Desde hace semanas, la reducción del servicio de transporte urbano de pasajeros en Paraná y el área metropolitana, con circulación de 5.30 a 14, afecta a miles de usuarios que necesitan del colectivo para ir y venir del trabajo, a consultas médicas o cualquier otra actividad. En ese sentido, desde el Consejo General de Educación emitieron una resolución que habilita a flexibilizar los horarios y justificar las inasistencias de quienes vivan a más de 15 cuadras de distancia de la escuela y no posean un vehículo.
Empleados de comercio piden horario corrido
En la misma línea, el secretario General del Sindicato de Empleados de Comercio de Paraná, Daniel Ruberto, informó ayer, en comunicación con Carrusel Público (que se emite por radio Costa Paraná) que el gremio dispuso un salón en su sede para que los empleados de los negocios de la ciudad se puedan quedar en el horario que va desde que salen de trabajar en el turno de la mañana hasta que retornan a cumplir el de la tarde: “El hecho de que la gran mayoría de los comercios trabaje con horario cortado (8.30 a 12.30 y 16.30 a 20.30, por ejemplo) genera que los empleados tengan que tomar cuatro colectivos por día para cumplir con su labor”. Por ello, Ruberto afirmó que desde el gremio solicitan que se vuelva al horario corrido, como sucedió durante la pandemia por Covid-19.
El referente expresó que está dialogando con autoridades municipales y con el sector empleador para que se aplique horario corrido, como ya lo vienen haciendo muchas ferreterías, pinturerías, corralones y supermercados: “Es hora que nos pongamos a discutir con sinceridad la posibilidad del instrumentar el horario corrido durante ocho meses en la ciudad”.
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Ante la falta de transporte, Ruberto indicó que “los trabajadores se están organizando por su cuenta y contratan camionetas o traficcs para compartir viajes y poder llegar desde San Benito, Colonia Avellaneda u Oro Verde hasta sus trabajos o volver” .
Explicó: “En Paraná está sucediendo lo que pasa hace tiempo en el primer cordón del conurbano bonaerense, donde transportes truchos y remises informales son los encargados de transportar a la gente a sus trabajos porque no hay líneas troncales de colectivos”.
Finalmente, el dirigente local aseveró que los empleados de comercios no tienen “la suerte de otros trabajadores que se presentan en una comisaría diciendo que no hay transporte público y eso les significa una justificación a su falta. Nosotros perdemos el presentismo, pasamos a tener una mala relación con el empleados por faltar y podemos perder el trabajo”.
No obstante, Marcelo Ruggeri, integrante de la Cámara de Comerciantes del Microcentro de Paraná explicó a UNO: “El problema de los colectivos no es nuevo, viene acumulando inconvenientes hace bastante tiempo así que la mayoría de los empleados se fueron acomodando para poder cumplir con el horario de trabajo sin depender tanto del colectivo, se han comprado motos, o si uno tiene auto se pone de acuerdo con otros y pagan la nafta entre tres, o empleados que usan la bicicleta. No son tantos como antes los que dependen del colectivo”.
Como gerente de dos locales céntricos, detalló que dos de sus trabajadores están usando el servicio de la combi que llega hasta el centro y al mediodía se quedan en el local, donde cuentan con comodidades, son casos donde se contempla salir antes. Ruggeri agregó: “Ya desde hace mucho tiempo el colectivo no tiene buena frecuencia y los empleados llegan tarde. Nosotros no ponemos ninguna sanción, porque entendemos la situación y nos avisan cuando el colectivo anda retrasado. Supongo que en la mayoría de los locales comerciales se manejan de la misma manera”.
A título personal, el referente expresó: “El Poder Ejecutivo municipal debería darle habilitación especial a las traffics, ante el problema de los colectivos”.
Alternativas
Sobre la posibilidad de trabajar en horario corrido, argumentó: “Se viene hablando desde hace mucho, lo hicimos en la pandemia y no dio resultado. Acá no es una cuestión si el comerciante quiere o no. Todos quisiéramos trabajar corrido porque quedamos supeditados a trabajar desde temprano, cortar y trabajar hasta tarde. El problema es que la gente no va en horarios de siesta. Desde la mañana hasta las 13 anda gente en el centro, los empleados públicos que salen a las 13 no hacen las compras a esa hora sino a la tarde. Es una costumbre ya instalada, es una idiosincrasia de la gente. Hay pocos rubros que trabajan corrido, como ferreterías o lugares de venta de materiales de construcción, pero porque es la misma gente que trabaja en el rubro a la que le viene bien ese horario”. Detalló: “En los rubros de indumentaria, calzado o bazar, ya hemos comprobado que la gente no va a comprar a la siesta. Incluso, en esta época, van después de las 18. En invierno también probamos y pasó lo mismo, venían a las 17. Así que si fuera que ningún comercio tendría permitido abrir después de las 17, si la gente no tiene ningún lugar donde comprar, en ese caso a lo mejor se podría acostumbrar. Pero si se le pide a los comercios que hagan un horario corrido, siempre va a haber algunos que no les va a convenir y no se van a acoplar. Entonces los que acepten terminarán sin vender y los que hagan horario cortado, serán los que más venden.”
Por último, dijo: “El comercio se ha extendido por los barrios, en todos los rubros. Si se le pide al microcentro el horario corrido, la gente que no va a ir a la siesta al centro, va a hacer las compras en su barrio. Si el horario corrido fuera en toda la ciudad, la gente obligatoriamente se va a acostumbrar, pero eso es algo que no se puede hacer. Mientras eso no pase, no va a dar resultado.”
“No es una cuestión de querer, sino de necesidad. Ningún comercio quiere cerrar por falta de ventas. Y obligar hacer horario corrido va a significar que tenga cada vez menos ventas”, concluyó.