Varias escuelas de Paraná quedaron prácticamente anegadas después del temporal de lluvia y viento que ayer se caracterizó por el gran volumen de agua caída en poco tiempo. Según el informe de lluvias de la Dirección General de Hidráulica de Entre Ríos, en casi dos horas se registraron 72,88 milímetros, un fenómeno que tornó intransitables algunas calles y generó inconvenientes en diferentes barrios. Mientras el foco sigue estando en la paulatina vuelta a la presencialidad en las escuelas y en el reclamo salarial de los docentes, el aguacero de ayer dejó al descubierto problemas edilicios en la infraestructura educativa. Cuando la lluvia era torrencial varias aulas de la escuela Nº 22 Raúl Scalabrini Ortiz comenzaron a inundarse, una situación que causó zozobra en alumnos y docentes. “Vivimos una experiencia muy fea”, relató al móvil del programa La Radio de UNO de la Red Paraná 88.7, la rectora de la institución Luján Ruefli. Para evitar poner en riesgo a la comunidad educativa, el equipo directivo decidió suspender hoy la presencialidad, hasta tanto se garantice una solución a los problemas en el edificio.
La escuela Scalabrini Ortiz suspende la presencialidad
Por el intenso temporal, las aulas se anegaron rápidamente.
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Aguacero y angustia
Se puede observar en un video luego viralizado cómo el agua desciende en forma de cascada desde el techo hacia pupitres y bancos. Si bien en la imagen no quedó registrado, en esas aulas había alumnos que volvían a la escuela después de un año. El agua también se filtró en los baños y en la sala de Informática, por lo que rápidamente las autoridades decidieron cortar la energía eléctrica. En forma preventiva se trasladó a los alumnos a otro sector del complejo y no se les permitió retirarse hasta comunicarse con sus padres. La rectora recordó que hace una semana había enviado una nota a la Departamental de Escuelas dando cuenta sobre cómo se había encontrado el establecimiento el 12 de febrero .
“Allí decíamos que no estaban dadas las garantías de bioseguridad e higiene; hicimos hincapié en los techos, que tienen la mampostería caída y el vicerrector subió a verificarlo: el problema es que las cañerías están tapadas con heces de palomas”, manifestó luego en declaraciones a UNO. Ruefli explicó: “En esa misma nota se advertía que el equipo directivo no se hacía responsable de lo que pudiera pasar y que no estábamos de acuerdo con la presencialidad”.
En concreto, la rectora afirmó que tomó conocimiento a través del coordinador del complejo Presidente Perón, Mario Duré, que hoy a las 8.30 asistirá al establecimiento personal de Infraestructura de la Departamental, con la intención de relevar la situación edilicia. “De las 14 aulas ocho no están en condiciones y solamente uno de los cuatro baños”, completó.














