Con aspecto demacrado y hambriento, los 12 niños atrapados en una cueva de Tailandia desde hace más de nueve días quedan cegados por la luz de la linterna del rescatista que los encuentra en las oscuras entrañas de la gruta inundada, como muestra un video ya visto millones de veces en internet.
En la grabación, los 12 chicos de un equipo de fútbol, de entre 11 y 16 años, y su entrenador, de 25, conversan brevemente con el buceador británico que por fin dio con ellos la noche del lunes.
El intercambio comienza con un conmovedor concierto de "gracias" en inglés por parte de los niños, cuando ven aparecer a los socorristas de entre las turbias aguas de la cueva Tham Luang, en el norte de Tailandia.
Niños encontrados en una cueva de Tailandia
"¿Cuántos son?", pregunta el socorrista británico con voz fuerte mientras su linterna se pasea por la embarrada pendiente en la que se refugió el grupo, lejos de los meandros de la red subterránea.
"Trece", responde en inglés uno de los pequeños. "¿Trece? ¡Genial!", replica el buceador. El foco ilumina a los niños uno a uno, como si el buceador los contara.
Algunos de los "Jabalíes Salvajes", como se llama su equipo de fútbol, cubren sus piernas con su camiseta roja para intentar resguardarse del frío. Da la sensación de que están aturdidos, pero quienes hablan parecen lúcidos, a pesar de las largas jornadas pasadas sin comer.
El video fue publicado la madrugada del martes en la página oficial de Facebook de la marina tailandesa, y ya se reprodujo 14 millones de veces.
La conversación continúa con murmullos en tailandés interrumpidos por las palabras de ánimo del buceador. Uno de los chicos pregunta en un inglés dubitativo si van a salir.
"No, hoy no [...] Somos dos, hay que bucear [...] Hay mucha gente en camino, mucha, mucha gente, nosotros somos los primeros", explica.
El buceador levanta la mano para decirles que llevan 10 días bajo tierra y añade: "Son muy fuertes".
Después les da una linterna. La cámara se tambalea y el sonido desaparece antes de que el video se estabilice de nuevo. "Estoy muy feliz", dice entonces uno de los adolescentes.
"Nosotros también estamos felices", responde el socorrista. "Muchas gracias", responden los niños.
Tres buceadores británicos --Robert Harper, Richard Stanton y John Volanthen-- llegaron a Tailandia el pasado miércoles para ayudar a los equipos de rescate.
Dos de ellos consiguieron localizar a los niños antes que los especialistas de la marina tailandesa.
De momento se desconoce quién es el que habla en el video. El equipo de buceadores se mantiene cuidadosamente alejado de la prensa desde hace una semana.
A la espera de que los niños vuelvan a ver la luz del día, las redes sociales se llenaron de expresiones de alegría de los tailandeses. "Estoy casi llorando, son realmente valientes y resistentes", dicen los comentarios de los internautas tailandeses en la página de Facebook de la marina.
La alegría queda mitigada no obstante por la dificultad de las operaciones previstas y los posibles traumas psicológicos que podrían sufrir los jóvenes tras los largos días pasados en las entrañas de la cueva.
Rescate complicado
Los servicios de rescate trabajan este lunes en el norte de Tailandia para encontrar a un grupo de 12 adolescentes y a su entrenador de fútbol, desaparecidos en una cueva inundada desde el sábado pasado por las lluvias monzónicas que afectaron la zona.
La mañana del lunes, los buceadores pudieron llegar a una gran sala dentro de la cueva según informó Narongsak Osottanakorn, gobernador de la provincia de Chiang Rai, en la frontera con Laos.
"Estamos estudiando las zonas alrededor de la montaña e intentaremos encontrar otra entrada", aunque los expertos dicen que solo hay una entrada y está inundada.
El grupo de 12 niños, de entre 11 y 16 años, miembros todos de un equipo de fútbol, accedió a la cueva de Tham Luang en el distrito de Mae Sai acompañados por su entrenador el sábado pasado.
Fue una de las madres de los menores la que dio la voz alarma al ver que su hijo no regresaba el sábado por la noche después del entrenamiento. Sus pertenencias, bicicletas y zapatos se encontraron unas horas más tarde justo en la entrada de la cueva, ubicada en un gran parque.
La búsqueda comenzó el sábado por la noche pero tuvo que ser interrumpida por la noche. Mientras tanto, el nivel del agua en la cueva ha aumentado bruscamente, dificultando las tareas de búsqueda y obligando a los buceadores a desplazarse a zonas inundadas y embarradas.