Grandes árboles con mucha sombra, un oasis de arena antes de la costa y una vista del río, con los edificios de Paraná al fondo que es una postal, sobre todo en el atardecer cuando el sol parece caer deslizando un telón anaranjado en Bajada Grande.
El camping del Thompson es hermoso pero le faltan servicios básicos
Un grupo de amigas que estaba festejando un cumpleaños realizaron un análisis de la realidad que se vive en el espacio público municipal.
29 de septiembre 2016 · 12:37hs
En los típicos días primaverales, como el de ayer, el camping del Thompson es uno de los mejores refugios para los que disfrutan de los recursos naturales del litoral argentino.
A todas estas bondades naturales de Paraná hay que sumarle servicios básicos para que los habitantes ocupen los espacios públicos y los visitantes tengan opciones para querer volver.
Por ejemplo, el baño de hombres está limpio y la construcción parece remodelada con un bajo presupuesto. En el de mujeres, la limpieza también es buena pero las mochilas de los sanitarios no tienen agua.
"Hay un balde al costado del inodoro", aseguró una testigo de lo que sucede en el sanitario que, los fines de semana, se convierte en el único lugar disponible en todo el predio.
El domingo una mamá con su niño de un año y medio, en brazos, entró al parador y le negaron el uso del baño porque es "para clientes" y le indicaron que tenía a su disposición los baños públicos a unos 200 metros.
El segundo parador (según la cronología de apertura) está cerrado y parece una construcción abandonada en donde obviamente tampoco se pueden utilizar los baños.
La playa pública más grande de la ciudad tiene el agua contaminada y un servicio de baños públicos deficitario. Una combinación que conspira contra cualquier estrategia turística.
Contentas y reflexivas
Lida Mercedes Vera festejó ayer su cumpleaños en Thompson junto con sus amigas: Lidia, Tere, Silvia, Angie y Susana.
Todas estaban contentas y se reían a carcajadas porque le sobraban motivos para pasarla muy bien.
Cuando UNO le preguntó por los baños se pusieron serias: "Están limpios pero no hay agua y colocaron un balde que, cuando hay mucha gente, no alcanza", reflexionaron pensando sobre todo en los turistas.
Las mesas y las parrillas tienen signos de mantenimiento. La grifería al costado de la churrasquera está reluciente y tiene agua corriente con presión.
"También está el problema de siempre en los espacios públicos. Te rompen todo. La gente no cuida", analizó el grupo de mujeres tratando de buscarle una explicación a la falta de servicios.
A esta altura las ciudades turísticas del país fueron encontrando salidas, copiando ejemplos, para contrarrestar el vandalismo.
Si bien a esta altura del año la temporada de verano parece estar perdida, ahora con la Fiesta de Disfraces, el lugar tendrá una gran afluencia de visitantes que pondrán a prueba los servicios.