Diana Deharbe es entrerriana, licenciada en Comunicación Social y docente. Desde 2018 es becaria del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). También se describió como una mamá que cría sola. Ahatay, el demonio blanco, serie de la que es guionista, trata la problemática del “chineo”, las violaciones grupales de niñas y mujeres indígenas del Chaco salteño. La misma cuenta con cuatro capítulos y está basada en la historia detrás del denominado “Caso Juana”, que refería a una niña wichí de 12 años que en 2015 fue violada grupalmente por ocho varones criollos en Alto la Sierra, Salta.
Diana Deharbe presentó "Ahatay, el demonio blanco"
"Ahatay, el demonio blanco"
"Ahatay, el demonio blanco", la serie que cuenta la historia de Juana, una niña wichí que fue abusada
Derechos humanos: varias organizaciones luchan en el norte para mejorar la vida de jóvenes y niñas
Muchas mujeres se comprometieron con la causa y ayudaron en el proceso de creación
"Ahatay, el demonio blanco" obtuvo varias menciones destacadas por el compromiso del documental
La serie-documental que lleva al corazón de las muejeres
En conversación con UNO, Diana dijo: “Ahatay es un punto de inflexión porque representó el desafío de poder hacer un trabajo de interpretación, de traducción y adaptación de una investigación que tuvo varias etapas de voces que provenían de diferentes disciplinas, diferentes latitudes y también con trayectorias de vida e itinerarios de vida, de lucha y de militancias muy diferentes, de voces que venían de un territorio que a la vez era ajeno a mi propia territorialidad. En ese sentido, ser una cientista social me dio la ventaja de tener muchas herramientas a la hora de poder ir articulando las voces, las vivencias, los testimonios, las miradas, pero a la vez implicó un gran desafío porque escribir un guión para televisión, era algo totalmente ajeno. Implicó muchas horas de tutoría de guión, mucho estudio, mucha reflexividad, mucha escritura, mucha reescritura, observar otros guiones, analizarlos, poder extraer sus partes, pensar; un montón de cuestiones para lo que quizás la facultad no me había formado porque específicamente esto es una formación que tiene más que ver con las carreras de cine o las carreras de diseño de la comunicación audiovisual".
"En mi caso, como me especialicé en periodismo no habían sido contenidos en los que había profundizado, porque de hecho mi lenguaje era el lenguaje periodístico de las reacciones, de lo que sería como un periodismo escrito y no más volcado hacia lo audiovisual. Entonces, en ese sentido, podría decir que no me identifico como escritora, yo soy cientista social. Ahatay fue una de las cosas más difíciles que escribí en mi vida, pero también una de las más gratificantes. Está escrita desde el compromiso por contar una historia que hasta el momento no había sido abordada con respeto, con responsabilidad, con cuidado, con ética y con la profundidad y la diversidad de miradas y de voces que necesitaba. Y lo que me llevó a escribirla fue el grado de compromiso y conexión que tengo con la historia”, confesó.
La serie se estrenó en enero por la pantalla de Canal Encuentro y hoy está disponible en la plataforma digital www.cont.ar, en la sección de estrenos. “La idea del equipo de producción es que a Ahatay pueda circular por los diferentes canales educativos y culturales de Latinoamérica, que pueda circular por festivales que se adapten a la temática o que se adapten al género. Deseamos llevar la serie a esos lugares de difícil acceso y donde no hay internet, a lugares en donde nosotros mismos estuvimos produciendo, filmando y haciendo Ahatay, que son los rincones más recónditos de la patria y donde también es válido el derecho y el acceso a la cultura y al disfrute. Me gustaría seguir estudiando y profesionalizándome en lo que es la escritura creativa de guiones. Historias, tengo miles. Y sí tengo un fuerte deseo de que se pueda ver Ahatay en las comunidades originarias del Chaco, porque ese siempre fue el objetivo de la serie, además de visibilizar los casos y de poner el tema en la agenda colaborando con todo un movimiento de mujeres muy valientes que empezaron con esto, también llevar la producción a cada escuela pública, a cada centro comunitario, a cada comunidad para poder generar conciencia. Creo que eso también es un proyecto, un deseo que tengo, y creo que es compartido con la producción”, sostuvo.
“El guión se terminó de escribir entre enero y abril del 2022. El rodaje empezó a fines de abril y concluyó a fines de mayo del 2022. Yo tuve la oportunidad de participar de la primera fase del rodaje y de la primera fase de la preproducción del rodaje, asistiendo al director, participando del casting, de la selección de actores, de todo lo que tenía que ver con la asistencia de dirección junto con el otro asistente. Cuando hicimos el primer viaje y pude ir a la región del Chaco salteño, donde tuvieron lugar los acontecimientos, tener contacto con el terreno y con las mujeres de las comunidades originarias modificó muchísimo lo que después se terminó plasmando en la letra del guión”, reveló.
Diana mencionó que el objetivo de ls serie es contar la historia del caso Juana y visibilizar qué es el “chineo” desde una perspectiva feminista e interseccional. “El primer capítulo de Ahatay hace referencia sobre la lucha de las propias mujeres originarias lanzando una campaña en contra del “chineo” en 2019 a través del Movimiento de las Mujeres para el Buen Vivir junto con un montón de otras organizaciones que se acoplaron a esa movida y lograron instalar en agenda el tema a través de los parlamentos originarios. No fuimos nosotros quienes lo pusimos en agenda, sino que nosotros, en todo caso, agarramos el guante y contribuímos desde un lugar diferente”, aseguró.
Para la guionista el trabajo de escritura y de producción no fue tarea sencilla porque en su vida personal tenía cicatrices. “El proceso creativo de Ahatay fue muy difícil para mí porque trata casos de una violencia extrema y patriarcal sobre los cuerpos de las mujeres y las niñas. Ahatay toca temas muy dolorosos, y en mi caso personal, soy sobreviviente de violencia de género. Escribir a Hatay fue doloroso porque solamente las personas que atravesamos por procesos de violencia sabemos lo que es que te pase eso en carne propia, y eso te da otra perspectiva de los temas. Escribir la serie mí fue doloroso porque en muchos pasajes mi vida, y con todas las diferencias que hay entre mi vida y la vida de Juana, los relatos se espejaban”, cerró sincera.