El cierre de exportaciones de derivados de soja preocupa a productores preocupa a los productores de todo el país. El Gobierno Nacional decidió cerrar a partir de este domingo los registros para nuevas exportaciones de aceite y harina de soja. Desde el sector privado sostienen que sería el paso previo a la implementación de una suba de los derechos de exportación para el complejo industrial de la oleaginosa, debido al aumento que registró la cotización internacional de este cultivo en las últimas semanas.
El cierre de exportaciones de derivados de soja preocupa a productores
Por Luciana Actis
La Subsecretaría de Mercados Agropecuarios, dependiente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, difundió el domingo un comunicado señalando que “hasta nuevo aviso el Registro de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior que involucre la exportación de las siguientes posiciones arancelarias quedará suspendido a todos sus efectos”, en referencia a la harina de soja, el aceite de soja y otros subproductos de dicha oleaginosa. Argentina exporta un 52% del total de aceite de soja a nivel mundial y un 35% de la harina. En ambos productos es el principal país del mundo en ventas.
“Nosotros ya estamos con el 33% de retenciones del poroto de soja, y esto aumentaría dos puntos el aceite y harinas derivadas de la soja. La preocupación viene porque si después esos dos puntos se trasladan a la producción primaria, como históricamente lo han hecho, el diferencial nuevamente lo van a tener que soportar los productores”, dijo a UNO el vicepresidente primero de la Federación Agraria Argentina (FAA), Elvio Guía.
En la actualidad existe un diferencial de derechos de exportación entre el poroto de soja, que paga 33%, y sus subproductos, como la harina y el aceite, que pagan 31%. Esa diferencia se explicó en su momento por la intención de alentar la exportación de productos con mayor valor agregado.
A diferencia del trigo y el maíz, el impacto que genera la suba del precio de la soja en los precios internos es mucho menor porque la oleaginosa prácticamente no se consume en el mercado local. Por eso se especula que esta medida tiene como objetivo incrementar la recaudación, aprovechando el alza que registró la cotización internacional del cultivo debido al conflicto armado entre Rusia y Ucrania. La tonelada se disparó por encima de los 600 dólares, alcanzando su mayor valor desde 2012.
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“Esto genera un malestar, al igual que los cambios de rumbo del gobierno, si bien sabemos que al interior del gobierno hay dos grupos pujando, el ministro Julián Domínguez estuvo la semana pasada en Expoagro y le había dado un guiño al sector productivo. Pero por otro lado la Secretaría de Comercio Interior sigue avanzando con una visión bastante errada, diría yo, pensando que con un aumento de retenciones se va a solucionar el problema de los precios de los alimentos en la Argentina”, señaló Guía.
Por otra parte, apuntó a la suba del combustible, el segundo incremento en lo que va del año: “Mientras se debatían estos dos puntos más, aumentó un 11% el combustible y eso genera inflación. No sólo en el bolsillo de los trabajadores cuando tienen que dirigirse a sus lugares de trabajo, sino en la distribución de los alimentos”.
El referente de la FAA destacó también que se está planificando la siembra del trigo para abril o mayo, y el maíz está en pleno proceso de trilla, con rindes magros: “Parece que nos hemos olvidado que el campo viene de una seca bastante pronunciada. Se decretó la emergencia en varias provincias por sequías e incendios, que en el caso de Entre Ríos impactó en la producción de maíz, de sorgo, en la ganadería, cítricos y nuez pecán. Estamos en un momento complicado, hay un malestar entre los productores”.
Inflación
En enero de este año, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos informó que la inflación interanual con respecto a 2021 fue del 50,7%, una de las tasas interanuales más altas del mundo. Y la tendencia inflacionaria continúa. Al respecto, Guía manifestó: “El problema que tenemos los argentinos se llama inflación, es un problema que tiene que resolver la política argentina, es una cuenta pendiente que viene desde hace muchísimos años, sin embargo cada gobierno nos tiene a las vueltas, enfrentándonos y generando malestar. El productor necesita reglas de juego claras para poder planificar inversiones y seguir transitando el camino del crecimiento. Con las retenciones, del 2001 a la fecha, pasaron del 9% al 33% en el caso de la soja. Y no se han solucionado los problemas de la Argentina: sigue habiendo hambre, pobreza y desocupación”.
En este sentido, manifestó que desde la FAA sostienen que una medida que podría contribuir a frenar los precios de la canasta básica familiar “es vía Tarjeta Alimentar y tarjeta de débito de jubilados, a quienes hay que hacerles una devolución del IVA cada vez que adquieren alimentos de la canasta básica: pan, aceite, fideos, leche, verduras y carne. Hemos planteado esta opción al ministro (Daniel) Arroyo en su momento y luego no tuvimos ninguna repercusión más. Mientras tanto, con estas medidas se crea una nueva crisis de confianza, un malestar, y no se soluciona ningún problema. En todo caso, los productores terminamos subsidiando a todo el mundo, no a los sectores vulnerables”.
Por último, hizo hincapié en que hay que hacer un análisis pormenorizado de los eslabones intermedios, que es donde se origina la inflación: “Un kilo de trigo vale 35 pesos y con eso se produce 1,2 kilos de harina. Supongamos que triplicamos el precio del kilo de harina y lo pongamos a 90 pesos. ¿Cómo se entiende que el kilo de pan esté hoy a 340 pesos? Acá hay una cuestión sistemática de enfrentar a los dos eslabones más vulnerables de la cadena, que son el consumidor final y el productor. Y me refiero al productor primario más afectado por estas medidas, que es quien produce como forma de vida y no como una unidad de negocios. El litro de leche el productor lo vende a 35 pesos y cuando vamos a comprar un pedazo de queso nos damos cuenta de la transferencia de recursos que hay en el medio: IVA, Ingresos Brutos, impuestos provinciales, electricidad, logística, combustible, que no son tocados jamás. Es evidente que la causa de la inflación no es la producción de materia prima”.