. Mirá lo que son los supuestos suplentes y el titular me parece espectacular; con el extranjero compartí equipo y se lo que puede dar.
—No es lo mismo jugar para no ser último que jugar para ser protagonista o aspirar a ganar algo. Rara vez e armó un plantel para ser protagonista y con tantos jóvenes con proyección y potencial. ¿Está para tomar ese segundo camino Echagüe?
—Creo que sí. Luego de lo que pasó la temporada pasada, cada uno de los jugadores y parte de la dirigencia y miembros del cuerpo técnico deben haber hecho una autocrítica suficiente para encausar una temporada hacia los verdaderos objetivos de una afición que sigue a un equipo de básquet. Creo que la base de jugadores tiene que tener todo el hambre del mundo para darse cuenta que está en un lugar y en un momento más que adecuado para desarrollar el pleno de su potencial. El TNA lo permite y son jugadores han tenido una experiencia. Si bien el paso por la Liga Nacional no fue el mejor, algo queda. Siempre algo queda y lo importante es poder capitalizar esa experiencia. Yo de los 12 partidos que jugué soy consciente que algo aprendí. Espero que el club en todos sus niveles haya hecho el aprendizaje suficiente para cuando nos toque jugar el TNA hacer las cosas como creo que podemos hacerla.
—¿Este cambio atraerá al público?
—Ojalá que así sea. Siempre tuve el mayor de los respetos para el público de Paraná y el de Echagüe. Son particulares porque han pasado por muchas situaciones que no todos los hinchas han pasado y sin embargo siempre están. En momentos de playoffs o momentos decisivos, están. Esa es mi experiencia, pero obviamente algo hay que retribuirle a ese hincha. Tampoco la pasión va a ser que pague una entrada todos los partidos y vaya incondicionalmente. Creo que dentro de la cancha el equipo tiene que contagiar. El que está afuera tiene que sentir una mínima identificación con la actitud del equipo, con lo que se propone basquetbolísticamente. Tiene que haber cierta transferencia con el público, tiene que haber un ida y vuelta. Es a lo que debemos apuntar en un principio, no digo jugar para el público, hay que jugar para el equipo y lo que uno transmite contagie a los hinchas.