Hace poco más de un año y un mes, el entonces intendente de Paraná, Sergio Varisco, estaba desgastado, con una ciudad en crisis y en medio de un juicio por narcotráfico. Su imagen iba a recorrer las pantallas de todo el país una vez más. Sentado en la vereda de su casa de calle Pellegrini, una persona, acompañada por otras dos, la increpaba luego de haberlo empujado. Dos hombres y una mujer terminaron detenidos e imputados por el episodio en el cual le reclamaban por un prometido puesto laboral en la Municipalidad. Los delitos: coacciones agravadas y lesiones graves (Varisco sufrió fractura de cadera).Ahora, cuando el hecho parece lejano y bajaron los decibeles del conflicto, el diálogo prevalece en la causa judicial. Las partes están acordando la posibilidad de implementar la suspensión del juicio a prueba para los tres acusados, con tareas comunitarias en lugar de una pena de prisión.
Agresión a Sergio Varisco: un final sin pena
Por José Amado
El principal imputado es Juan Ignacio Musuruana, de 26 años, quien increpó y empujó a Varisco. Los otros dos son Vanina Julieta Gauna y Claudio Javier Godoy, quienes lo acompañaban y luego instaron al primero a retirarse del lugar, cuando le decía que lo iba a matar.
Según informaron fuentes judiciales a UNO, lo fundamental a lo largo de estos meses fue la negociación para el cambio de calificación legal del hecho. El delito de Amenazas coactivas agravadas por el propósito de obtener alguna medida de parte de un miembro de uno de los poderes públicos tiene una pena mínima de cinco años de prisión efectiva, y si encima se suma el de lesiones graves, Musuruana no tenía muchas chances de evitar ir a la cárcel.
No obstante las expresiones iniciales sobre la gravedad institucional del hecho, para la mayoría estaba claro que no era para tanto. Las circunstancias que rodearon el episodio era un reclamo por una promesa de campaña por parte de Varisco de un contrato en la Municipalidad a cambio de la militancia electoral, que no cumplió. No era un apriete a un funcionario para que impulse o detenga determinada medida de gobierno.
En el video que rápidamente circuló en todos los celulares y medios de comunicación se observó a Musuruana que le gritaba a Varisco: “¡Vos me hiciste laburar como un perro (...) vos no me vas a dar laburo, te termino de matar, tu hija me dio la palabra de que me iba a dar trabajo! ¿Querés un médico? ¡Te voy a matar!”.
Entonces en estos meses, avanzaron las conversaciones entre la fiscal Natalia Taffarel, la defensora oficial Fernanda Álvarez, los defensores particulares Humberto Franchi y Javier Aiani, y los querellantes Miguel Cullen y Rubén Pagliotto.
Según pudo saber UNO, habría un acuerdo de que los delitos imputados sean Amenazas en concurso ideal con lesiones preterintencionales. Es decir que no sería una coacción sino una amenaza, y que la lesión que sufrió Varisco no fue el objetivo de Musuruana, sino que el joven lo empujó sin la intención de causarle la fractura de cadera.
Por lo tanto, con este escenario cabría la posibilidad de una pena de prisión condicional, y por lo tanto, como además ninguno de los imputados tiene antecedentes, podrían solicitar la suspensión de juicio a prueba.
En principio, Musuruana sería quien tendrá la probation más prolongada en el tiempo, mientras que las otras dos personas deberían realizar tareas comunitarias en una institución de bien público durante un lapso menor.
Esta resolución al conflicto aún se está debatiendo y posiblemente antes de fin de año sea presentada ante la jueza de Garantías Marina Barbagelata. Lo más importante es que, en principio, la querella daría el visto bueno a esta salida alternativa.