El martes por la noche la Escuela de Música Constancio Carminio vivió una clínica y conversatorio con la presencia del emblemático músico cubano Genaro Camacho, si bien deleitó con sus conocimientos y su voz a un gran público de amigos y estudiantes, su llegada a la ciudad tiene un fin superior. El cantante y músico vino a compartir sus saberes y los escenarios con el Combo Mutante, banda paranaense que trasciende fronteras culturales y que deleita a sus seguidores con ritmos del caribe.
Combo Mutante y Genaro Camacho se presentan a puro son
El Combo Mutante se presentará en Santa Fe este sábado.
Se podrá disfrutar de su voz el sábado 25 en el Bar La Cuadra en Santa Fe, 25 de Mayo 3615, a partir de las 21. Las entradas ya están a la venta.
Escenario tuvo la oportunidad de participar del conversatorio y dialogar con los protagonistas. Consultado al respecto Genaro dijo: “Me sentí muy bien. El público recepcionó todo lo que le expliqué sobre el son y de cómo se desarrolla todo el sistema en Cuba sobre la música y toda esa serie de cosas. La gente lo asimiló muy bien y yo me sentí también muy bien con la gente”, dijo y agregó: “Me siento como un defensor del son cubano donde quiera que voy, a cualquier parte del mundo que voy esa es mi tarea, no dejar que el son cubano muera para nada, seguir defendiendo el son hasta las últimas consecuencias y evitar que las nuevas tendencias de otro tipo de música lo opaquen, eso no puede ser”, sentenció, y argumentó: “Es la vida, es la identidad de nuestro pueblo, lo mismo que acá el tango allá es el son cubano”.
Durante la clínica no pudo dejar de mencionar gran parte de las influencias e historia del ese ritmo. “El son que viene es de antaño, del siglo XVI del 1800 y tal. Cuando se hizo el primer son su precursora fue la señora Dora, después vinieron los Matamoros, Piñeiros todos esos grandes y otros que hicieron posible desarrollar el son. Ese género es una mezcolanza de distintos ritmos gallegos, africanos y otros tantos. Primeramente fue el bantú que trajeran los esclavos y desde ahí se separó y se fue desarrollando este ritmo que se llama son. Como decía Piñeiro es algo sublime para el alma y es verdad porque es algo pegajoso y peculiar. Hay muchas formas de hacer son. Muchas agrupaciones al comienzo utilizaron el clarinete en vez de la trompeta. En el género del son existe el trío como el de los Matamoros, el cuarteto como Cuarteto Patria, quintentos, sextetos y septeto es el caso de mi agrupación, allá en Cuba somos siete”.
El cantante no duda en presentarse con humildad y contar sobre su visita: “Soy el cantante y director de septeto Genaro y su Sason Completo, de Cuba y acá estoy en misión de ayudar a los muchachos del Combo Mutante porque ellos están en la inquietud de hacer son. Ellos me invitaron para que los asesorara y he logrado con ellos lo que se puede disfrutar en su música. Entonces estamos invitando a todo mundo para que venga a vernos el 25”.
El Combo Mutante lo acompañó con su música durante la velada. El cantante de la agrupación, Ernesto Marval, habló sobre los inicios de la banda y sus lazos con la música cubana: “Esto empezó hace mas de 20 años, allá por 2000. Nos juntamos varios que éramos de Paraná en Buenos Aires, porque estábamos viviendo allá, y con otros muchachos de allá y decidimos armar una orquesta acústica. Todos veníamos de tocar rock y otras músicas, y principalmente veníamos de tocar enchufados (haciendo referencia a instrumentos eléctricos). Y de repente la cosa fue: ¡basta de enchufos! Entonces Martín dejó de tocar el bajo eléctrico y agarró el contrabajo, dejaron la batería y tomaron los bongó y las maracas. Y bueno, así fuimos armando un grupo acústico apuntado a la música cubana que, en ese momento, florecía con Buena Vista Social Club -a fines de los 90 salía su película y el disco- y nosotros curiosos por eso empezamos a armar un grupo que se llamaba Los Sábalos, en referencia a los alimentos originales de nuestro lugar”, dice entre risas, y continúa: “En 2001 viene el Septeto Matamoros directamente de Cuba a actuar en Argentina para hacer una gira y nosotros nos pegamos como estampilla a ellos para escucharlos y sobre todo para aprender. Tocábamos cualquier cosa menos son, a partir de eso forjamos la amistad con ellos, y con Genaro la hemos mantenido a través de los años. Ellos siguieron viniendo hasta el 2010. Él vino con el septeto, después armó su propia agrupación y se quedó en Cuba. Tiempo después nosotros hemos ido a visitarlo y siempre quedaba la invitación para venir a la Argentina, hasta que le buscamos la vuelta y logramos que pudiera venir. El contexto no es el mejor, en la cuestión cultural, pero estamos muy satisfechos con lo de hoy y que él haya podido hablar con todos los alumnos de la Escuela de Música y con el público. Nosotros nos formamos en esta escuela y que haya tenido tanta repercusión de parte de la gente es una alegría bárbara, es un gustazo que nos dimos”.
Finalmente Ernesto agradeció a la gestión de Marcia Muller, directora de la Escuela de Música, a los docentes y a la Secretaría de Cultura la Provincia que generó el espacio propicio para poder hacer el conversatorio y así abrir el diálogo necesario para que la comunidad en general participara.