Un hombre con cabeza de chancho y dos personas difrazadas de personas de El Juego del Calamar, fueron algunos de los datos de color de la mañana de la jornada, en el desarrollo de las Elecciones Legislativas 2021.
El hombre cabeza de chancho, protagonista de las elecciones
Un hombre vestido con traje gris y una cabeza de chancho blanca que escondía la suya se mostró en las escalinatas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) cuando llegó a votar el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
"El Chancho Blanco es un candidato que participa en estas elecciones. Venimos trabajando muy duro y esperamos que se den los resultados. Somos del partido Civilización y estamos a favor de la cultura de Sarmiento", dijo el hombre que contó que ya había votado y soltó unos pasos de baile antes las cámaras de TV.
"Queremos un país en el que se pueda comprar dólares, que la gente pueda salir libremente e ir a Miami", aseguró el falso candidato, a quien también se pudo ver en la Biblioteca Nacional cuando votó la primera candidata a diputada nacional por Juntos por el Cambio (JxC) en el distrito, María Eugenia Vidal.
"No puedo hablar mucho por la veda, ustedes entenderán", remató y prometió recorrer varias escuelas durante la jornada electoral.
Un rato después, la misma persona llegó a la escuela número 16 Wenceslao Posse, donde votaba Mauricio Macri, y se tomó una selfie con el expresidente.
El Juego del Calamar
Dos personas disfrazadas como los guardias de la popular serie El Juego del Calamar atrajeron la atención de votantes y transeúntes durante la mañana afuera del Colegio Mater Admirabilis, donde votó el primer candidato a diputado nacional del Frente de Todos (FdT) en la Ciudad de Buenos Aires, Leandro Santoro.
Cuando agentes de la Policía les pidieron que se identificaran, las dos personas vestidas con atuendo rojo y su cara cubierta con un paño negro y una figura geométrica, aseguraron ser actores contratados por un canal de televisión y, así como hicieron con esa repuesta, ironizaron ante cada pregunta que la prensa apostada en el lugar les hacía, mientras disfrutaban, jocosos, de ese minuto de fama que habían pergeñado, consignó la agencia Télam.