El miércoles a la noche, cerca de las 23.30, Carlos Espíndola estaba en su casa de barrio La Milagrosa Norte, de La Paz, cuando advirtió que el cable del cargador de batería de su celular se prendió fuego enchufado al artefacto. Estaba sobre su cama y las llamas enseguida se expandieron hacia el colchón. Salió a buscar un matafuego que tenía fuera de sus vivienda y al querer ingresar nuevamente, el incendio se había propagado por todos lados.
Tras incendio, comunicador social perdió todo: precisa ayuda
Por Vanesa Erbes
Si bien los bomberos llegaron a la media hora, ya era tarde: perdió absolutamente todo, excepto una computadora que alcanzó a salvar, donde guarda los trabajos en cursos de las próximas emociones de su programa de radio y de televisión “Folklore y Tradición”, que se emite desde hace 42 años en diferentes medios de la región.
Lo demás quedó reducido a cenizas. Perdió todas sus pertenencias, sus ahorros, y lo que más lamenta son sus cámaras de filmación y otros elementos que necesita para trabajar y poder salir adelante después de semejante adversidad.
Reconocido en todos la provincia por haber sido un montador de ley en las jineteadas más importantes hasta que la luxación de uno de sus hombros lo obligó a dejar de lado esta actividad, se mantuvo ligado a ese ambiente como animador de jineteadas, domas y fiestas populares, por lo que es muy querido por tanta gente.
Hombre de campo apasionado por la cultura tradicionalista, comenzó su programa de radio en LT 40, de La Paz, hasta el cierre de la emisora. Hoy sigue en una FM y en el canal 5 de La Paz, con una retransmisión en el canal de la Asociación Entrerriana de Telecomunicaciones (AET) en más de 40 localidades entrerrianas, premiado en varias ocasiones por su labor difundiendo festivales de la provincia. “Estuve cubriendo Diamante, Jesús María y este fin de semana estaba por ir a la Fiesta del Caballo, en Urdinarrain, pero no puedo ir porque no tengo las herramientas, que hoy son muy costosas para reponerlas”, lamentó, y con desazón, contó a UNO: “Cuando abrí la puerta para buscar el matafuego, que estaba afuera de la casa, el aire generó mayor combustión. No pude volver a entrar y enseguida reventó una ventana. Fui por otro ingreso de la casa y alcancé únicamente a sacar una computadora, pero después ya no pude entrar más. Fue muy rápido como se propagó el fuego”.
“De mi casa no sirve nada, quedaron solo escombros. Perdí todo, es algo terrible, pero agradezco estar vivo. Y despacito voy a empezar de nuevo”, dijo con resignación.
Hoy se está quedando en la casa de uno de sus hijos y en los próximos días se irá a Alcaraz, donde vive su compañera. Algunos amigos le ofrecieron la mano de obra para edificar una nueva vivienda, pero carece de materiales, y alguien le prestó un celular para que pueda seguir comunicado. Acerca de qué es lo que más precisa, subrayó: “Es cierto que no tengo ahora casa ni muebles, ni ropa, pero lo que más necesito es trabajar. Perdí mis herramientas para hacer los programas de televisión y radio. Si uno trabaja tiene la esperanza de poder ir recuperándose”.
“No me gusta pedir nada, pero si alguien puede darme una mano, es bienvenido”, sostuvo Carlos, acostumbrado a ganarse su sustento con el fruto de su trabajo, agradeciendo a sus hijos y su familia por el apoyo, y a quienes lo han asistido con ropa, mercadería y hasta un mate para sentirse acompañado tras esta desgracia.
Actualmente conocidos suyos iniciaron una campaña solidaria para poder ayudar al animador de eventos tradicionalistas y compartieron un número de cuenta para recibir donaciones: CBU 0110320330032011902683. Sino, quien pueda colaborar, se puede contactar con Carlos al (03437) 15457994.