Mauro Meyer/Ovación
Álvarez, el misterioso del Patrón
El plantel de Patronato no tuvo descanso luego de lo que fue el empate ante Gimnasia en La Plata. El domingo por la tarde, los jugadores se movieron en el estadio Grella y ayer la práctica fue en el predio La Capillita. Esta fue la última actividad en donde tuvo acceso la prensa, ya que el entrenador Gustavo Álvarez decidió que todos los ensayos previos al duelo del viernes ante Unión de Santa Fe sean a puertas cerradas.
La actuación del equipo ante el Lobo platense dejó mucho que desear, sobre todo en el primer tiempo. Y luego de tres cotejos seguidos en 2020, donde solamente sumó de a uno, sumados a los 14 partidos sin ganar, es lógico que el equipo Rojinegro necesite con urgencia un triunfo. La situación con los promedios es complicada y el viernes, por la fecha 20 de la Superliga, será local ante el Tatengue.
Para diagramar el posible 11 titular que saltará a la cancha, el DT dispuso cerrar su laboratorio y que sus jugadores trabajen durante tres días sin la presencia de los medios de prensa ni los curiosos. Ayer los movimientos fueron en el predio cercano a la Base Aérea de Paraná, donde hubo algunos minutos de fútbol para los que no concentraron y un trabajo regenerativo para los que estuvieron en El Bosque. Ahora, hoy, mañana y el jueves, el Santo se moverá a puertas cerradas. Todo en una semana relativamente corta ya que el viernes tiene su próximo compromiso.
¿Qué tendrá que ocultar Álvarez? Lo concreto es que el técnico de Patronato deberá trabajar mucho para mejorar el rendimiento del equipo, sobre todo en el aspecto defensivo, donde sufrió más de la cuenta en los tres encuentros que jugó en el reinicio de la Superliga. ¿Habrá algún cambio en el sistema táctico? Todo puede ser, ya que hasta el momento Álvarez lo modificó de un partido a otro y también en un mismo cotejo cuando las cosas no le salían como él las había planeado.
Pensando en el cotejo del viernes y teniendo en cuenta que algunos actores de la última línea no tuvieron un buen trabajo ante Gimnasia, es posible que halla retoques en ese sector. La actuación de Leandro Marín no fue del todo correcta. Perdió la marca de Paolo Goltz en el gol del Lobo y se mostró dubitativo por momentos.
En tanto, en su regreso a la titularidad, a Bruno Urribarri le costó afianzarse por su sector, mientras que los actores del mediocampo tampoco ayudaron demasiado. Esto se vio reflejado en el tempranero cambio de Damián Lemos, donde a Álvarez no le tembló el pulso para sacar al experimentado volante y poner en cancha a un jugador que pide pista como Fernando Luna. La clave para encontrar regularidad puede estar en este sector, aunque hasta el momento el técnico de Patronato no dio en la tecla en los actores que utilizó para interpretar su libreto.
Adelante, lo positivo fue la vuelta al gol de Gabriel Ávalos, quien infló la red después de muchos días de sequía. La actitud de Cristian Tarragona, clave en el gol del paraguayo, también fue otro de los puntos altos. En este sentido, el aspecto ofensivo parece ser uno de los temas menos preocupantes, ya que ahora Patronato concreta gran parte de las situaciones que genera. Otro punto a destacar fue la capacidad que mostró el Rojinegro para salir de situaciones complicadas en estos tres primeros partidos del año. Cuando la mano venía cambiada, encontró las herramientas para torcer la historia y al menos llevarse un punto en vez de terminar con las manos vacías.
Álvarez tendrá tres días sin ojos extraños que observen las prácticas. Allí sacará los tubos de ensayo y buscará una fórmula que le dé los primeros tres puntos de su breve ciclo en el club y corte la larga racha sin victorias.