Hace 50 años (el 7 de noviembre de 1970), la implacable derecha aplicada por Carlos Monzón, después de varios cross que dieron de lleno en el rostro del monarca universal, el italiano Giovanni Benvenuti, en el duodécimo asalto del combate librado en el “Pallazzo dello Sport” de Roma, determinó el final de la desigual pelea, consagrando al argentino campeón mundial de los medianos, conmoviendo al ambiente pugilístico de todo el mundo.
A 50 años de la gran epopeya de Carlos Monzón ante Benvenuti
La hazaña del boxeador conducido por Amílcar Oreste Brusa desató el 7 de noviembre de 1970 una euforia en todo el país, especialmente en Santa Fe, donde estaba radicado desde hacía 19 años. “Escopeta” Monzón nació el 7 de agosto de 1942, en un piso de tierra del rancho del barrio La Flecha de San Javier, en el lugar donde existió la última reducción indígena del país, a 156 kilómetros al noreste de la capital santafesina. Fue el octavo hijo (quinto varón) de un total de 13 del matrimonio conformado por Amalia Ledesma y Roque Monzón.
Sus inicios
Comenzó la actividad boxística en el desaparecido Cochabamba B. C., en el barrio Barranquitas Oeste, un sector muy humilde del oeste de la capital santafesina donde la familia se radicó a partir de 1951. Sus primeros conductores fueron Carlos “Mono” Martínez, Roberto Agrafogo y Oscar “Negro” Méndez.
Como aficionado debutó en el Pabellón Deportivo (Sociedad Rural de Santa Fe) el viernes 2 de octubre de 1959, cuando tenía 17 años, empatando en tres vueltas con Raúl Cardozo, cobrando un viático de 50 pesos.
Obtuvo 73 triunfos como amateur, empató 6 y perdió 8 (3 con Raúl Pérez, Rodolfo Ceccarossi, René Lamboglia, Salvio Di Meo, Ismael Hamze y Osvaldo Mariño).
En el profesionalismo
En el campo profesional hizo su primera presentación en el Club Ben Hur de Rafaela, el sábado 6 de febrero de 1963, a los 20 años, y derrotó al entrerriano Ramón Montenegro por nocaut en el segundo capítulo.
Más tarde, Juan Carlos “Tito” Lectoure organizó el torneo “Eduardo Lausse”, una velada que se realizaba en el Luna Park los miércoles y era televisada a todo el interior del país, donde el entonces novel pupilo del “Grandote” Brusa dejó en el camino a Carlos Salinas, Antonio Aguilar y Celedonio Lima, tres jóvenes figuras promisorias, y ganó el derecho de pelear con el “Gallego” Jorge Fernández, a quien le ganó el título de campeón argentino, por puntos, el 3 de setiembre de 1966.
Por otra parte, Monzón le arrebató al llamado “Torito de Pompeya”, el cinturón sudamericano de la especialidad, el 10 de junio del año siguiente, por la misma vía.
Su consagración
El 7 de noviembre de 1970, Monzón obtuvo la corona mundial de los medianos, versión de la Asociación (AMB) y Consejo Mundial de Boxeo (CMB) al derrotar por nocaut en el duodécimo asalto a Giovanni “Nino” Benvenuti, en el “Pallazo dello Sport” de Roma, Italia, sorprendiendo a los especialistas, a pesar de estar clasificado segundo en el escalafón, teniendo en cuenta que para los europeos era un desconocido.
La pelea fue áspera, dura, con Monzón ocupando el centro del ring; mientras el campeón, un consagrado estilista que también fue campeón mundial welter, intentaba tener a su oponente a distancia con uno-dos. En la segunda parte del encuentro el argentino fue minando la resistencia del local y cuando promediaba el 12º capítulo colocó su mano derecha sobre la mandíbula del italiano que cayó espectacularmente y se terminó el combate.
Se iniciaba de esta manera, uno de los más brillantes ciclos del boxeo argentino que se extendería a lo largo de 14 defensas exitosas en 6 años y 9 meses, una cifra espectacular uniendo todas las organizaciones mundiales de la especialidad.
El irrepetible Monzón, como lo llamaba el famoso Angelo Dundee, responsable de Mohammed Alí (Cassius Clay) y de Oscar de la Hoya, se retiró como campeón del mundo el 30 de julio de 1977 cuando derrotó por decisión unánime de los jurados al colombiano Rodrigo Valdez, en Monte Carlo, publica UNO Santa Fe
La leyenda señala que “Escopeta” Monzón realizó en el campo rentado 100 encuentros con 89 victorias, 61 por fuera de combate, 8 empates y sólo 3 derrotas, tomándose luego amplia revancha con el platense Antonio Aguilar, el español nacionalizado brasileño, Felipe Cambeiro y el puntano Alberto Del Carmen Massi.
El incomparable boxeador argentino, ha sido considerado por los especialistas en la materia, el más grande de todos los pugilistas de la categoría mediano. Sin lugar a dudas, fue un verdadero fenómeno social teniendo en cuenta que paralizaba el país en cada defensa, siendo admirado y respetado en todo el universo.
“El Macho” o “El Hombre de Hierro” sobre el cuadrilátero era inteligente, frío, demoledor, implacable.