Un grupo de pescadores de San Antonio de Areco, provincia de Buenos Aires, se prepararon para una gran jornada en la localidad de Alejandra, en el departamento San Javier (Santa Fe). Su idea era conseguir el tan ansiado surubí o algún dorado de buen porte, habituales en esta época del año. Amantes de la pesca deportiva (con devolución), Jonatan Genoud, Adrian Cerase, German Scarano y Germán Miranda, acompañados por el guía Williams Cabrera, tiraron los anzuelos al agua y esperaron el pique mientras compartían diferentes anécdotas.
Iban por el surubí y sacaron una raya gigante
De pronto, uno de ellos sintió el tan esperado arqueo de la caña y sabía que era una especie de gran tamaño. Al recoger la tanza del reel, enseguida supo que no era un pez común, por el peso y por la dificultad para traerlo. Como todo buen pescador, sabía que se podía tratar de una raya ya que esta especie cuando es capturada suele pegarse con sus aletas en el lecho del río. Luego de pelear por más de tres horas para sacarlo del agua, se encontraron con la raya (Potamotrygon magdalenae, nombre científico) de un tamaño gigantesco y que terminó pesando 160 kilos.
Los hombres estaban preparados para pescar rayas y de hecho habían sacado una el años pasado de unos kilos 120 kilos. "Pero sin dudas que nunca imaginamos una de esta magnitud", expresó uno de los pescadores al portal Calchaqui en el Mundo.
Las rayas de agua dulce, que habitan los grandes ríos sudamericanos y están emparentadas con los tiburones, pueden alcanzar tamaños de hasta 200 kilos y según alerta un trabajo realizado recientemente por Instituto de Biología Subtropical de la provincia de Misiones y publicado en la revista Biological Conservation, su población se encuentra en declive.
Lo cierto es que también es una especie de una carne muy sabrosa, siendo la milanesa una de sus preparaciones más habituales. Para el consumo solo sirven sus aletas, por lo que estos pescadores se perdieron de unos 60 kilos de milanesas.