La colombofilia es una actividad deportiva poco conocida en la Argentina, pero a la vez bastante practicada. Un grupo de personas en Paraná y la zona lo realizan con mucha dedicación y amor hacia un ave muy fiel.
Colombofilia, el amor a las palomas y dedicación a una pasión
César Dayer es un paranaense que lleva adelante la colombofilia por legado de su padre recientemente fallecido.
César Dayer es un paranaense apasionado colombófilo, heredó el amor por las palomas de su padre (Daniel Dayer), quien soñaba con tener un palomar. Durante la pandemia, decidió llevar a cabo esa idea. En las competiciones de este deporte, los colombófilos envían palomas mensajeras a diferentes puntos de suelta y las palomas regresan a sus palomares, donde se mide su velocidad de regreso en linea recta como un avión. Este fin de semana, César participó en seis carreras con un total de 22 palomas. Su mayor orgullo es continuar la pasión de su padre, quien falleció recientemente. Agradeció el apoyo de su familia y amigos, así como a miembros de la Asociación de Colombofilia en la ciudad de Paraná, donde hay alrededor de 12 colombófilos activos y con mucha pasión.
)
Colombofilia y como se practica
El colombofilia es un deporte que consiste en la cría, entrenamiento y competición de palomas mensajeras. El deporte tiene sus raíces en la antigüedad, cuando las palomas eran utilizadas como mensajeras en tiempos de guerra. Tiene como premisas la velocidad: las palomas deben ser capaces de volar a velocidades de hasta 100 km/h. Resistencia: las palomas deben ser capaces de volar largas distancias sin descansar y la orientación: las palomas deben ser capaces de encontrar su camino de regreso a casa.
César Dayer habló con Ovación y comentó sobre su amor en el deporte. “Soy colombófilo hace tres años y esta es mi pasión. Esto viene de mi viejo, me heredó la pasión él. Si bien él no tuvo palomas mensajeras, pero tuvo palomas comunes de chico. Y bueno, todos los años él hablaba de las palomas, que le gustaría ser y tener un palomar en la casa, no se dio. Y bueno, en la pandemia, después de tanto aburrimiento, decidimos hacerlo acá, que teníamos el espacio adecuado para contar con todo”.
Luego agregó: “El colombofilio lo que tiene es una paloma mensajera, que por ahí la gente no entiende, es una paloma diferente de otra raza de la que uno ve en las plazas, en las calles, es una raza diferente. La particularidad que tiene esta paloma, es que ellas saben volver siempre a su casa. Digamos, a su casa, donde a su palomar vendría a ser. Digamos, se utilizó en la guerra como servicio de mensajería, y bueno, y ahora se utiliza como competencia”.
“Las palomas, ahora hay un servicio de transporte, que es a nivel nacional; ese servicio de transporte pasa por cada ciudad donde hay una asociación, donde cada colombófilo de la ciudad lleva a las palomas, se ponen en jaulas especiales que van adecuadas para ese camión, y ahí pasan por todas las ciudades de la Argentina, por supuesto que son muchos camiones, y van a los puntos de suelta. En los puntos de suelta se largan las palomas, entonces cada ave vuelve a su palomar. Por supuesto, cada palomar tiene su punto, su coordenada, entonces está cargado en un sistema, entonces al llegar a la paloma, que tiene un sistema de chip y de computarizado, se registra el horario de la llegada de la paloma, entonces instantáneamente uno se sube al sistema y saca el promedio de velocidad que hizo cada paloma, porque al haber distintas distancias, por ahí este palomar tiene, por ejemplo, a 600 kilómetros, en Santa Fe tienen 650 o 550, entonces directamente para saber el resultado, se saca el promedio de velocidad que hizo la paloma”, dijo.
Para finalizar argumentó: “Mi principal orgullo fue compartir con mi viejo que falleció hace un mes, así que estoy siguiendo nomás los pasos de él. Y lo que a él le apasionaba, porque lo compartíamos, hicimos el palomar juntos y compartíamos horas y horas que es lo que necesitás para dedicarte a esto”.
“Quiero agradecer esto primero a mi viejo, que fue el que me inició, después a mi familia, que es otra cosa, que uno le saca tiempo por ahí a la familia para dedicarse a esto y te tienen que aguantar, porque por ahí hay fin de semana que son cumpleaños de uno y vos te das la expectativa de si te llegan paloma o no, las horas que uno le dedica durante la semana”, finalizó César.